Dos razones me llevan votar por un canalla
12/06/2014
- Opinión
Me permitiré esta opinión, una más, dentro de este concierto de inquietudes y posturas frente a unas elecciones, que mas parecieran una gran obra teatral montada por los dueños del poder. No pretendo convencer de mi verdad y no podría, cuando he optado votar por quien desde toda indolencia de clase, ha violado la dignidad, los anhelos y esperanzas del pueblo. Respeto a quienes han optado por no votar, o votar en blanco (1) en esta segunda vuelta, deshonrosa la izquierda que los tilda de sectarios por la sencilla razón de no pensar como ell@s piensan y en consecuencia no van a votar por Juan Manuel Santos.
Las elecciones en Colombia desde los tiempos del Frente Nacional están pervertidas, concebidas y maquinadas para que con cara ganen ellos y con sello ganen también. En esta ocasión una abstención del 60%, es significativa, la abstención ha sido la constante (2), la que persevera y ha sido duramente tratada y señalada, ¡idiotas, apáticos, culpables!, como mínimo. Acaso no se dan cuenta que este es un fenómeno que habla, “los silencios hablan” me decía un amigo cuando yo callaba, así igual, a mi juicio, la abstención es un acto político y profundamente político y es la expresión del sentido rechazo a esta farsa electoral y a este simulacro de democracia con rancio olor a azufre(3).
Camilo Torres, el sacerdote revolucionario, decía: el que escruta elige y se confirma de nuevo. Las maquinarias y maquinaciones -que incluyen hasta el asesinato de quienes se presentan en la contienda (4)- se implementan en todo el trascurso del proceso electoral, así entonces no se permite que un candidato de izquierda -siquiera de avanzada-, llegue a la presidencia (5). Y es que, en nuestra cultura política somos adictos por despecho y por desprecio a las falsas ilusiones, todavía creemos que elegimos, cuando quienes elijen son los otros, no nos damos cuenta que, si acaso, podemos escoger, será siempre y cuando lo hagamos por los que detectan el poder, por aquellos que siempre sirven al amo USA y a su propia clase, en la hora y en la deshonra de nuestra gente amen.
Y el “si acaso”, al parecer es ahora, el 15 de junio, con la segunda vuelta, en que supuestamente podremos optar entre la derecha y la otra derecha disputándose el control del estado–que indignidad “y tod@s tan felices”-. Que uno es menos y que otro es ultra, eso dicen, la cantidad puede variar, la calidad o la esencia de los susodichos Uribe en cuerpo ajeno y Santos- es la misma, ambos sirven al gran capital y por supuesto profundizan y fortalecen el modelo neoliberal de inequidad, exclusión e injusticia. Y respecto de su postura de paz o de guerra, ya no tenemos derecho a la estupidez, la real intención desde las elites santistas con los diálogos en la Habana, no es la paz que anhela un pueblo, pues precisamente esa clase en el poder es la que con sus políticas y acciones la quebranta.
Votaré por Santos, pero no minimizaré su comportamiento de genocida, ni le aderezaré con atributos que no posee, no por miedo a Uribe encarnado en el títere Zuluaga, ni este es un voto por la paz, falacia de mayor talla, el falso dilema en que nos quieren enredar.
Simple y llanamente, Santos que es belicoso como Uribe, que hace parte de la mafia en el poder, que no escapa a la corrupción, que está implicado en falsos positivos, asesino confeso, el que manda toneladas de bombas desde los cielos sin importar vida alguna, ni de naturaleza, ni de seres humanos*, el Santos que arremete con feroz represión sobre los campesinos asesinándoles, encarcelándolos e hiriéndolos, el que entrega el territorio y sus recursos a las multinacionales extranjeras, el que ha profundizado el modelo de despojo, el que firma sin reato los TLC, el de mermeladitis, chantaje y mentiras, el que la salud y la educación las piensa como negocio, ese mismo que ha llenado mil y una noches de terror, con un ejército vinculado a los paramilitares, con su desastres y crueldad que oculta, el más cínico de los canallas de esta oligarquía colombiana, ese “que tu vez ahí”, fue astuto, por que a diferencia de Uribe que exclusivamente utilizo la vía de fuerza militar para acabar la insurgencia y seguiría este derrotero con su títere Zuluaga, ha aplicado paralelamente la vía del diálogo, pero no por bondad o amplitud, sino que, si la primera le fallaba, con la segunda, pretende lograr su rendición. Además por una confrontación armada, en la que ni el ejército ni la guerrilla, han podido derrotar al adversario militarmente, lo que indujo a las partes (6) a buscar una salida negociada al conflicto armado, para ser transmutada a una confrontación exclusivamente en el escenario de la política (7). Es un hecho que con Santos seguirá lo ya empezado.
