El contingente de 366 militares hondureños ni siquiera había partido a la capital del chiísmo en Irak para sustituir a las tropas estadounidenses en la provincia Ah Nayaf cuando ya había cobrado su primera víctima: Marina Cobos, la madre del Jefe del Batallón "Xatruch", Carlos Eduardo Andino Cobos, cuyo corazón sucumbió en el acto de despedida de los soldados con sus familiares días antes de partir. El Batallón "Xatruch" forma parte de un total de 1300 efectivos centroamericanos que se han integrado a la brigada "Plus Ultra", una unidad hispano centroamericana comandada por el General español Alfredo Cardona destinada a continuar con la ocupación militar estadounidense en Irak, pero sin el costo político y social para el gobierno del Presidente Bush del regreso de sus tropas en bolsas plásticas negras al igual que en Vietnam hace 40 años. El fracaso de la adecuación del dispositivo militar norteamericano para guerras limitadas creada por Henry Kissinger desde 1957 fue una lección suficiente para Estados Unidos para que sus futuras ambiciones económico militares tuvieran la modalidad de guerras cortas y rápidas. Sin embargo, desde la conclusión de las principales operaciones militares en Irak el primero de mayo, las bajas militares norteamericanas ascienden a 64 debido a ataques de unidades guerrilleras y 77 reportadas oficialmente como accidentes, cifra que en su conjunto es superior a las 138 bajas reportadas durante la intervención militar cuyo costo inicial superó los 80 mil millones de dólares. El desgaste de la apelación a la seguridad interna como justificación de la guerra contra Irak impacta en la persistencia del Pentágono de aparecer ante la opinión pública como un ejército "libertador" y no invasor en Irak. Estados Unidos no volverá a comprometer su poderío con una derrota en su propia casa, como ocurrió con Vietnam. El involucramiento directo de 800 mil ciudadanos norteamericanos, la muerte de 56 mil 237, la cantidad de 303 mil 654 lisiados y heridos de guerra, así como la pérdida de 150 mil millones de dólares y las secuelas sociales vividas aún en nuestros días, es un precio que Estados Unidos no esta dispuesto a pagar. La factura se traslada entonces a los ejércitos centroamericanos sin que las familias de los efectivos enviados tengan ciencia cierta del riesgo que corren sus hijos, hermanos y esposos; mucho menos de cuáles son los intereses por lo que las vidas de sus familiares estarán en constante peligro durante un largo periodo aún sin definir. El Ministro de Defensa de Honduras, Federico Brevé Travieso, asegura que sus tropas no constituyen "...un ejército de ocupación...". En comunicaciones con familiares de sus 361 subalternos, el Coronel salvadoreño Sabino Monterrosa, del Batallón "Cuscatlán" ha dicho que únicamente se dedicarán a "...trabajos de asistencia humanitaria...". No se desconoce, sin embargo, que durante una corta estadía en España previo a su destino final al sur de Irak, los efectivos militares centroamericanos han recibido intenso adiestramiento para hacer trabajos de persecución, operaciones de patrullaje, cartografía, instalación de retenes, combate en ciudades y registro de casas. La llegada de los soldados centroamericanos al "Plus Ultra" fue antecedida por un atentado a la sede de la ONU en Bagdad que dejó una veintena de muertos, incluyendo la del Jefe de Misión de Naciones Unidas; la explosión de una bomba en la Mezquita de Alí en Nayaf, que cobró la vida del Ayatolá Al Hakim, uno de los líderes religiosos más reconocidos y en un atentado a la sede de la Asamblea Suprema de la Revolución Islámica, el partido más influyente de la zona, murieron tres guardianes. El 20 de agosto, la base militar norteamericana en Diwaniya, dónde estarán destacados 115 soldados nicaragüenses, fue agredida con el lanzamiento de 20 granadas y al día siguiente un soldado estadounidense resultó muerto al estrellarse el vehículo en el que se transportaba tras ser atacado en una de las principales rutas de aprovisionamiento. Tales hechos son parte del "...riesgo calculado..." al que se estará expuesto en Irak, según el Canciller Nicaragüense Salvador Stadthagen. En este país, ni siquiera son conocidos los montos de un supuesto seguro de vida cubierto por la empresa inglesa "Lloyd´s, cuyas condiciones han sido ocultadas a la controlaría estatal, que en nombre de las familias de los soldados, infructuosamente demanda información sobre ello al Ministerio de Defensa. Estados Unidos busca una nueva resolución de Naciones Unidas para el envío de tropas de paz para la "reconstrucción" de Irak cuyos costos deberán ser cubiertos por la entidad internacional, cosa que algunos gobiernos como Francia y Alemania manifiestan no estar dispuestos, dado que no están en condiciones de financiar la reparación de la destrucción de un país que Estados Unidos decidió unilateralmente al patentar su "guerra preventiva". La administración Bush también dispone una nueva inyección de 60 mil millones de dólares para sostener su permanencia en la nación invadida, lo que fracturará aún más el déficit fiscal de la nación que se considera la más poderosa del mundo. Previsto este escenario entonces, definitivamente los muertos no serán soldados norteamericanos, aunque las bajas de este ejercito han sido en su mayoría Puertorriqueños y Mexicanos. Esta vez, los muertos no regresarán a la sociedad estadounidense, regresarán a humildes familias Nicaragüenses, Salvadoreñas, Hondureñas y Dominicanas, al igual que rumanas, polacas, lituanas, ucranianas, húngaras, letonas y filipinas . Todo a cambio de dadivas en negociaciones comerciales y la gloria de una nueva era de colonialismo que ha prometido a sus servidores las futuras Secretarias de la Organización de Estados Americanos y la Organización de Naciones Unidas. Antiguo vicio de los pequeños gobiernos que su sobrevivencia la someten al más grande, olvidando el también ya viejo pero sabio adagio que reza: "...mal sirve el diablo a quien bien le sirve...".