Las victorias estudiantiles en Paraguay (II final)

09/03/2016
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Han pasado seis meses de las movilizaciones conocidas como #UnaNoTeCalles, con las que estudiantes y docentes, con gran apoyo de la ciudadanía, lograron tumbar al entonces rector y ponerlo tras las rejas por manejos corruptos dentro de la Universidad Nacional de Asunción. A diferencia de lo que sectores retardatarios pretenden instalar, la movilización y la organización de las y los estudiantes continúan y se fortalecen1. Una reciente muestra de ello es la destitución de la ex Decana de la Facultad de Filosofía.

 

“Nosotros seguimos teniendo el control. Quizás la participación y el control de las y los estudiantes en la universidad ya no es visible como lo fue durante las tres primeras semanas, pero sigue ahí y sigue siendo fundamental a la hora de tomar decisiones, porque nosotros creemos por sobre todo, que cualquier persona que esté a la cabeza de la universidad, como es el rector, tiene que necesariamente acceder a un diálogo con nosotros, a hacer acuerdos con nosotros y sobre todo debe responder a los reclamos de nuestros compañeros. Es por este seguimiento y control que estamos haciendo que todo el movimiento continúa.”, afirma Liz Guillén, ex representante estudiantil por la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA) y actual presidenta del centro estudiantil de dicha unidad académica.

 

De entre todas las victorias que han conseguido las y los estudiantes de #UnaNoTeCalles, la más importante, ha sido sin dudas la capacidad de desarrollar una organización, basada en prácticas democráticas y en liderazgos construidos colectivamente desde sus propias bases.

 

Liz Guillén, así como sus compañeros y compañeras que protagonizaron las movilizaciones e integran el Frente Estudiantil por la Educación, destaca otro aspecto importante durante #UnaNoTeCalles es que todas las decisiones y el proceso ha sido llevado gracias a una base amplia de estudiantes, las decisiones siempre se tomaron en plenaria, es decir, hubo una participación real.

 

“Esa va a ser la base y el cimiento para que todo esto continúe. La gente se dio cuenta de lo que puede hacer, que depende de ellos y que está en sus manos realmente cambiar las cosas, de que nuestro rol dentro de la universidad no es solo entrar a las aulas y pasar exámenes, sino es construir realmente la universidad, en todos sus aspectos, administrativo, académico, etc.. El estudiantado se dio cuenta de la importancia de la política dentro de la universidad, quedaron atrás esos estigmas de que política es lo mismo que partidos, la gente empezó a conocer la diferencia entre esos conceptos, y eso es lo fundamental para que cuando termine toda esta gran movilización, que hasta ahora se mantiene, todo el proceso se pueda controlar, mantener y profundizar. Ahora que el estudiantado tiene esa capacidad y ese interés de pensar en la universidad, es que empezó a tambalear la estructura de la universidad”, remarca Guillén.

 

De acuerdo al análisis de Guillén, en el fondo de toda esta gran acción de los y las estudiantes, lo que mantiene encendido el proceso es que cada vez más, el estudiantado va tomando conciencia de que el problema de la universidad está íntimamente relacionado con todo el sistema economico-social paraguayo..

 

“Nosotros entendemos que todos los aspectos y procesos institucionales como las intervenciones, los cambios de autoridades, etc., no son el fondo de la cuestión, pero son pasos fundamentales para llegar a los objetivos concretos que nos propusimos. El problema de fondo es el sistema educativo en el país y esto tiene que ver con el sistema social en su conjunto. Cambiar ese sistema es un objetivo posible, para eso debemos unirnos con los demás sectores de la sociedad, con campesinos, trabajadores, excluidos, etc. Es un camino un poco más largo, pero de algo se empieza”, explica la dirigente estudiantil.

 

Crecimiento

 

Además de haber consolidado y ampliado la organización del movimiento universitario en la capital del país y alrededores, donde existe la mayor concentración de estudiantes, la experiencia de #UnaNoTeCalles tuvo importantes expresiones en otros departamentos del país, como Guairá, Caaguazú, San Pedro, Itapúa, Alto Paraná, entre otros puntos.

