Honduras, una institucionalidad paralizada

13/12/2017
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  • Opinión
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Ilustración: Pavel Egüez
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La crisis post electoral que asistimos no podía ser de menor caos institucional, de revuelta y rebelión popular dadas las condiciones previas al 26 de noviembre cuando las redes clientelares de JOH se redimensionaron no solo en términos de votantes “prepago o 50 peseros”, sino también de la cobertura, “pauta tarifada”, a medios de comunicación que impusieron una matriz del supuesto “liderazgo”, y posicionaron una especie de imagologia de Juan Orlando Hernández (JOH) como líder carismático, humanista y redentor de la política hondureña; proyecto que fracasó, que fue castigado en las urnas, y que marcó lo que hoy podríamos llamar como la implosión de la “La burbuja azul”. Implosión azul dado que además del voto de la Alianza se sumó un votante nacionalista de castigo anti JOH, más el voto “milenio” de la juventud que dada la crisis de “democracia”, se orientó al voto fuera JOH; más el voto interpartidario, liberal, PINU y otro que dijo no al proyecto de la reelección; votantes que pasaron del conservadurismo histórico al proyecto anti JOH o fuera JOH como un tema central de campaña in situ el día de la votación. JOH es una burbuja creada, maquillada e inflada por los mass media principalmente de la corporación Televicentro y otros medios menos corporativos pero medios más de estómago que de comunicación.

 

Juan Orlando Hernández hoy en día al igual que hace 4 años cuando asumió de manera fraudulenta el poder del gobierno y el asalto al Estado, sigue siendo el máximo ejemplo de la anti-democracia, del hurto mezclado con cinismo, y su símil más próximo podría dar para considerarlo como “El pequeño aprendiz a dictador del siglo XXI”, con las falencias históricas de sus raíces políticas y económicas que lo ubican “pese al poder que ha usurpado”, en la periferia de los poderes fácticos de Honduras.

 

A esta crisis se suman otros actores no menos relevantes que deben ser analizados en su dimensión histórica, mediática y geopolítica; UE, OEA, y Gobierno de EEUU. El papel de la UE en el 2013 fue de un aval incondicional de JOH, el fraude electoral contra Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación significó el más claro ejemplo de esa supuesta observación internacional que nunca fue contundente en sus planteamientos, y se limitaron a dar recomendaciones a un TSE capturado por el régimen, y fin de la historia.

 

En cuanto a la OEA, en el 2009 hizo malabares con la crisis post Golpe de Estado arrastrando dicha crisis o pactando desde el Acuerdo de San José, Acuerdo Guaymuras y finalmente el Acuerdo de Cartagena el cual se limitó a posibilitar un instrumento político electoral para un sector de la resistencia, obviando todo lo concerniente al castigo por violación a los Derechos Humanos en contra de la resistencia popular, violencia ejercida por parte de las fuerzas represoras del Estado; OEA que en el año 2016, ante el millonario saqueo del IHSS y dada la multitudinaria movilización popular “de las antorchas” (año 2015-2016), apareció en escena con una MACCIH en contraposición a una CICIH solicitada por el movimiento de indignación; MACCIH que va a paso lento en temas de combate a la corrupción, una misión de la OEA atrapada por un Ministerio Público acostumbrado a engavetar casos de alto impacto y jugar al show mediático, y por tanto desde la ciudadanía no deja de parecer (la MACCIH), -a lo lejos un elefante blanco-, una multinacional de empleos de buena paga.

 

De Estados Unidos no se puede esperar nada sino la intervención histórica que por décadas ha impuesto en la región, la violación a la autodeterminación de los pueblos, la violencia como su máxima expresión de barras y estrellas ensangrentadas por guerras provocadas, -el negocio del armamentismo como parte de su PIB-. Frente a este intervencionismo USA se rescata la contundente respuesta popular que comienza a retomar en las calles la consigna antimperialista y soberana de los pueblos del mundo; gringos go home.

 

En este escenario se mueve una crisis que podría ser apenas el comienzo de algo más profundo y complejo dado los intereses encontrados no solo por actores políticos, económicos o geopolíticos sino también por el papel que juega la narco política en esta historia; un tema tocado con “guante de seda”, por parte de la OEA, UE y los mismos EEUU. Para JOH imponerse como presidente de esta pequeña pero todavía “República bananera, minera, y corredor de la droga que se mueve hacia el norte, -droga que al igual que la industria militar sostiene un sector de la economía USA, representa su única salvación.

 

Por tanto, el Golpe electoral en curso que JOH y sus aliados buscan imponer es un asunto de vida o muerte para JOH, y para la imposición de este modelo de dictadura “democrática”, del siglo XXI, de Golpes Electorales en curso, golpes blandos. Si bien es cierto, no son exclusivamente temas de corrupción los que cuentan en esta crisis de dimensiones insospechadas, y que envuelven en una estela de impunidad todo el entorno del régimen juanorlandista, también prevalece un tema más grave aún, -la pelea de corredores de la droga-, de “carteles”, donde aparecen enlistados cercanos colaboradores, amigos y la mención un familiar cercano a JOH, cuenta también el control territorial o corredores de la droga por parte de esas redes de criollos y foráneos que se juegan la historia de un país por unos cuantos kilos de coca; la narco política made in usa, construyendo narco Estados que en el imaginario de Juan Orlando pasaran a llamarse “Ciudades Modelo”, y para Estados Unidos serán también “modelos de bases militares”, para América Latina y el mundo, países ocupados y segmentados por el imperio. Sin duda y como se dice popularmente: por ahí están los “toros”, “los torones” de la narco política a la expectativa de este complejo y anunciado desenlace; preparados para pasar factura a quien corresponda.

