Herramientas de reflexión:

Impunidad S.A.: los “súper derechos” y los “súper poderes” del capital corporativo

25/06/2013
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Cuarenta años después de que Salvador Allende denunciara al poder corporativo ante la Asamblea de las Naciones Unidas, millones de seres humanos están inmersos en procesos de lucha ante la injusticia social y ambiental generada por el sistema.
 
Defienden a los territorios, las semillas, el agua, los bosques, la alimentación, la biodiversidad, la salud, la cultura, etc., de la agresión de las empresas transnacionales, que expanden su poder mediante la “acumulación por desposesión”.
 
El informe Impunidad S.A., emprendido en el marco de la Campaña ¡Desmantelemos el poder corporativo y pongamos fin a la impunidad!, tiene el objetivo de brindar, mediante tres estudios de caso, herramientas de reflexión sobre los “súper” derechos y “súper poderes” de las empresas transnacionales.
 
Registra los abusos y violaciones de los derechos laborales fundamentales que se producen cotidianamente en las fábricas de prendas de vestir de Marruecos, destacando la responsabilidad de la transnacional española Inditex. Evidencia una situación similar en Nicaragua, señalando el papel de Pescanova. Y en ambos casos resalta cómo todo esto ocurre en el marco de losAcuerdos de Asociación impuestos por la Unión Europea (UE) , en un contexto en el que la Lex Mercatoria y la protección de los intereses corporativos siguen primando sobre los seres humanos. Pero el informe también se concentra en elmetabolismo social europeo, examinando las consecuencias de la dependencia sustancial de la UE de cara a materias primas crecientemente estratégicas y situadas en los países empobrecidos. Mediante los casos de la explotación de zinc en Bolivia, carbón en Colombia y cobalto en la República Democrática del Congo, soja y caña de azúcar en Argentina y Brasil se ilustran los nefastos impactos de Glencore y se analiza hasta qué punto los acuerdos comerciales aseguran la impunidad de las grandes corporaciones. También se señala la participación de esta empresa en la especulación financiera sobre las materias primasImpunidad S.A. propone a la vez una mirada sobre las “venas físicas” de la liberalización comercial, considerando los avances de los megaproyectos de infraestructuras en América del Sur (IIRSA-COSIPLAN), resaltando el caso de la responsabilidad pública (mediante el Banco Europeo de Inversiones – BEI) y privada europea en construcción de las megainfraestructuras y en su financiarización. Se dedica un apartado especial al caso de lasmegarepresas amazónicas que se construyen sobre el Río Madera, con la participación del Banco Santander, GDF-Suez, Abengoa, Voith, Siemens y otras empresas europeas…
 
[…]
 
Conclusiones
 
“Estamos ante un verdadero conflicto frontal entre las grandes corporaciones y los Estados. Éstos aparecen interferidos en sus decisiones fundamentales -políticas, económicas y militares- por organizaciones globales que no dependen de ningún Estado y que en la suma de sus actividades no responden ni están fiscalizadas por ningún Parlamento, por ninguna institución representativa del interés colectivo. En una palabra, es toda la estructura política del mundo la que está siendo socavada. Pero las grandes empresas transnacionales no sólo atentan contra los intereses genuinos de los países en desarrollo, sino que su acción avasalladora e incontrolada se da también en los países industrializados donde se asientan. Ello ha sido denunciado en los últimos tiempos en Europa y Estados Unidos, lo que ha originado una investigación en el propio Senado norteamericano. Ante este peligro, los pueblos desarrollados no están más seguros que los subdesarrollados. Es un fenómeno que ya ha provocado la creciente movilización de los trabajadores organizados, incluyendo a las grandes entidades sindicales que existen en el mundo. Una vez más, la actuación solidaria internacional de los trabajadores, deberá enfrentarse a un adversario común: el imperialismo”. Discurso del Presidente chileno Salvador Allende ante las Naciones Unidas, 4 de diciembre de 1972
 
Cuarenta años han pasado desde que Allende pronunciara estas palabras. Su mensaje parece vigente hoy más que nunca. A lo largo de este informe hemos intentando evidenciar una parte de la arquitectura de la impunidad que ampara al capital europeo en articular, si bien la reflexión podría extrapolarse al conjunto de las transnacionales a nivel global, incluyendo a aquellas de los países emergentes.
 