De otra parte en las relaciones internacionales, particularmente con nuestro hermano país Bolivariano, evidentemente ante la confrontación que Uribe establecía durante sus años de gobierno, fue un aire de buen respiro, la normalización de las relaciones entre los gobiernos de Colombia y de Venezuela con la llegada del Santos. Este cambio de estrategia respondió también a intereses económicos, de conveniencias para mediación con la insurgencia y de estilo, pero independiente de ello, es una diferencia que hace que desde Colombia nuestros hermanos bolivarianos no sean objeto de ataque directo y de frente, como muy seguramente lo haría el iracundo Uribe.
Votaré, mas no apoyaré a Santos y tendrá que devolvernos con creces ese voto, no se lo estamos regalando, le exigiremos, le enfrentaremos como una sola fuerza para abrir el camino a la paz con justicia social. Deberá responderle al pueblo (8).
Entonces me veo impelida a votar por Santos en la segunda vuelta, uno, para apoyar, no a la paz, -los diálogos no conducen a la paz-, sino a la salida negociada del conflicto armado entre insurgencia y las elites representadas en los gobiernos de turno (este enfrentamiento es una expresión cruenta de la lucha de clases). Y dos, la relación con nuestro país hermano, Venezuela. Uribe de quedar, se convertiría en un actor directo del golpe impulsado contra nuestros hermanos Bolivarianos, desde USA con esa derecha criolla venezolana.
Esas dos razones me llevan a votar por un canalla.
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1. Cuando proclamaron al voto en blanco como el sumun de la protesta en la primera vuelta, me pareció un contrasentido, como dice Caballero, “por definición, solo los votantes de opinión votan en blanco, en tanto que los votantes amarrados, por definición, votan por su amarrador”. Ideal hubiera sido en la segunda vuelta, si al ganar el voto en blanco se convocarán nuevas elecciones, mas no es así, será elegido presidente el candidato con mayor cantidad de votos, así sean cuatro pelagatos (digo ratones) los votantes. El voto en blanco a lo sumo, validaría estas puercas elecciones, este simulacro de democracia y mientras las cosa sean así, si por algo se debería luchar, sería por lograr unas elecciones limpias, trasparentes y de plenas garantías.
2. Este articulo, amplia el tema, lo recomiendo: El gran ganador es la abstención, de Carlos Aznárez (27-05-2014)
3 No estamos en la Venezuela Bolivariana, que presenta los más bajos niveles de abstención en América Latina hoy, en las elecciones que dieron el triunfo al presidente Maduro la abstención fue de 18,67%*. Podemos afirmar por éste y otros hechos que ningún gobierno en América Latina ha tenido una legitimidad como la que ha tenido el Gobierno Bolivariano. Podríamos ver el artículo del Profesor. Economista. César Prieto Oberto Análisis cualitativo de la democracia electoral venezolana, recién las elecciones presidenciales del 20012 en Venezuela y comparar las cifras con Colombia.
4 En Colombia, el terreno de la contienda electoral a partir de un magnicidio, el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, desde entonces, una y otra vez, aplican la liquidación física para impedir a los candidatos adversarios del status quo. Luis Carlos Galán (Liberal) y Jaime Pardo Leal (de la Unión Patriótica) Bernardo Jaramillo Osa, Carlos Pizarro, entre otros
5 Robo de las elecciones y todo tipo de trampas, desde la compra de votos, hasta la intimidación a los votantes.
6 Desde la otra orilla, fue Alfonso Cano (asesinado vilmente por Santos, quien lo ordenó cuando era ministro de Defensa) quien inicio la búsqueda de las conversaciones que hoy se llevan a cabo.
7 No es que a la firma de acuerdos, de darse, se acaben las diferencias y el conflicto que llevo a la insurgencia a la confrontación armada y todo resuelto, dado que este tiene causas estructurales que no se solucionan con una firma.
8 Recomiendo también “Taladrando” la montaña, de Jose Camargo www.kaosenlared.net/component/.../56869-“taladrando”-la-montaña.htm...
https://www.alainet.org/pt/node/86335
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