El día que Francia hizo explotar un barco de Greenpeace

10/07/2020
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El 10 de julio de 1985, hoy 35 años atrás, el gobierno socialista de Francia, encabezado por el presidente François Maurice Adrien Marie Mitterrand, hizo colocar una bomba en el casco del barco Rainbow Warrior, de Greenpeace, que se encontraba atracado en el puerto de Auckland y se encontraba listo para partir en un viaje de protesta al sitio del Océano Pacífico Sur donde los franceses se aprestaban a practicar unas pruebas nucleares.

 

El Rainbow Warrior, “El guerrero del arcoíris”, era la nave insignia de la organización Greenpeace, defensora del medio ambiente, que había sido construida en 1955 en el astillero Hall, Russell & Company, de Aberdeen, Escocia, y dedicado a la pesca marítima por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Originalmente se lo denominó “Sir William Hardy” en homenaje a la memoria del destacado biólogo William Bate Hardy.

 

Greenpeace lo adquirió en 1978 y en 1981 hizo reemplazar su maquinaria diésel y lo convirtió en un imponente velero lo cual le llevó bastante tiempo mientras recaudaba el dinero necesario para ello. Su primer destino, en colaboración con el World Wildlife Forum, el Foro Mundial de la Naturaleza, fue encarar una campaña para evitar la exterminación de las ballenas. El reemplazo de los motores también estuvo decidido como parte de la política de preservación del medio ambiente.

 

La denominación de Rainbow Warrior fue tomada de una antigua profecía de los cree, nación aborigen del actual Canadá, la cual señala que “Llegará un tiempo en el que los pájaros caerán del cielo, los animales de los bosques morirán, el mar se ennegrecerá y los ríos correrán envenenados. En ese tiempo, hombres de todas la razas y pueblos se unirán como guerreros del arco iris para luchar contra la destrucción de la Tierra”. La humanidad está haciendo que la primera parte se vaya cumpliendo, pero buena parte de ella se resiste a lo segundo según lo demostrara el hundimiento de ese buque y muchos hechos posteriores como los que impulsan gobiernos actuales de grandes países.

 

Hasta su destrucción el Rainbow Warrior, que estaba registrado en el puerto de Ámsterdam, en los Países Bajos cuya bandera portaba, era la embarcación de base para las protestas llevadas adelante por Greenpeace en diferentes estados contra las actividades que se desarrollaban en los mismos que perjudican el medio ambiente y, en particular, que apuntan a la extinción de especies marinas como en el citado caso de las ballenas.

 

El hundimiento de la nave, que costó la vida a una persona, fue llevado a cabo por agentes de la Dirección General de Seguridad Exterior de Francia y el objetivo fue impedir el viaje programado para lo inmediato por Greenpeace para difundir a nivel mundial su protesta contra las pruebas nucleares programadas por ese país a practicar en el Atolón de Muroroa en la Polinesia Francesa. El Rainbow Warrior fue reflotado, pero no pudo ser reparado por lo cual en 1987 fue llevado a las Islas Cavalli, en Nueva Zelanda, donde fue rehundido en la Bahía Matauri como santuario para la protección de la fauna marina.

 

A partir de entonces varias bandas de rock compusieron temas en memoria de la nave, entre ellas la argentina “Rata Blanca”, de heavy metal; la danesa-estadounidense “White Lion”, de heavy rock; la belga Cobalt 60; la neozelandesa “The Bats”; la feroesa Týr; y las españolas “Avalanch”, asturiana, y “Asfalto”, madrileña, de heavy metal y rock, respectivamente.

 

Geffen Records sacó un doble álbum, Greenpeace Rainbow Warriors, en 1989 que incluía canciones de artistas como U2, INXS, The Pretenders, Talking Heads, Peter Gabriel, y White Lion. La banda sueca “Europe” también realizó una demo llamada ‘Rainbow Warrior’ en su single ‘Le Baron Boys”, aunque no se sabe si hace referencia al barco. La banda de punk alemana Die Toten Hosen también hizo referencia al hundimiento en su canción “Walkampf”. La banda Coco Rosie también tiene el tema ‘Rainbow Warriors’ referido a este incidente.

 

Además de las músicas de las referidas bandas la cultura popular también aportó varias películas como “The Rainbow Warrior Conspiracy”, de 1989; “The Rainbow Warrior”, de 1992, “Operation Rainbow Warrior” y “Le Rainbow Warrior”, estas últimas francesas y ambas de 2006. Así mismo, se han escrito algunos libros sobre el barco, como “Eyes of Fire: The Last Voyage of the Rainbow Warrior”, redactado por uno de sus tripulantes, David Robie, un año después del hundimiento. Por su parte Greenpeace mantuvo la denominación para sus siguientes buques insignia, denominados Rainbow Warrior II y Rainbow Warrior III.

