Una visión sistémica para la Constituyente
- Opinión
Los venezolanos expresamos nuestra voluntad de darle forma a un nuevo proceso de Gobierno a través de la Constitución de 1999, fundamentada, al igual que la mayoría de las constituciones, en valores y principios.
Uno podría decir que es una fundamentación en pensamientos universales, en valores abstractos en donde se conjugan los deseos de felicidad, paz y convivencia de los hombres y de la sociedad que conforman.
En nuestro caso, el Comandante Hugo Chávez, se propuso darle una nueva concepción socio/económica y política al hasta entonces mal llamado “estado de bienestar del hombre”, para caracterizarnos constitucionalmente como un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, llamado a proteger la vida, el trabajo, la cultura, la educación, la justicia social y la igualdad, la no discriminación, ni subordinación, entre otros valores.
En este tiempo de constituyente queremos traer a la mesa de debate la necesidad de complementar en lo universal de estos valores y principios, lo que es general a nuestra situación como nación. Llevar a lo particular y singular las acciones que de estos principios se derivan, para poder transformarlas en normas, en instrumentos, en instituciones que permitan continuar con la refundación de la República.
Igualdad, Libertad, Respeto, Solidaridad, Justicia y Defensa son valores que dan pie a los principios que guían las acciones. Estos valores están estructurados como un sistema de relaciones y de conexiones dialécticas, que nos permitan ir de lo abstracto a lo concreto. Nos permiten llegar del valor a la norma, que no es más que el mecanismo de medición de las acciones.
Vista la Constitución como una estructura dinámica o sistema de principios y valores que se compone de elementos heterogéneos, proponemos incorporar como método de análisis y formulación en esta nueva constituyente, un enfoque sistemático que nos permita establecer las interconexiones y las interdependencias entre los distintos elementos.
Tenemos por ejemplo, que el espacio geográfico no puede entenderse sino como un subsistema de ocupación que se interconecta con el respeto al hombre y el ambiente, lo que nos direcciona al subsistema de relaciones con la naturaleza; los derechos humanos, definen el carácter del subsistema de los servicios públicos y todos los anteriores a su vez definen el subsistema económico, que está a su vez en función de ellos.
De manera que cuando se habla de la salud no se puede dejar por fuera el problema de la economía ni el problema del trabajo, que aunque pertenecen a otros valores y a otros principios, están relacionados con los anteriores. Ni se puede quedar por fuera el valor de la igualdad estrechamente relacionado con el proceso de toma de decisiones y la democracia participativa y protagónica en la que está basada nuestra Carta Magna
Es esta la visión sistémica que reclama nuestro proceso constituyente. Entender que para alcanzar nuestro objetivo de inclusión social, equidad económica, en fin ese estado de bienestar del hombre, cada parte es importante y tiene una función, un por qué y un para que, y que interconectadas conforman un todo que es más que la suma de las partes. La Constitución es más que la suma de los subsistemas que la componen.
Del mismo autor
- Soberanía y seguridad alimentaria 30/10/2017
- La ANC debe normar 27/10/2017
- Los “ni ni” no existen 17/07/2017
- Para comprender la violencia en Venezuela, ir a la fuente 10/07/2017
- Más historia y menos olvido para la oposición en Venezuela 03/07/2017
- Una visión sistémica para la Constituyente 22/06/2017
- Venezuela, el nuevo desafío Constituyente 12/06/2017