 

Como informamos en el artículo anterior, la fuerza estudiantil también logró destituir autoridades corruptas en algunos departamentos y esto a su vez movilizó en torno a la problemática general de la educación.

 

Actualmente dichas agrupaciones, que emergieron al calor de la movilización, se encuentran en proceso de debate y articulación con otras, como el Frente Estudiantil por la Educación (FEE), que venían trabajando hace más tiempo. Esta experiencia de acercamiento entre fuerzas del campo y la ciudad en el ámbito universitario, constituye un golpe a la tradicional concentración de la problemática universitaria en la capital del país, y es por supuesto, una muestra más de que al contrario de las opiniones banales de los sectores conservadores, el movimiento estudiantil está ganando fuerza.

 

Reforma estatutaria

 

Lo que comenzó con movilizaciones masivas y una vigilia permanente que mantuvo controlado el campus universitario de la UNA en la ciudad de San Lorenzo, actualmente se ha transformado en una serie de luchas en cada una de las facultades. La victoria más reciente se ha dado luego de un largo período de lucha y resistencia, con la destitución de la ahora ex Decana de la Facultad de Filosofía, María Angélica González de Lezcano. Pero las movilizaciones continúan en otras unidades académicas...

 

Mientras se mantienen dichos focos de resistencia, existe un punto aglutinador, y es el que tiene que ver con la reforma de los Estatutos de la UNA. Este cambio en el marco normativo de la institución abarca una complejidad de debates y temas, aunque existen elementos centrales: la representación paritaria en el cogobierno universitario y la universalización del voto para elección de autoridades.

 

Actualmente la representación estudiantil tiene minoría en el cogobierno y por otro lado, las autoridades son electas en una asamblea constituida por delegados, no a través del voto directo y universal de la comunidad universitaria.

 

“El debate gira en torno a cuál es la universidad que queremos y qué es lo que se tiene que dar para que esa universidad se vaya haciendo realidad. Es lo que se está analizando ahora. Hay grupos en cada facultad que están analizando los estatutos, que se están encargando de debatir cuáles son las mejores opciones, para que luego en una mesa interestamental nuevamente se discuta. Nosotros estamos conscientes de que no podemos trabajar solos, no por una cuestión de capacidad, sino por una cuestión de participación democrática, de una construcción colectiva y que se debe mantener con los tres estamentos”, afirma Guillén.

 

Antecedentes

 

Si bien nuestra conversación sobre el movimiento universitario se concentró en las manifestaciones de #UnaNoTeCalles, Liz Guillén explica que tanto para ella, como para sus compañeros y compañeras, está claro que ellas y ellos forman parte de un movimiento más amplio cuyos antecedentes se remontan a la creación misma de la universidad en Paraguay, y están relacionados con el devenir histórico del pueblo paraguayo.

 

En este sentido, ampliando el recuento que hiciéramos en el artículo anterior, la actual presidenta de la FADA, nos relata un acontecimiento, el cual constituye un hito importante en la lucha estudiantil.

 

“Esto ocurrió en 1996 y empezó en la FADA y CEUNIRA2. Los estudiantes se dieron cuenta que el estatuto no estaba bien, que habían cosas que habían que cambiar. Se realizó un paro estudiantil, se tomó el rectorado por dos meses y se realizó una huelga de hambre por un mes. Todo esto exigiendo más participación estudiantil, la renuncia del rector y respeto de la autonomía universitaria. En la FADA se llegó a hacer 6 meses de paro académico y asamblea permanente. Con estas luchas se logró una mayor participación estudiantil y que exista la autonomía universitaria, porque antes las autoridades como el rector y los decanos eran electos por el Poder Ejecutivo. Como vez, esto tiene una clara continuidad con lo que estamos exigiendo ahora, que es ampliar la participación estudiantil y universalizar el voto, es decir estamos buscando profundizar los avances democráticos en la universidad”, analiza Guillén.

 

Un antecedente importante también ha sido fue el de la movilización contra la relección indefinida de rectores y decanos, del 11 de mayo del 2005. Unos 500 Estudiantes se manifestaron contra la decisión de la Asamblea Universitaria de posibilitar la reelección indefinida de rectores y decanos en sus cargos, los estudiantes sitiaron el salón auditorio de la Facultad Politécnica, campus de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) durante la reunión de los 62 miembros de la asamblea universitaria, quienes estaban tratando la modificación del estatuto para aprobar la reelección.

