Caída del petrodolar
18/11/2004
- Opinión
El precio del barril de petróleo está encaminado a superar los
65 dólares a finales de diciembre, cuando el frío del invierno
aumenta los consumos.
En agosto el precio era de 39, mientras escribo es de 53
dólares. Más allá de los factores coyunturales tal como los
huracanes que bloquean la extracción en el golfo de México, la
huelga de los trabajadores del sector petrolífero nigeriano,
la seria insolvencia fiscal de la compañía rusa Yukos que la
expone a una renacionalización, la tendencia a la alza
sostenida del hidrocarburo es el resultado de una opción
determinada.
Los periodistas al servicio de la especulación no se cansan de
ejercer su fantasía en búsqueda de motivos que justifiquen la
extrema volatilidad: la meteorología, la opulencia y/o la
anorexia de la reserva estratégica de los EEUU, una
inexistente escasez de las reservas mundiales o su contrario,
para después desempeñarse en acrobacias estadísticas sobre las
reservas comprobadas, potenciales, hipotéticas etc.
Ellos hasta se han escandalizado porque Venezuela aumentó los
impuestos sobre los yacimientos en la boca del río Orinoco
desde un escandaloso 1% al 16%.
El asunto es simple: la capacidad productiva ha llegado a su
tope histórico, para incrementarla rápidamente se necesitan
inversiones tecnológicas considerables. Para darse una idea,
Venezuela para poder aumentar la extracción desde 3 a 5
millones de barriles al día, invertirá 5 mil millones de
dólares en los próximos tres años.
El consumo mundial se ha incrementado y falta todavía el
petróleo iraquí a causa de los sabotajes, la guerra civil y de
estructuras que se han vuelto viejas por el desconsiderado
embargo.
El funcionario de banco M. Simmons, experto en inversiones en
el sector de los combustibles, además de ser íntimo de Bush y
Cheney, prevé y desea que el costo del barril suba a 182
dólares. Más moderado Bin Laden que, en un manual clandestino
que se le atribuye y que circula en Beirut profetiza hasta 144
dólares.
Entre ellos está el Presidente venezolano Chávez: " ... un
precio superior a los 44 dólares no es imputable a la OPEC,
más bien a la invasión ilegal de Irak. Esperamos una faja de
oscilación entre los 30 y los 40 dólares, la estabilidad de
los precios conviene a nosotros y a los consumidores".
El espectacular escenario de la "guerra al terrorismo" esconde
burdamente la realidad de una guerra energética, con un frente
geopolítico y uno financiero.
El alza sin mesura del precio del petróleo, a lo largo,
golpeará brutalmente China, Japón, India, Corea del Sur y, en
menor medida, la Unión Europea. Sin embargo, todos estos
países serán afectados en medida mucho mayor que Estados
Unidos, porque se volverán ventajosos los costes de extracción
de los yacimientos domésticos.
El petróleo llegó a su máxima cotización cuando el Coronel
Gaddafí dijo: "el pueblo líbico vivió miles de años sin
petróleo, podemos perfectamente seguir sobreviviendo sin
ello". Los 50 dólares actuales no equivalen al valor real
logrado en aquella circunstancia, corresponde a los 78 de los
dólares actuales.
El billete verde se ha devaluado sensiblemente como
consecuencia de la deuda "visible" de los Estados Unidos, que
representa actualmente el 300% de sus exportaciones (1).
La cotización del petróleo en dólares es una realidad
penalizante para los países productores y para la OPEC,
sobretodo desde el 1983, con la creación del "mercado hacia el
futuro", los títulos Nymex de Nueva York y el Ipe de Londres.
Desde entonces en adelante, el OPEC termina de determinar
unilateralmente el precio: declina su poder geopolítico a toda
ventaja del "petróleo financiero".
La parte meno remunerativa del negocio petrolífero volvió a
ser aquella directamente productiva, mas lucrativa solamente
de la refinación (la última refinería abierta en los EEUU fue
hace 25 años). Los que hacen su agosto, por lo tanto, son los
"future", es decir aquellos 128 millones de barriles de
"papel" que incumben sobre el bolsillo de los consumidores, y
siempre deben generar ingresos, sea que jueguen al realce sea
a la rebaja.
Entre los productores de petróleo y el cliente de la estación
de gasolina existe una actividad parasitaria y especulativa de
Nymex y de Ipe (es decir BP y los bancos Morgan Sanley y
Goldman Sachs), y sus "hedge funds" (fondos de cobertura de
riesgos).
