A propósito de la "erradicación de la pobreza"
28/08/2000
- Opinión
El "combate a la pobreza" se ha vuelto un tema recurrente, casi un lugar
común, en nuestros días. Aún las instancias financieras internacionales no
se cansan de hablar de ello. El propio Banco Mundial, que ha sido criticado
continuamente de ser uno de los agentes financieros, junto con el FMI, que
ha propiciado el empobrecimiento del "Tercer Mundo", se plantea la "lucha
contra la pobreza". Así, por ejemplo, en días recientes: "El presidente del
BM, James Wolfensohn, llamó a los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de
los Ocho a asegurarse de que los beneficios de la globalización servirán
para reducir la pobreza y la enfermedad, así como la deuda de los países
pobres... Un mundo en el cual los países ricos se convierten en más ricos
mientras los países pobres son dejados atrás nunca será seguro ni estable"
(La Jornada, 19 de julio).
No menos puede decirse de la ONU, la que sobre todo recientemente, con
motivo de la reunión celebrada en Ginebra para dar seguimiento a los
compromisos de la Cumbre Social de Copenhague ha insistido en su
"compromiso" con este tema.
Incluso los Presidentes reunidos en las dos cumbres de las Américas han
planteado como objetivo central la erradicación de la pobreza.
Resulta una gran ironía, entonces y para decir lo menos, que mientras más se
habla de combatir la pobreza, y que aun los grandes poderes económicos se
"comprometan" con ello, la pobreza siga creciendo inconteniblemente en el
mundo y en particular en nuestro hemisferio.
Algunas cifras
No es necesario extenderse mucho en el diagnóstico para demostrar lo
anterior, porque todo mundo coincide en lo inocultable.
* La propia ONU y el BM han documentado lo que ya sabíamos sobre las
realidades de nuestro hemisferio: "la inequidad y la pobreza han empeorado
con la liberalización del comercio y la inversión. Nuestro hemisferio
incluye a la vez la nación más rica del mundo y a algunos de los países más
pobres y menos desarrollados del planeta. Esta brecha existe entre las
naciones y dentro de ellas".
* La exclusión social ha acarreado además graves trastornos, puesto que se
han incrementado la inseguridad, la migración, la degradación ambiental y la
criminalidad. La exclusión social más a menudo tiene rostro de mujer, de
joven y de gente de color.
* En el propio documento introductorio de la Conferencia Parlamentaria de
las Américas COPA se recoge que "sólo en América Latina y el Caribe hay unos
220 millones de pobres, de los cuales 100 viven en la miseria extrema".
Asimismo que "en su informe de 1999 sobre desarrollo humano, el PNUD indica
que la proporción de ingreso, que en 1960 era de 30 a 1 entre los países
ricos y los países pobres, asciende ahora a la increible porporción de 74 a
1".
* Como subregión, América Latina tiene la peor distribución de ingresos del
mundo.
* Según la Organización Panamericana de la Salud, en las Américas existen
todavía 105 millones de personas sin acceso regular a los servicios de
salud.
* Canadá, país que detenta el primer lugar en el índice de desarrollo humano
del PNUD, ha tenido que admitir el carácter de 'crisis nacional' en lo
referido a la situación de pobreza de la infancia. Aproximadamente 1.5
millones de niños y niñas (uno de cada cinco) viven bajo el nivel de
pobreza, lo que representa un aumento del 45% entre 1989 y 1995.
* Estados Unidos, denominado por su gobierno como la envidia del mundo,
cuenta no obstante con una población en la cual una de cada cinco personas
vive en la pobreza.
* México, que supuestamente iba a ingresar al primer mundo vía el TLC, ha
vivido un enorme incremento de la pobreza en los últimos años. Los índices
de la pobreza subieron de un 50% en 1991 al 66% en 1994 y después de que en
ese año entró en vigor el TLCAN la pobreza ha aumentado aún más.
* América Latina y el Caribe asignan el 33% de sus ingresos por
exportaciones al pago del servicio de la deuda externa, una proporción más
alta que la que paga Africa o Asia.
* La privatización sigilosa (y a veces no tanto) de los servicios sociales
ha traído como consecuencia no solamente la pérdida de empleos, sino la
reducción drástica de esos servicios sociales al público.
* En América Latina y el Caribe la tasa general de crecimiento fue de un
2.3% en 1998 y ésta ha venido descendiendo al 1%.
* Los trabajos permanentes han sido remplazados por empleos precarios y
temporeros, con pocos beneficios y bajos salarios.
* La dimensión del sector informal ha aumentado en casi todos los países de
América Latina y el Caribe. En total, el sector informal constituía el 57%
de la fuerza laboral del sector no agrícola de América Latina para 1996 y
continúa extendiéndose.
* La migración nacional e internacional ha crecido enormemente y, al mismo
tiempo, las leyes y reglas de migración son cada vez más restrictivas, más
crueles e inhumanas, y los migrantes carecen de derechos laborales.