 

Los manifestantes fueron reprimidos por fuerzas policiales dentro mismo del campus universitario por orden de la fiscala Blanca Aquino, de San Lorenzo.

 

Esta fiscala ordenó la detención por imputación de: Arnulfo Encina Rojas, docente de Ciencias Agrarias y dos estudiantes: María Paz Valenzuela y Andrés Parra, Presidenta del Centro de Estudiantes y representante estudiantil de la Facultad de Filosofía, respectivamente, ambos voceros y responsables de la manifestación3; así como de dirigentes de la Mesa Organizadora del Foro Social Universitario (MOFSU). La acusación por parte de la fiscalía llevó la carátula de “intento de secuestro bajo coacción”. El proceso culminó posteriormente en la expulsión de los estudiantes de la universidad.

 

Esta manifestación masiva en el campus fue parte de un ciclo de movilizaciones en la UNA, denunciando la corrupción y la persecución a los denunciante en varias facultades.

 

Balance

 

Para muchas personas las movilizaciones estudiantiles fueron lo más novedoso del 2015, ante una percepción de cierta apatía y desmovilización de la juventud. Sin embargo al indagar en archivos de prensa y conversando con referentes estudiantiles, en los últimos años se encuentran una serie de denuncias y movilizaciones en las universidades de la capital y del interior del país, tanto públicas como privadas. Todas tienen en común el hartazgo de los jóvenes por los manejos autoritarios, corruptos y arbitrarios de sus autoridades.

 

En parte lo que permitió el estallido de indignación masiva que se dio en setiembre del 2015 y su sostenibilidad en el control del campus y en el seguimiento a las actuaciones fiscales –en general poco confiables- y luego en el trabajo de discusión y modificación de los estatutos, fue y sigue siendo una acumulación organizativa que se vino dando en los últimos cinco años.

 

Desde el ciclo de movilizaciones contra la aprobación de la Ley de Educación Superior (2011-2014), el acompañamiento a los estudiantes sumariados y la creación de espacios de formación sistemáticos –mas allá de reaccionar a la coyuntura y la agenda de las autoridades- lo que demuestra cierta madurez y posibilidad de recambio generacional en el movimiento estudiantil.

 

Todo este movimiento estudiantil que está desarrollándose en varios puntos del país, tiene características masivas, y esto se debe a que en el Paraguay se vive una profunda crisis económica, la cual se ha acentuado en los últimos años. La gran mayoría de las y los estudiantes, y sus familias, están sintiendo en carne propia esta crisis y a ello se debe, en última instancia, este nuevo despertar del sector universitario. Esta es la razón por la que el movimiento universitario también apoyó la Huelga General convocada en diciembre pasado por las Centrales Sindicales, lo que muestra también una voluntad de unidad y amplitud de parte de las y los estudiantes.

 

El movimiento estudiantil es parte importante del proceso de cambio profundo que requiere el Paraguay para volver al camino de la libertad y el desarrollo económico y social, y lo está demostrando con esta gesta valiente y ejemplar. ¡La lucha continúa! ¡Venceremos!

 

 

- Este artículo contó con los aportes de Ana Portillo, dirigenta estudiantil del Movimiento CREAR, integrante del Frente Estudiantil por la Educación (FEE).

1Recientemente un intelectual al servicio de la cúpula corrupta de la UNA, Ricardo Pavetti, actual Decano interino de la Facultad de Filosofía, afirmó que los estudiantes “están derrotados en todas las líneas y no tienen fuerza”. Sirva este artículo para refutar con un análisis concreto de situaciones concretas, las pusilánimes idealizaciones de este señor.

2Centro de Estudiantes Universitarios del Interior Residentes en Asunción.

3 2005.05.13 ABC Fiscala ordena detención de tres universitarios por incidente en UNA. Disponible en: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/locales/fiscala-ordena-detencion-d...

https://www.alainet.org/pt/node/175949?language=en
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