La CICIG y sus desafíos
17/09/2013
- Opinión
El Congreso de la República aprobó la creación de Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), como respuesta a la debilidad del Estado en la impartición de justicia, a las demandas sociales y políticas ante la cruda realidad de la violencia y criminalidad generada por cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad que actuaban con total impunidad, y cuya persecución penal siempre terminaba en el muro de la impunidad, debido a que en gran medida el Estado no asumió la función de protector y garante como le corresponde.
Ciertamente desde la Firma de los Acuerdos de Paz, se han impulsado acciones y grandes esfuerzos institucionales y sociales para encarar las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales en el país, sin embargo, como sociedad nos enfrentamos con la ausencia de un Estado garante de la vida, de la paz, la justicia y la democracia. Como sociedad estamos ante el peligro de volver a vivir en las prácticas del pasado y como ejemplo, la masacre ocurrida la semana anterior en San José Nacahuil, del Municipio de San Pedro Ayampuc, donde el Estado manifiesta su incompetencia y la falta de interés por prevenir estos actos violentos y en desarticular a los grupos criminales que siembran muerte y dolor en la sociedad guatemalteca. Si esta masacre proviene del Estado como lo ocurrido en la cumbre de Alaska, Totonicapán; es aquí donde aún es fundamental el acompañamiento de la CICIG.
Este es el escenario de bienvenida del nuevo Comisionado de la CICIG, además de su vasta experiencia profesional, necesitará tener mucha claridad del contexto social, político, económico y cultural de nuestro país, pues gran parte del crimen organizado está institucionalizado, sin lugar a dudas, siempre será una tarea titánica investigar los patrones de violencia hasta lograr su develación y juzgamiento a partir del debido proceso. En un Estado y en una sociedad como la nuestra, el Estado de Derecho solo será posible en la medida en que las instituciones del Estado cuenten con capacidades institucionales para responder a los intereses de todos los guatemaltecos y guatemaltecas, en este sentido, la CICIG tiene mucho que aportar a las instituciones vinculadas al sector justicia en materia de investigación y persecución criminal para desmantelar y desarticular las estructuras criminales que han operado en el país, pero que han ampliado y diversificado sus acciones criminales a la sobra del Estado. La CICIG ha sido creada para contribuir a la erradicación de la impunidad, establecer bases solidas de persecución criminal y para la aplicación de la justicia con el debido proceso, como un aporte sustantivo en la construcción de la paz y del Estado de Derecho en Guatemala.
Desde el Genocidio, resultado de la política contrainsurgente llevada a cabo por el Estado, la ausencia de una justicia justa e imparcial ha dejado y deja huellas imborrables en la vida y en la memoria de las personas, familias y comunidades, por lo que la tarea que emprende el nuevo Comisionado de la CICIG no es nada fácil.
Rigoberta Menchú Tum
Premio Nobel de la Paz
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