¿Qué tanto pretende conseguir el presidente de la República Martín Vizcarra del emplazamiento que ha hecho al Congreso, proponiendo la consulta de 4 proyectos de Ley que deberán ser puestos a plebiscito mediante referéndum?, ¿Qué pasará si en diciembre, el Congreso no ha convocado a la consulta, como lo ha indicado Vizcarra?

La reacción que ha tenido Vizcarra luego de los llamados “audios de la vergüenza”, ha dejado sorprendidos a todos los sectores políticos y a la propia opinión pública y le ha granjeado importante aprobación (46% según última encuesta de IPSOS). Mantener el país relativamente tranquilo, es algo que le da aire para gobernar, con cierta calma.

Pero este emplazamiento al Congreso de aplastante mayoría fujimorista, ha tenido un radio de acción mayor. Ha puesto en jaque también a casi todos los sectores políticos del país. Nadie puede oponerse a las medidas de lucha contra la corrupción que plantea el Gobierno, más bien los ha obligado a apoyar sus medidas y, aunque manifiesten dudas respecto a la posibilidad de su concreción, no están pensando en oponerse a ellas. Este golpe de timón ha puesto a Vizcarra a la cabeza de lo que pasa el país. Ahora, él tiene la iniciativa política.

Así las cosas, la mirada, está puesta en el Congreso de la República, quien debe dar luz verde al referéndum para la reforma parcial de la Constitución y Vizcarra necesita mantener esta alianza con la calle, para poder tener al fujimorismo sin posibilidad de retomar los bríos de la primera parte de este período gubernamental. Lo ideal para el Ejecutivo sería que el fujimorismo no pueda salir de este arrinconamiento, ha quedado demasiado magullado, pero todavía tiene la mayoría en el Legislativo.

Ahora, el fujimorismo debe dar paso al debate de las propuestas del Ejecutivo de manera expeditiva y debe aprobar el referéndum con la celeridad a que la Ley le obliga. Si no lo hace, la población volverá a movilizarse. No olvidemos que las últimas marcha anticorrupción, han estado dirigidas principalmente contra este poder del Estado y la “Fuerza N° 1”.

El fujimorismo, se encuentra en la disyuntiva de dar paso al debate de los proyectos de Ley y la aprobación del referéndum como lo exige la población, o proteger a los corruptos propios y ajenos. Ese es el escenario ideal para el Ejecutivo.

Vizcarra ya no puede dar marcha atrás ni dejar que pase el tiempo y se extienda indefinidamente el debate de los proyectos presentados al Congreso el 28 de julio de este año, él mismo ha puesto diciembre como tope, lo único que puede hacer, es seguir manteniendo en jaque al fujimorismo, y no descartar el adelanto de elecciones con el consiguiente cierre del Congreso, como se lo ha demandado la gente en las calles.