Entre el precio del barril al origen y el precio pagado por el
consumidor europeo, se interpone el golpe del 75% de impuestos
aplicados en promedio – y sin distinción alguna – por parte de
los gobiernos. Solo 30 centavos de cada litro vendido van a
los productores.
El mundo del petróleo no es impermeable al dogma neoliberista
que impone un sistema donde acumulan más los que se encuentran
más lejos de la producción. El duopolio Nymex-Ipe sella un
poder del capital financiero Anglo-EEUU en este sector
estratégico - donde
Cuentan con las 4 multinacionales mas grandes – y pone en
evidencia la vulnerabilidad creciente de las economías de los
bloques de la competencia.
El gobierno de Irán está decidido en oponerse a este duopolio
financiero y está haciendo esfuerzos considerables para
colocar en el mercado de forma autónoma su petróleo. Terry
Macaliser, en el periódico "The Guardian" del 16 de junio
recién pasado, dice que "los principales países productores
están determinados en obtener un mayor control del comercio
después de haber sido aconsejados que los mercados existentes
– como el Nymex y el Ipe – no funcionan a su ventaja".
Mohammad Javad Asempour, consejero personal del ministro iraní
de la energía, declaró que la nueva cotización petrolífera
tendrá que iniciar a funcionar desde el comienzo del próximo
año. Un consorcio denominado Wimpole, que reúne empresas
iraníes y extranjeras – entre las cuales un ex director de
Nymex y P A Consuling – se adjudicó el contrato.
Entre paréntesis, cabe destacar que en los últimos meses se
han intensificado las "preocupaciones" por el peligro nuclear
iraní y los ataques contra Teherán son más feroces. Los más
preocupados, por cierto, son aquellos que ya poseen armas
nucleares.
Nadie olvidó que el certificado de caída del régimen de Saddam
Hussein se firmó el día en que se fijó el precio del petróleo
iraquí en euros.
No sabemos cuántas posibilidades tenga Irán para abrir una
cotización petrolífera propia, caracterizada por un canasto
mixto conformado por producto bruto, gas natural y productos
petrolquímicos.
No cabe la menor duda que este es el camino para alejarse de
los indicadores "Brent", y para poder vender los recursos
naturales no renovables, sin que sea favorable solamente para
la voracidad neoliberal, y para la completa desventaja de los
consumidores y productores.
Las exportaciones de Irán y de Arabia Saudí – por ejemplo –
están vinculadas a la mezcla Brent del Mar del Norte. ¿Por
qué? Estos países del Golfo Pérsico no disponen de los "hedge
funds", o sea de la participación de los bancos de inversión.
La ruptura del duopolio Nymex-Ipe se vuelve imposible si al
líder iraní (exporta 3 millones de barriles, segunda potencia
mundial de gas) se unen China, India y Japón, las principales
economías vulnerables al alce del precio del petróleo
La solución se queda en el nuevo curso que decidirán los
países productores de la OPEC en el próximo año, y las medidas
que adoptarán para poner atajo al superpoder del sector
financiero sobre el petróleo.
El economista del Pentágono Robert Looney señala que "a la
OPEC le falta el control directo de la cotización sobre los
principales mercados del producto bruto"
De acuerdo a lo antes mencionado, parece evidente que no es
capaz de adoptar unilateralmente el "petroeuro", por lo tanto
el camino que queda abierto es el de unirse a la iniciativa
iraní, y crear otro título que incluya una gama más amplia de
productos, sobre todo ofreciendo un paquete de gas natural al
petróleo.
Los Estados Unidos consumen 20 millones de barriles al día, de
ellos importa más de la mitad: son los mayores consumidores y
contaminadores del planeta. Hasta la fecha han pagado la
factura petrolífera gracias al privilegio imperial del
"petrodólar": los demás ponen la materia prima, ellos ponen
una moneda devaluada.
Roban, literalmente, el 80% de los ahorros de la humanidad y
con éstos financian sus colosales déficit, la carrera a los
armamentos y un consumo sin criterio (3), gracias a la
abolición nixoniana de la equivalencia monetaria con el oro
del año 1971.
El choque contra el duopolio Nymex-Ipe es un ulterior episodio
de la lucha contra un sistema financiero internacional que
tiene ya sesenta años que, a la inequidad, añadió una
manifiesta instabilidad.
En vista del 2005, cuando el precio del petróleo podría
cristalizarse en un número conformado por tres cifras, será
evidente para todos la crisis del dólar-centrismo. Saldrá de
las reuniones secretas de los poderosos, como Davos y las
cumbres G7, e irrumpirá en el debate público.