* El trabajo infantil es una realidad constante en la mayoría de los países
de la región. La OPS estima que 19 millones de niños y niñas trabajan en
las Américas.
* América Latina, un exportador histórico neto de alimentos, es ahora un
importador neto de alimentos. Por consiguiente, en los últimos 15 años la
seguridad alimentaria de América Latina ha decaído gravemente.
* En el 2000 habrá unos 42 millones de analfabetas, igual que en 1970. En
Europa, por contraste, en 1970 tenían 34 millones de analfabetas y en la
actualidad hay sólo 8.
Todo ello para no hablar de la permanente y creciente situación de desastre
ambiental que se vive en América Latina.
El mismo modelo
A pesar de este diagnóstico y de las evidencias de que aun en periodos de
"crecimiento económico" no ha dejado de crecer la pobreza, se sigue
predicando el mismo modelo económico como la única solución a la misma.
* En 1998, durante la Cumbre de Santiago, nuestros gobiernos afirmaron con
convicción que la prosperidad se puede crear mediante la integración
económica y una mayor apertura de las economías. Muy al contrario, las
condiciones de vida de la gente se han continuado deteriorando hasta este
nuevo siglo.
* Entre 1971 y 1998, un periodo en el cual prácticamente todos los gobiernos
de la región redujeron las regulaciones comerciales y los controles sobre el
capital, 17 de 18 países de América Latina mostraron un deterioro del empleo
y los salarios reales. En los 90's, el poder adquisitivo del salario
alcanzó un nivel 27% inferior al que tenía en 1980.
* Casi todo el crecimiento en el empleo se ha dado en el sector informal,
sin beneficios como salud y seguridad social.
* Según la OIT, el desempleo abierto en América Latina y el Caribe alcanza
en 1999 casi el 10 por ciento, sobrepasando los índices de desempleo
existentes durante la crisis de la deuda de los años 80, a pesar de una
década de modernizaciones y reformas económicas.
* El caso de México, que supuestamente tendría grandes beneficios con el
TLC, es bastante ilustrativo:
Después de seis años de TLC tenemos menos y peores empleos; casi dos tercios
de los trabajadores no reciben ningún tipo de prestaciones sociales; el
salario promedio mínimo perdió más de un 75% de 1976 a 1998; la
productividad ha aumentado (36%) pero los salarios han disminuido (17%).
Durante el TLC, la brecha de productividad entre México y EU se redujo pero
la brecha salarial se amplió.
Una anécdota que deseo compartir con ustedes ilustra muy bien cómo piensan
los promotores de la continuidad de este modelo económico. Como ustedes
saben, en noviembre del año pasado se llevó a cabo en Toronto una cumbre más
de ministros de comercio de América. La Alianza Social Continental realizó
un foro simultáneo sobre exclusión social y alternativas (de cuyos
documentos tomo en buena medida la información que he vertido aquí). En una
sesión de encuentro entre la Alianza y la mayoría de los ministros de
comercio un vocero de la ASC preguntó que, si era tan bueno el modelo,
cuándo podría ver la población sus beneficios. El ministro de comercio de
un país sudamericano, cuyo nombre omito para no avergonzar a sus paisanos,
contestó -dándonos una lección de historia- que deberíamos considerar por
ejemplo que el feudalismo tardó siglos en ser superado y que, por lo tanto,
deberíamos ser más pacientes sobre los plazos en los que el actual modelo
económico puede mostrar sus bondades (¡!).
¡Es cada vez más evidente en cada uno de nuestros países y en las protestas
que persiguen a cada una de las citas de los organismos internacionales, que
nuestros pueblos no están dispuestos a ser tan "pacientes" como para esperar
algunos siglos, y ni siquiera décadas, para comprobar si realmente el modelo
de globalización y de libre comercio que se viene imponiendo les trae
algunos beneficios!
Reorientar las políticas
Como ya decíamos, parece una verdadera ironía histórica que entre más
discursos y programas contra la pobreza se predican y se anuncian más crece
ésta. Y ésto es así, entre otras razones, porque pareciera existir una
"división del trabajo" perversa aun dentro de los propios organismos
multilaterales en la que unos se dedican a promover acuerdos de libre
comercio, apertura indiscriminada a las inversiones, programas de ajuste,
etc., y otros a "combatir" la pobreza que éstos generan. Es como si una
parte se dedicara a desarrollar un cáncer y la otra a combatir el dolor que
éste provoca con aspirinas. Mientras exista esta "división del trabajo" la
pobreza no dejará de crecer.
Un real combate a la pobreza sólo puede comenzar con más democracia, es
decir, con verdaderas consultas y participación de la sociedad en las
decisiones sobre el desarrollo y el intercambio internacional.