 

El atentado, que costara la vida al fotógrafo neerlandés Fernando Pereira, de 36 años, generó problemas a Francia a nivel internacional que incluyeron sangrientos disturbios en Nueva Caledonia lo que la obligó a establecer un nuevo estatuto para la Polinesia Francesa. Las investigaciones realizadas a partir del acto terrorista indican que todo comenzó el 23 de marzo de 1985 cuando la agente Christine Huguette Cabon, de 33 años, oficial de la armada francesa y parte de los servicios de inteligencia llegara a Auckland bajo el nombre de Frédérique Bonlieu, la que se infiltró en Greenpeace lo que le permitió investigar lo relacionado con la proyectada protesta. El 24 de mayo la espía abandonó Nueva Zelanda.

 

El 22 de junio arribó al puerto de Parengarenga, también en Nueva Zelanda, desde Nueva Caledonia el yate “Oueva” con cuatro espías de la marina francesa. Ese mismo día llegaron a Auckland desde Honululu el mayor Alain Mafart, de 34 años, especialista en operaciones subacuáticas como los tripulantes del “Oueva”, y la capitana Dominique Prieur, de 36, bajo falsa documentación suiza con los nombres de Alain Turenge y Sophie Turenge, respectivamente. Un día más tarde, el 23, llegó a Auckland el coordinador del operativo, el oficial de servicios secretos Louis-Pierre Dillais, disfrazado como Jean Louis Dormand, y el 29 el “Ouvea” llegó al puerto de Whangarei.

 

El 7 de julio fue otra fecha clave. Ese día llegaron a Auckland los nombres falsos de Alain Tonel y Jacques Comurier, de 33 y 36 años, respectivamente, los espías supuestamente entrenadores deportivos, quienes colocaron las bombas. Sus nombres reales no fueron revelados durante la posterior investigación. Con ellos también llegó el supuesto François Regis Verlet, responsable de las últimas investigaciones. Ese mismo 7 el Rainbow Warrior arribó al puerto de Waiternata, Auckland, para reunirse con otras naves que se aprestaban a partir para participar en la manifestación en el Atolón de Muroroa.

 

Y así se llegó a qué diez minutos antes de la medianoche del 10 se produjo una primera explosión y poco después una segunda, la que provocara la muerte de Pereira. El 11 los neozelandeses se enteraron del primer atentado terrorista en su país y se inició una amplia investigación. Las denuncias de habitantes de Auckland hicieron que Sophie y Alain Turenge fuesen arrestados e interrogados a raíz de lo cual Francia negó toda participación en los hechos.

 

El 15 la policía de Auckland envió agentes a la Isla Norfolk, Nueva Caledonia, para interrogar a la tripulación del “Ouvea”. Uno de ella se había ido en avión a Sídney. Por falta de pruebas todos fueron dejados en libertad y poco después el yate, que había partido hacia Numea adonde nunca llegó, desapareció, supuestamente hundido por los tripulantes.

 

Pero en la propia Francia comenzaron los problemas el 8 de agosto cuando medios periodísticos de ese país hablaron de la vinculación de los servicios secretos franceses con el atentado. Ello obligó al gobierno a designar un responsable de la investigación. El 9 el propio Mitterrand anunció que si ello fuese cierto se castigaría a los responsables. El 22 los servicios secretos revelaron los nombres de los agentes, pero con la aclaración de que se les había ordenado entorpecer el accionar de Greenpeace, pero no el hundimiento de la nave.

 

Un par de días después, el 24 los Turenge fueron acusados de terrorismo y de la muerte de Pereira, en tanto que se descubren las acciones de Christine Cabon la que desapareció huyendo a Israel. El 28 el primer ministro francés, el socialista Laurent Fabius, ratificó los dichos de Mitterrand para el supuesto de que los acusados fuesen encontrados culpables.

 

Finalmente, Fabius, el 23 de septiembre, admitió la actuación de aquellos, pero aclaró que no iban a ser juzgados porque actuaron bajo órdenes superiores. De todos modos, Mafart y Prieur fueron condenados en Nueva Zelanda a diez años de prisión, tras lo cual el gobierno presionó sin éxito por su extradición. Ante el rechazo a la misma Francia aplicó restricciones a las importaciones desde Nueva Zelanda, aunque luego aceptó compensar con dinero la destrucción del barco.

 

De todos modos desde el gobierno galo no se aceptó el castigo a los terroristas como quedó demostrado luego de que el entonces secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el peruano Javier Felipe Ricardo Pérez de Cuellar, mediara en 1986 un acuerdo por el cual ambos iban a estar confinados tres años en una base militar francesa en el Océano Pacífico, en mayo de 1987 Prieur fue trasladada a París y el 14 de diciembre, bajo la excusa de una enfermedad, también fue llevado a la capital francesa Mafart a quién, de inmediato, se le asignara un nuevo cargo en una academia militar. Prieur en 2002 fue ascendida a comandante. No importó hacer terrorismo de estado y que luego todo saliese a la luz.

 

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

https://marcelobonelli.cienradios.com/el-dia-que-francia-hizo-explotar-un-barco-de-greenpeace/


 

 

https://www.alainet.org/pt/node/207799?language=es
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