Las próximas elecciones en los Estados Unidos de América se enmarcaran en una estrategia geopolítica mundial bastante compleja, donde el mundo bipolar no es el mismo de la guerra fría así como tampoco el tiempo de intervenciones militares como venía realizando el país del norte hasta la primera década del siglo XXI.

Existen otros sujetos políticos, económicos, militares con igual capacidad para interferir en decisiones no unilaterales sino multilaterales, donde el Consejo de Seguridad de la ONU no es controlado por Estados Unidos.

El mundo dejo de ser unipolar ahora es multipolar. Es innegable que China en las últimas tres décadas se convirtió en un referente económico para África y América Latina y gran parte del Caribe. Rusia hoy exhibe un poderío tecno militar que prácticamente reta al poderío militar del norte. La India muestra un poderío tecnológico.  La Republica de Irán, burla los mandatos de las grandes empresas petroleras del norte que quisieron impedir que los buques iraníes llegaran a Venezuela con el suministro de gasolinas, pasando por océanos y mares infectados de la Marina estadounidense.

Las elecciones del próximo 3 de noviembre 2020, serán decisivas para que de una vez se entienda lo siguiente:

Muchos países soberanos y dignos de su historia, no aceptan que un grupo económico de Estados Unidos, a través de sus aparatos ideológicos de Estado, le imponga el garrote de la obediencia. Las últimas tácticas de la geopolítica estadounidense se ha caracterizado por:

a- la amenaza diplomática como recientemente lo hiciera Mike Pompeo, Secretario de Estado, en su gira geopolítica que incluyo desde Japón pasando por el Vaticano, hasta la triple frontera venezolana (Colombia, Brasil y Guyana) para ordenar a esos países la confrontación militar contra la República Bolivariana de Venezuela, para estimular la intervención militar indirecta;

b-la intervención diplomática directa con el Cartel o Grupo de Lima, violando la Convención de Viena y la Carta de la ONU; y,

c- el bloqueo económico criminal contra Cuba, Nicaragua y Venezuela. Muchos estadounidenses no quieren guerra e intervenciones como lo plantea la administración de Donald Trump. Decidirán entre la paz o la guerra.

En tiempo de la actual administración Trump, el racismo, la discriminación, la criminalización de las migraciones y la imposición de la xenofobia como política de Estado, generando miles de protesta de afrodescendientes, latinos y migrantes. El voto estadounidense decidirá si se continúa o no se continúan agudizando las tensiones raciales y la xenofobia, lo cual pudiera concluir en una guerra civil.

Las diferencias sociales en los Estados del Sur e indígenas (Dakota del norte y del sur) cada vez es mas aguda, así como sus consecuencias de sin hogares, sin seguro social y aumento de la pandemia racializada. Las votaciones del próximo 3 de noviembre decidirán si se profundiza o no las diferencias sociales.

Alguien de Estados Unidos me comento que tal vez no haya mucha diferencia entre demócratas y republicanos, pero se puede pasar de lo peor a lo malo. Un cambio tiene que venir (San Cooke...A Change is gonna come…https://youtu.be/fPr3yvkHYsE….)