¡Seguramente, los pueblos no aprobarían políticas públicas que generen más
pobreza! La democratización comienza por que se les de real participación a
las instancias representativas de la sociedad, como son los propios
parlamentos, y a las organizaciones sociales que los pueblos se han dado.
Un real combate a la pobreza implica necesariamente una reorientación de las
políticas económicas que se han venido aplicando y no sólo con ponerles
"rostro humano" o crear programas que supuestamente mitigan sus efectos
nocivos; para combatir la pobreza es necesario adelantarse a su crecimiento
y no actuar conforme a aquel refrán que dice que "ahogado el niño, tapado el
pozo"; comienza por prevenir que nuestros gobiernos adopten acuerdos que de
antemano sabemos que incrementarán la exclusión social.
El ALCA
Este es el caso del Area de Libre Comercio de las Américas que los poderes
ejecutivos están negociando, con apoyo de instancias multilaterales como la
OEA (con esa "división del trabajo" perversa de la que hablábamos, en la que
la OEA se ocupa de las "canastas" sociales):
* De entrada, ¿puede esperarse algo bueno cuando las negociaciones se
realizan de manera secreta, de espaldas a la sociedad?
* ¿Habrá menos pobreza si se consuma un acuerdo que no considera las
asimetrías y desigualdades entre los países? Y, como se sabe, trato igual
entre desiguales sólo puede ser igual a más desigualdad.
* ¿Habrá menos pobreza si, como se pretende, se obliga a los países menos
desarrollados a aceptar el concepto de "trato nacional" para las grandes
trasnacionales, es decir, trato igual que a los pequeños y medianos
empresarios locales?
* ¿Habrá menos pobreza si se continúa con la política de apertura
indiscriminada del campo latinoamericano, mientras se mantiene el
proteccionismo y los subsidios agrícolas del Norte?
* ¿Habrá menos pobreza si se empecinan en no considerar los derechos
laborales?
* ¿Habrá menos pobreza si no se contempla como parte fundamental de
cualquier acuerdo la protección y el mejoramiento del medio ambiente?
* ¿Habrá menos pobreza si el ALCA promueve la continuación de las políticas
de privatización de los servicios públicos básicos como la educación, la
salud, el agua y la electricidad?
* ¿Habrá menos pobreza si en el ALCA se nos hace pasar por la ventana el
Acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI) que fue rechazado a nivel mundial?
@
Medidas básicas
Para conducir un verdadero combate a la pobreza, para avanzar en su
erradicación o al menos en ponerle un freno, se requiere indispensablemente
reorientar el modelo económico y un conjunto de medidas tanto correctivas
como preventivas. Programas especiales para combatir la pobreza extrema,
sí, pero también:
* Condonación de la deuda externa, que significa un verdadero lastre para el
desarrollo. La condonación de la deuda debería ser un mecanismo
compensatorio para paliar las desigualdades y crear condiciones justas de
competencia incluido en cualquier acuerdo comercial y de integración
económica.
* Terminar con los programas de "ajuste estructural" y en su lugar generar
programas que permitan un verdadero desarrollo sustentable.
* Además de la condonación de deuda, en cualquier acuerdo comercial y de
integración económica deben incluirse otras medidas y mecanismos
compensatorios, tales como plazos de desagravación más largos para los
países más atrasados y protección para sus sectores estratégicos para el
desarrollo, además de eliminar el concepto de "trato nacional" para las
grandes corporaciones trasnacionales.
* Medidas como el "impuesto Tobim" para gravar a los capitales financieros
en beneficio de programas para el desarrollo.
* Establecer el derecho de los países en desarrollo a proteger sectores
sensibles para la supervivencia, como el agropecuario, para garantizar la
seguridad alimentaria de su población.
* Establecer que los derechos sociales (humanos, laborales, ambientales,
culturales, a la alimentación, a la salud, a la educación) deben prevalecer
sobre el "libre comercio".
Antes de que acuerdos como el ALCA profundicen las desigualdades entre las
naciones y la polarización social dentro de éstas, anulando de antemano
cualquier esfuerzo posterior de combate a la pobreza, la sociedad civil y
los representantes populares debemos prevenirlo comenzando por una exigencia
democrática elemental: conocer lo que se está negociando y tener una real
participación en las decisiones que afectarán los destinos de nuestros
pueblos.
* La Alianza Social Continental es una amplia coalición de organizaciones
sindicales, campesinas, populares, indígenas y sociales en general; de ONG's
de derechos humanos, ambientalistas, de mujeres y de desarrollo de todo el
continente, que se han unido en un esfuerzo inédito por su alcance para
encarar los riesgos que entraña la creación de una Area de Libre Comercio de
las Américas y para dar voz a la sociedad civil excluida de este proceso.
El presente texto corresponde a la intervención del autor a nombre de la ASC
ante Segunda Asamblea de la Conferencia Parlamentaria de las Américas
(COPA), el pasado 21 de julio.
https://www.alainet.org/en/node/104850
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