Los más importantes medios de comunicación europeos hablan de las cargas de policías y antidisturbios, ilustrando sus artículos con imágenes que por sí solas explican la ineptitud de un gobierno cuyo concepto de diálogo se traduce en porras

Las imágenes de la brutal represión de la Guardia Civil española contra el pueblo catalán, ya han dado la vuelta al mundo. Los más importantes medios de comunicación europeos hablan de las cargas de policías y antidisturbios, ilustrando sus artículos con imágenes que por sí solas explican la ineptitud de un gobierno cuyo concepto de diálogo se traduce en porras, patadas y balas de goma.

Sin mención alguna a las agresiones salvajes sufridas por quienes el pasado domingo se acercaron a las urnas de toda Catalunya, el presidente del Gobierno español sostuvo que “"Hemos hecho lo que teníamos que hacer. Somos el Gobierno de España y yo soy el presidente y he asumido mi responsabilidad. Hemos cumplido con nuestra obligación y hemos actuado con la ley y solo con la ley y se ha demostrado que nuestro estado democrático tiene recursos para defender de un ataque tan serio como el que se intentó perpetrar”.

El criterio de Rajoy respecto de los Derechos Humanos es firme y contundente cuando se trata de Venezuela.  Los medios afines al gobierno español han puesto en duda, sistemáticamente, la práctica de la democracia que se desarrolla en ese país caribeño. La preocupación por el trato a disidentes u opositores a Maduro, ha sido tema de análisis durante los últimos años; ciclo durante el cual la represión y la violación de los derechos humanos se hicieron costumbre en la moderna España de Rajoy. Mientras cientos de miles de familias desahuciadas -como consecuencia de la nefasta complicidad del gobierno con los bancos- eran aporreadas sin ningún escrúpulo, Rajoy hablaba de la “dictadura” de Maduro. Mientras cientos de miles de españoles perdían sus trabajos y engrosaban la larga lista nuevos pobres, Rajoy hablaba de Maduro. Mientras los recortes en Sanidad y Educación hacían cada vez más vulnerables a la clase menos favorecida, Rajoy hablaba de Maduro. Mientras en el Mediterráneo se ahogaban cientos de miles de inmigrantes como consecuencia de las perversas políticas económicas decididas en la moderna Europa, Rajoy hablaba de Maduro.

El mundo duda ahora de la democracia española. Venezuela ya no le sirve al gobierno español como cortina de humo, porque la violencia institucional que recorre los portales en formato de video, corresponden a España, y no a Venezuela.  No es novedad el uso de la violencia en la democracia española, solo que ahora las imágenes de la brutalidad han dado la vuelta al mundo, poniendo en duda la legitimidad de Mariano Rajoy para hablar de democracia y derechos humanos. Rajoy se cae. De Maduro ya tendremos noticias.

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