 

En la coyuntura otro escenario se mueve, y muy importante para contextualizarlo; la movilización de las fuerzas populares, de un novísimo movimiento social entremezclado con los nuevos movimientos sociales, y uno que otro líder de los tradicionales movimientos sociales dando signos de resistencia aún. Lo que vivimos hoy es una acumulación de fuerzas post Golpe de Estado 2009, e incluso fuerzas que vienen fortaleciéndose años previos al golpe con la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular que enfrentó en las calles y carreteras las políticas neoliberales impulsadas por el expresidente Rafael Leonardo Callejas, (actualmente preso en Estados Unidos por actos de corrupción con los fondos FIFA), movilizaciones contra el ALCA, los TLC y toda la política neoliberal de la década del noventa. Por tanto asistimos este 2017 inmersos en una acumulación de fuerzas populares con características multidireccionales, carentes de una conducción centralizada, (excepto las decisiones políticas de la Alianza que van marcando cierto horizonte), fuerzas populares que se nutren de micro –células locales que entre lo espontáneo y medianamente organizado nuclean fuerzas que chocan y responden a la dictadura con un contundente fuera JOH y tomas en varios puntos estratégicos del país; un Fuera JOH que tuvo su etapa embrionaria con el movimiento de indignados, y que en este proceso electoral pasó de la etapa de las antorchas, a la etapa de fuera JOH en las urnas, y ahora ante el fraude electoral de vuelta a las calles. Fuerzas populares movilizadas en algunos casos con núcleos de conducción política, y en otros casos conducciones locales, colectivas, nacidas de la indignación y del fuera JOH barrial o sectorial.

 

En esta etapa cuenta la acumulación de las fuerzas populares político partidarias organizadas en Colectivos de Libertad y Refundación, LIBRE, el voto leal a Salvador Nasralla, voto PINU más el voto de las organizaciones del movimiento social y popular quienes se plantearon un voto en contra de las fuerzas represoras y dictatoriales; todos constituyen una fuerza estratégica que en un escenario deseado, en una Convergencia de fuerzas populares podría significar una victoria contundente del pueblo movilizado que transita de las urnas y del voto popular a las calles y carreteras de todo el país, dispuestos a paralizar el norte, sur, este y oeste del territorio nacional, y que avizora el escenario donde (aun imponiéndose el dictador con su calcado golpe de urnas no sería otra cosa sino el tiempo en regresiva para JOH, los días contados para su espurio Gobierno).

 

Es importante también ver el contexto de las resistencias territoriales, en regiones donde el movimiento social y popular tiene mayores niveles de articulación y organización, de resistencia ante el despojo y la imposición de proyectos extractivos.

 

En esos espacios de articulación se puede inferir que estos son bastiones importantes de resistencia y lucha ANTIJOH, es ahí donde las fuerzas represoras de JOH están siendo no solo contenidas sino también -por momentos- derrotadas, y podría ser este el asidero idóneo, un primer espacio para la convergencia de las fuerzas necesarias que posibiliten condiciones para el avance de una fuerza mayor, y que de la pauta para el paso estratégico que va de los levantamientos territoriales actuales a un sostenido levantamiento de carácter nacional, capaz de paralizar el país hasta lograr la inminente salida de JOH, y con ello la victoria popular.

 

Concluyo que este escenario de crisis, marcado por una matriz comunicacional hegemónica, - impuesto por poderes facticos-, en gran medida ha sido derrotado por la otra comunicación, por esa comunicación “líquida”, que va y viene entre “redes sociales”, medios digitales y radios alternativas, Radio Progreso, (en este momento atacada y fuera del aire por parte del régimen que permanentemente viola la libertad de expresión), redes de radios comunitarias, canales de cobertura nacional UNETV, y la cobertura internacional y de los pueblos en el caso de Telesur quienes han dejado al descubierto el plan A, Plan B, Plan C, Plan D del fraude y golpe de Estado electoral de JOH, y de JJ Rendón, este último como punta de lanza de la derecha internacional al servicio de la dictadura.

 

En el campo comunicacional tanto JOH como las empresas corporativas serviles a la dictadura han sido derrotadas ética y mediáticamente, -gracias al levantamiento de la solidaridad de pueblos y gobiernos del mundo-, denunciando un fraude electoral cargado de cinismo y violencia, de represión y muerte, de asesinatos a la ciudadanía movilizada pacíficamente, violencia de Estado por parte de un “presidente”, impopular y causante de una crisis de institucionalidad que convierte a Honduras en un Estado permanente de sitio; esta solidaridad y denuncia internacional representa en esta coyuntura de crisis una victoria popular.

 

12 de diciembre de 2017

 

 

https://www.alainet.org/pt/node/189821?language=es
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