El 28 de diciembre es para el cristianismo el “Día de los Santos Inocentes”, una fecha en la que se atribuye al rey hebreo Herodes I “El Grande” la matanza de todos los niños de menos de dos años que se encontraran en Belén. Su propósito fue, según esa tradición, el de evitar la supervivencia del hacía poco llegado a este mundo Jesús de Nazaret. Por lo tanto en esta fecha se honra la memoria de todos aquellos bebés asesinados hacen algo más de dos milenios.

Como contrapartida a una triste conmemoración en el mundo hispanohablante se trata de un día para las bromas tramposas. La idea es que uno engañe a otros y que cuando éstos se crean el cuento que se les hiciera el autor de la engañifa se burle de ellos con dichos como “que la inocencia te valga” o “caíste por inocente”, acompañados con risas. Incluso es común llamar a amigos por teléfono para hacerles creer las noticias falsas inventadas a esos efectos.

Herodes, nacido alrededor del 74 Antes de Nuestra Era, gobernó como vasallo del Imperio Romano, entre el 37 y el 4 ANE, con el rango de rey de Judea, Samaria, Idumea y Galilea. Durante ese reinado desarrolló grandes obras como el Segundo Templo de Jerusalén, el puerto de Cesárea Marítima y las fortalezas de Masada y Herodión. Su biografía aparece en la obra del judeo-romano Flavio Josefo, el gran historiador del Siglo I, quién hiciera un importante aporte sobre la vida de Jesús.

Herodes también aparece en el Nuevo Testamento precisamente como el responsable de la referida matanza de niños algo que surge como coherente con la dureza que se le atribuye para con sus adversarios mientras generaba un poder aristocrático. El hecho de que se le atribuya dicha matanza cuando murió antes de la fecha oficial del nacimiento de Jesús también tiene que ver con el mal cálculo realizado al respecto por Dionisio “El Exiguo”. Todo indica que Jesús pudo haber nacido siete años antes.

En el evangelio de San Mateo aparece citado el profeta Miqueas quién hacia el Siglo VIII ANE, según la tradición, había anunciado el nacimiento del “rey de los judíos” a producirse en Belén. Al parecer Herodes pidió a los Magos de Oriente que le dieran precisiones al respecto pero ello no ocurrió por lo que al enterarse del nacimiento ordenó la matanza de los niños menores de dos años. Masacre que no alcanzó a Jesús ya que su familia había podido escaparse a tiempo del lugar. La conmemoración de la fecha de homenaje a los “Santos Inocentes”, que se lleva a cabo los 28 de diciembre, aparece desde fines del Siglo VIII en una recopilación conocida como “Sacramentario Gregoriano”. En las iglesias la misma da lugar a rezos durante los cuales los sacerdotes recuerdan ese hecho y hasta suelen emitirse gemidos como los que pudieron haber salido de las gargantas de los niños homenajeados. Cabe consignar que la cita de Mateo es la única existente al respecto.

La referida contracara es una suerte de herencia de la “Fiesta de los Locos” que durante la Edad Media se conmemoraba entre las fechas de la Navidad y del Año Nuevo. No faltan los que sostienen que ambas celebraciones se fueron asociando y que ese es el origen de que en la actualidad mientras en el ritual cristiano se recuerda a las presuntas víctimas de Herodes no falten los que se dediquen a realizar chistes burlones a sus amigos y parientes.

“Fiesta de los Locos” se llamaba a una que practicaban, particularmente, algunos jóvenes clérigos que hasta daban lugar a comidas, incluyendo bebidas, sobre los altares. Festejos en los que no faltaban las burlas a sus sacerdotes, las canciones obscenas y procesiones caminando hacia atrás, entre otras irreverencias que alcanzaban su punto álgido cuando se elegía, en una suerte de parodia de concilio, a quién denominaban “el papa de los locos”.

Se trataba de una forma de protesta, por vía de las burlas, para expresar la falta de conformidad con la vida que se llevaba por entonces dentro de las iglesias. Su práctica estuvo muy difundida en todo el continente europeo, sobre todo en los territorios de los actuales países de Alemania, España, Francia y el Reino Unido de Gran Bretaña de Irlanda del Norte. Si bien con el tiempo la “Fiesta de los Locos” se mantuvo hasta el Siglo XVI a partir de entonces fue perdiendo vigor aunque aún se ven desfiles.

En la actualidad las bromas que llevan a “que la inocencia te valga” se han hecho menos agresivas aunque con los avances sociales hasta se llega a que no falten quien difundan falsedades a través de los medios para mofarse de quienes las crean. En algunos países como Alemania, Brasil, Canadá, los EUA, Francia e Italia se ha llegado a instituir el “Día de las bromas de abril”, que se celebra el primero de ese mes y que, en esencia, tiene las mismas características burlescas que el 28 de diciembre.

Pero ambos 28 de diciembre siguen teniendo sus adeptos y así en España de conmemora ese día y desde 1995 se lleva a cabo la “Gala Inocente”, un encuentro con fines benéficos destinado a recaudar fondos de ayuda para solucionar problemas infantiles. Diversos festejos se realizan en Tremp (Lérida), Ibi (Alicante), Fraga (Huesca), Jalance (Valencia) y Monserrat (Catalunya). En Jalance se mantiene desde comienzos del Siglo XVII la “Fiesta de los Locos” y por la noche “El Baile de los Locos”.

En Hispanoamérica son El Salvador, México y Venezuela los que mantienen más la tradición. En el caso de México es una de las festividades católicas más importante la conmemoración de la masacre herodiana mientras también se gastan bromas pesadas y se dice ¡Inocente! a las víctimas. En El Salvador es la fiesta patronal de Antiguo Cuscatlán y su iglesia está dedicada a los “Santos Inocentes”. En Venezuela, bajo distintas formas, el festejo abarca diversas regiones.

- Fernando Del Corro es periodista, historiador, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires.

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