Tal como lo señalan Berrón y Brennan (2012, 2), requerimos fortalecer una “respuesta social, de contrapoder, que identifique diferentes niveles y que pueda ponerlos en coordinación para actuar de manera cooperativa”. En este informe hemos pretendido aunar en ese sentido, vinculando el área de la economía real-real, aquel de las megainfraestructuras y la financiarización, con el análisis del actuar transnacional y de los acuerdos comerciales. Por ello se ha insistido en la necesidad de permanecer vigilantes ante el avance de las bases físicas que permiten la concreción de lo acordado en los TLCs y AdAs, tal como se observó en el caso de IIRSA.
 
Además, es importante señalar que en el ámbito de la creciente financiarización de la economía a nivel global, el ejemplo de las actividades de Glencore no es sino la punta del iceberg que se debe combatir desde los sectores de la sociedad civil que tradicionalmente han denunciado a las transnacionales. En efecto, hasta ahora, se ha trabajado mayormente sobre los impactos sociales, ambientales, laborales generados por estas empresas en la economía real y por la banca. No obstante, las empresas comienzan a estar activas directamente en todas las esferas de la economía, incluyendo aquella que les permite la especulación financiera (Teitelbaum 2012, 8). Ahí, se desenvuelven en un mundo donde ni siquiera necesitan de TLCs, EPAs o AdAs, en el marco de un sistema financiero fuera de control. Por ello, se requiere no solo entender cómo se están desarrollando, sino también buscar nuevas herramientas. Tal y como lo plantea Hildyard (2011), un “buen funcionamiento del mercado” es en realidad el funcionamiento de un sistema puesto al servicio del interés privado, que legaliza y legitima que uno pueda acumular riqueza a expensas de otras personas. El mercado no es el lugar ni el medio para recuperar fondos que sirvan al interés público. Los derivados financieros constituyen mecanismos que no hacen sino profundizar el carácter nefasto y antidemocrático del mercado. Por tanto, no se trata de hacer este sistema “un poco más justo”, sino de desmantelarlo.
 
Con la actual crisis multidimensional, tal como lo anunciaba Allende, las uñas del poder corporativo también se están clavando en la piel de los Pueblos de los países más enriquecidos. Además del control de sus patrones de consumo y la destrucción de su patrimonio cultural y natural desde hace décadas, ha impulsado el actual ataque a los servicios públicos y a los derechos sociales y laborales de estos Pueblos. En estos países, por fortuna, se están dando cada vez más movilizaciones. Ejemplos de la lucha en defensa de los derechos y contra los recortes se evidencian ya en toda Europa. En este contexto, debemos multiplicar las alianzas, coordinar resistencias y campañas locales. Por ejemplo, el éxito de toda resistencia puntual cobra mayor fuerza si se coordina a nivel global, “deteniendo la acción de la ETN en otros lugares donde intentará repetir su estrategia” (Berrón y Brennan 2012, 2).
 
Desde iniciativas como la campaña internacional ¡Desmantelemos el poder corporativo y pongamos fin a la impunidad!, las redes de lucha contra la liberalización del comercio, pero también aquellas que hacen un seguimiento importante del ámbito financiero y la economía “verde”, debemos entrelazar todas nuestras fuerzas y procesos organizativos frente a los “súper derechos” y a los “súper poderes” de las grandes corporaciones. En este sentido, será clave actuar para la creación de un Tratado Internacional de los Pueblos, con el objetivo de proponer alternativas económicas y políticas, y definir mecanismos jurídicos vinculantes para poder exigir a las corporaciones que rindan cuentas de sus actividades y sean condenadas por sus crímenes sociales y ecológicos. No tenemos otra opción, ni tampoco mucho tiempo.
 
Junio 2013
 
 
 
 
 
- Observatori del Deute en la Globalització (ODG) y Transnational Institute (TNI)
 
https://www.alainet.org/pt/node/77116
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