Cuando el dólar era expresión de otra economía, no comparable
con aquella de hoy en día fundada orgánicamente sobre la
deuda, cuando producían el 55% de las mercaderías circulantes
en el mundo, el barril de petróleo era cotizado por de bajo de
los 10 dólares.
Hoy en día, los bancos centrales asiáticos controlan el 80% de
los dólares en circulación, y financian el 65% del balance
estadounidense (4). ¿Cuánto costaría el petróleo si fuera
cotizado en euros o en oro? ¿Cuánto si fuera intercambiado con
otros bienes? ¿Cuánto costaría si las excedencias monetarias
europeas no fueran sacrificadas sobre el altar del petrodólar?
La volatilidad extrema del valor del barril indica que el
conductor está perdiendo el control del tren: ¿se logrará
detenerlo antes de la colisión con una "emisión energética"?
¿El jefe del tren de la Reserva Federal – veterano de las
"emisiones" – maniobra deliberadamente hacia esa dirección?
El extremismo unipolar de Bush se complace con el cinismo del
dicho "muera Sansón con todos los Filisteos", creyendo
paralizar el mundo-mercado en una tétrica paranoia. Pero, en
palabras crudas, significa "solos contra todos".
Todos los demás son enemigos, aunque a diferente título.
Enemigos, concurrentes estratégicos, dependientes, en todo
caso nunca a la par: se puede discutir sobre cualquier cosa,
menos sobre el nivel de vida del centro imperial.
Como consecuencia, los "todos" tienen a la disposición una
gama de variables, de movilidad y de mayores movidas. Se
estimula el acercamiento, así también las cooperaciones y
colaboraciones hasta hoy impensables contra el adversario
unipolar.
El bloque europeo, sin la derecha, puede acercarse a los
árabes y a Rusia, conquistando un mercado y la seguridad
energética. Empezaría a tomar forma aquella Eurasia tan
detestada y temida por el Pentágono. Se trata de decidir si
desea ser algo más que una variante subordinada que juega a
modelarse como el mayor competidor.
Europa desde el Atlántico hasta los Urales era la visión
geopolítica de De Gaulle, la única capaz de conectar por
camino terrestre Europa con China y prescindir – de esa manera
– de los anglosajones y derivados, y de su dominio marítimo de
ayer, aéreo actual.
Puestos entre la espalda y la pared, los asiáticos podrían
cansarse de coleccionar dólares inflacionados y garantizarse
directamente líneas de abastecimiento energético, sin pasar
por la Bolsa de Nueva York y Londres.
Podrían ocurrir movimientos de acordeón sea con Rusia que con
el mundo petro-árabe, donde será la China que efectúe las
movidas decisivas, con consecuencias telúricas sobre el actual
sistema unipolar.
En el área de América del Sur, la iniciativa Venezolana de
promover Petrosur significa reunir en un consorcio público el
15% de las reservas mundiales comprobadas. Además, desde ya,
es el pulmón energético del MERCOSUR, bloque regional
antitético al ALCA, freno para su expansión.
La cuestión petrolífera está íntimamente relacionada con la
salud del dólar, de cuya economía es la expresión. La receta
de los halcones neoliberales para preservar y expandir su
hegemonía es sencilla y brutal: con la superioridad bélica
garantizarse el abastecimiento de las reservas energéticas. Y
poner en su lugar a la competencia, sin piedad.
Ello implica una fuerte dependencia de los flujos monetarios
externos, como un enfermo que depende de transfusiones sin
interrupción, y preservar a lo máximo el dólar como substituto
del oro.
La volatilidad y el desorden creciente del mercado energético
depende del hecho que sea cotizado con una denominación
estable, en la cual todos confíen, que permita un mayor
equilibrio, donde consumidores y productores terminen de ser
la bandeja preferida del banquete neoliberal y de su peligrosa
"ingeniería" financiera.
El objeto por el que luchar se ubica en el marco financiero de
la "guerra al terrorismo", donde se busca quebrar la asimetría
bolsística con la aparición de un tercer protagonista.
12 de octubre de 2004
Notas:
(1) Nouriel Roubini, Universidad de Nueva York; Brad Setser,
Universidad de Oxford.
(2) R. Looney, "De los petrodólares a los petroeuros: Se
acercan los días finales del dólar en el Sistema de Reservas
de Divisas Internacional?", 3/11/2003, publicado por el
Centro Conflitti Contemporanei.
(3)Stephen Roach, "Curso de colisión", Morgan Stanley, Foro
Económico Global, 27/9/2003
(4) Alfredo Jalife-Rahme, "El barril de petróleo podría aumentar a
100 dólares en 2005", La Jornada, 4/10/ 2004 .
https://www.alainet.org/de/node/110919
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