Un plan de reforma electoral para anexar a Puerto Rico
El plan de Equally American habría propuesto establecer una demarcación electoral que se extendiera por 14.800 kilómetros, desde el punto en que el Caribe se encuentra con el Atlántico, hasta el Pacífico occidental cerca de China.
- Opinión
La operación silenciosa del senador Robert Menéndez, que logró eliminar de la propuesta de reforma electoral un plan para la consolidación imperial sobre Puerto Rico y demás territorios coloniales de Estados Unidos, contó con un grupo de profesionales, entre los que está un joven científico condecorado de la NASA.
La victoria de los patriotas puertorriqueños, que bien parecería apropiada para un episodio de una guerra de las galaxias contra las pretensiones del imperio, no significa que se haya desintegrado el peligro de que en Washington vuelvan a intentar revivir el plan.
El equipo de “Boricuas Unidos en la Diáspora” muestra estar muy consciente de que se trata de una lucha muy larga que apenas comienza. Su objetivo estratégico es ayudar a la descolonización de los territorios de EE.UU. y que Puerto Rico en particular llegue a su libertad para formar parte de la comunidad internacional de naciones.
“Nuestro norte siempre ha sido impulsar un proceso serio, justo y democrático de autodeterminación que nos lleve a la descolonización final de nuestra patria ocupada”, dijo el científico Edil Sepúlveda. Explicó que el grupo rechaza lo que describe como “procesos incompletos y para las gradas”, así como los “clichés de igualdad para complacer a cabilderos y grupos de interés en Washington”.
El plan, que hasta ahora había impulsado a velocidad imparable el grupo Equally American, habría establecido que se evaluara rápidamente implantar en todos los territorios la elección de representantes con voto a la Cámara federal y la votación por el presidente y vicepresidente de EE.UU. Para implantar esa segunda parte, habría sido necesario establecer un colegio electoral único para todos los territorios, es decir, una demarcación electoral que se extendiera por 14.800 kilómetros, desde el punto en que el Caribe se encuentra con el Atlántico, hasta el Pacífico occidental cerca de China.
El punto de vista de “Boricuas Unidos en la Diáspora” es que el plan intenta hacer avanzar la anexión final de los territorios para que formen parte integral de EE.UU., cuando lo que se debe apoyar es “un proceso serio” como el que promueve el senador Menéndez (demócrata de New Jersey) y las congresistas Nydia Velázquez y Alexandria Ocasio Cortés (demócratas de Nueva York). Sepúlveda expresó su convencimiento de que “una vez negociado” el proceso, “el Pueblo de Puerto Rico, luego de una campaña educativa seria, escogerá el camino de la soberanía nacional para integrarse finalmente a la comunidad internacional y negociar como iguales con todos los países libres del mundo, incluyendo con los Estados Unidos”.
En la otra cara de la moneda, el plan concebido e impulsado durante el anterior congreso, estaba insertado en las páginas interiores de la propuesta y extensa reforma electoral. Fue revivido al inicio del Congreso 117, a poco de comenzar el actual período de gobierno demócrata.
La medida fue aprobada a gran velocidad por la Cámara de Representantes con el número R-1. Se incluyó también en el S-1 del Senado.
Todo quedó en suspenso cuando los republicanos usaron el recurso del filibusterismo para evitar que la exigua mayoría demócrata lograra aprobar la reforma electoral. La sección sobre los territorios -colocada a mitad de un proyecto de cerca de 900 páginas- no fue objeto de discusión pública, ni siquiera cuando la medida fue analizada por el comité de reglas del Senado.
Menéndez se movió con gran discreción y pidió lo mismo a los grupos que respaldaban sacar a los territorios del proyecto.
La oportunidad de actuar más abiertamente surgió cuando los demócratas buscaron eliminar todas las partes que tuvieran el potencial de causar más controversias. Entonces, Menéndez gestionó con éxito que no se incluyera en el proyecto sustitutivo de la reforma, ahora bajo consideración del Senado.
Mientras tanto, según el relato de Sepúlveda, “Boricuas Unidos en la Diáspora” había estado aprovechando que el plan estaba fuera de los radares de la discusión pública para gestionar durante meses la intervención de entidades como el Center for Popular Democracy y organizaciones de todos los territorios, del Atlántico y el Pacífico. Se hizo llegar una carta a todas las oficinas con jurisdicción sobre el tema en el Congreso.
Formar parte de equipos triunfadores en gestas que parecen imposibles no es algo nuevo para Sepúlveda, graduado de geología del Recinto Universitario de Mayagüez, de derecho en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico y quien profundizó sus estudios científicos en la escuela graduada de la Universidad de Columbia en Nueva York.
En 2017 formó parte del equipo del centro de vuelo espacial Goddard de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) que fue condecorado por haber desarrollado el sistema “Black Marble”. Con ese sistema, la NASA pudo observar de noche desde los satélites los vecindarios específicos de Puerto Rico con problemas de energía tras el paso del devastador huracán María, recurso que resultó muy importante para detectar y atender las complejas averías.
El grupo “Boricuas Unidos en la Diáspora” está formado por profesionales jóvenes puertorriqueños que trabajan en EEUU e incluye abogados, ambientalistas, expertos en comunicaciones y otras disciplinas, con experiencia desde las ciencias hasta el derecho internacional y la ayuda a países que enfrentan graves problemas sociales y económicos.
El propio Sepúlveda sigue muy activo en la NASA y trabaja en el desarrollo de sistemas para el uso de los satélites para vigilar los hielos polares en la lucha por tratar de contener el efecto invernadero y el calentamiento global.
En el otro bando, el por ahora derrotado Equally American sigue las gestiones diversas para promover la “igualdad” de los territorios. Circulan informes, sin confirmar, de que en alguna reunión reciente, ese otro grupo ha contado con la presencia del ex gobernador Ricardo Rosselló, que fue derrocado por un alzamiento popular en 2019, pero que ahora ha sido elegido por su partido como uno de los “delegados” para cabildear porque Puerto Rico se convierta en un estado de la Unión.
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