Macri sabe muy bien que los tiempos han cambiado, y que le espera una jornada muy pesada en el periodo de su mandato en la Argentina.

Será muy dura, porque:

Antes que preocuparse de su país, Macri se preocupará de generar movimientos para desestabilizar a Maduro, Morales, Correa y otros presidentes que son considerados puntales de los movimientos progresistas generados en Latinoamérica. El sistema le obligará a eso, puesto que desea que Argentina de Macri sea el pilar de la desestabilización de los gobiernos populares de la América;

El sistema obligará a Macri a generar contratos con multinacionales para que estos vuelvan a meter sus aspiradoras al país y saqueen todo lo que puedan. Tendrán cuatro años garantizados para actuar dentro de una lógica de capitalismo salvaje o hipercapitalismo;

El sistema “regalará” mucho dinero a la Argentina, con intereses de “gallina muerta”, y Macri tendrá que aceptar (porque el sistema pagó su campaña), y poco a poco, la Argentina volverá a ser el país con mayor deuda de la América Latina;

Los medios, seguirán engañando al pueblo, haciendo creer que Macri convertirá a la Argentina en el país de las maravillas. Si bien, los índices de pobreza irán aumentando, poco a poco, hacia la estratosfera, los medios (sus aliados) crearán índices artificiales para mostrar que los argentinos mejoraron su calidad de vida.

El primer año, será de “escobita nueva”. Todo andará sobre rieles y Macri hará de cuenta que respeta los logros de los argentinos en gobiernos anteriores. Al segundo año, caerá la máscara, y Macri será nomás un aliado piltrafa del sistema. Y hará todo lo que tiene que hacer para favorecer a las multinacionales y al gobierno norteamericano. Ojalá, no se vuelva a la época del gobierno de Fernando de la Rúa.

De todas maneras, el pueblo argentino debe defender a raja tabla los logros conseguidos. Sin embargo, se puede vislumbrar que en la Argentina ocurrirá lo que ocurrió en Chile. Después de Piñeira volvió Bachellet. Después de Macri volverá… un candidato que siga con su pueblo. La derecha argentina está muy desgastada, y para que el pueblo lo sustente tendría que convertirse en izquierda, lo cual sería todo un milagro.   

Iván Prado

Escritor, psicólogo, docente universitario y Presidente del PENCOCHABAMBA