Unión Europea y Centroamérica
Sinsabores de la III Ronda de negociaciones de un acuerdo de asociación
16/04/2008
- Opinión
En medio de varias protestas y cuestionamientos ha transcurrido en San Salvador la III ronda de negociaciones para un Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y Centroamérica –AdAUECA. Con diferentes posicionamientos y estrategias, todas las organizaciones sociales centroamericanas han coincidido en no pasar inadvertida esta III ronda de negociaciones y accionar sus redes para que su voz sea escuchada.
La Embajadora de la Unión Europea para la región, Francesca Mosca, ha afirmado que la UE y Centroamérica han contemplado un mecanismo institucionalizado de participación de la sociedad civil europea y centroamericana, pero que este mecanismo se establecería hasta después de concluidas las negociaciones del AdA. La diplomática planteó además que se cuenta con dos interlocutores de la sociedad civil: el Comité Económico Social Europeo –CESE- y el Consejo Consultivo del Sistema de Integración Centroamericana –CCSICA. No obstante, Carlos Molina, Presidente del CCSICA, ha reiterado la necesidad de que “...no solo se escuche la voz de la sociedad civil, sino que también sus demandas sean atendidas...”. Al respecto, Suzan van der Meij, experta del Programa de Incidencia de APRODEV para la Unión Europea –PICA-, coincide al decir que “...agradecemos los espacios dados hasta ahora para que la sociedad civil pueda manifestar sus preocupaciones, pero esos espacios son, definitivamente, insuficientes...”.
Es claro que se necesita un mecanismo específico y amplio de información, opinión y participación activa para la sociedad civil. Ante la ausencia hasta la fecha de ese mecanismo, algunas redes ya se han posicionado en su rechazo al AdA señalando que es un Tratado de Libre Comercio que beneficiará únicamente a sectores de poder económico en la región y a empresas transnacionales europeas. Otras redes sociales persisten en sus esfuerzos de incidencia, procurando obtener información, cabildear con las delegaciones oficiales y presentar estudios técnicos que advierten el impacto en amplios sectores.
Tanto a redes sociales centroamericanas y europeas les preocupa que se aceleren las negociaciones en materia de libre comercio sin que se cuente con estudios de impacto previamente. Se ha afirmado muchas veces que el Acuerdo de Asociación se fundamenta en tres pilares: el de Libre Comercio, Cooperación para el Desarrollo y Diálogo político. Sin embargo, los temas de libre comercio van mucho más avanzados que los otros dos pilares.
La red “Agua fuera del AdA” plantea que en el Acuerdo de Asociación se discute sobre el agua como una mercadería más y no como un servicio público y un derecho humano. Ciertamente, esta preocupación está fundamentada cuando en los documentos de avance de las negociaciones en materia comercial se confirma que el agua se contempla como un “servicio ambiental”.
Por su parte, Alianza Social Continental realizó una marcha hacia el hotel Radisson, lugar donde sesionan las delegaciones oficiales, con la consigna “Otra integración es posible sin Acuerdo de Asociación”. También la red regional “Centroamérica en Diálogo” –CAD-., se concentró frente al hotel Radisson para protestar por la falta de transparencia e información acerca de lo que se esta negociando.
Para el Movimiento Popular –MPR-12-, referente del CAD en El Salvador, el sector agropecuario será uno de los sectores más golpeados por el Acuerdo de Asociación, ya que la UE se niega a discutir en las negociaciones el tema de subsidios a los productores agrícolas europeos, lo que marca aún más las asimetrías en contra de Centroamérica, región donde no se impulsan políticas a favor del agro, así como tampoco ningún tipo de subsidio o incentivo.
Esta misma preocupación manifiesta la Iniciativa para el Comercio y Desarrollo, Iniciativa CID. Uno de los representantes de esta red, Roberto Rubio, Director de FUNDE, advierte además que “...Los negociadores centroamericanos deben pedir un tiempo prudencial para conocer, identificar y compartir factores de desarrollo. Están negociando en desventaja con la UE, sin contar con un mandato negociador (límites de negociación), ni con una estrategia regional...”.
El CC-SICA realizó el foro “La sociedad civil centroamericana construye posiciones frente al AdA”. Asistieron a la inauguración el Secretario General del SICA, diputados del Parlamento Centroamericano, funcionarios de la Corte Centroamericana de Justicia y miembros de la delegación de la Comisión Europea para Centroamericana. Estuvieron presentes también cancilleres y vice ministros de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y Panamá.
El factor común en los discursos de estos funcionarios ha sido la mención del respeto a los derechos humanos, democracia, la cooperación para el desarrollo y la importancia de la participación de la sociedad civil. No obstante, una propuesta presentada por el CCSICA de establecimiento de un mecanismo amplio e institucionalizado de información, consulta y participación de la sociedad civil, a la altura de esta III ronda de negociaciones, aún esta pendiente de reacciones por parte de la delegación oficial centroamericana.
Si bien la delegación negociadora europea ha planteado en varias ocasiones temas denominados especiales como la Ratificación del Estatuto de la Corte Penal Internacional y tratados internacionales sobre regularización de armas y terrorismo, tal interés no parece más marcado que el ya planteado en el documento “Una Europa Global: competir en el mundo” conocido en el 2006. En este documento se consigna la determinación de Europa de abrir mercados para la expansión de sus empresas y lograr el grado más elevado posible de liberalización comercial, con mayor énfasis en servicios e inversiones. Ir más allá que la misma Organización Mundial del Comercio.
En éste marco, no extraña que la propiedad intelectual, certificación de origen, aranceles para la nación más favorecida, servicios públicos de telefonía, financieros y transporte, así como estándares fitosanitarios (mucho más exigentes en Europa que los ya aceptados por Centroamérica en el CAFTA) son algunos de los temas de mayor interés para la UE en estas negociaciones. Representantes europeos han sido claros en afirmar que Europa no tiene porque aceptar un techo menor del que Centroamérica ya concedió con el CAFTA. En este marco, se van desdibujando temas como derechos humanos, desarrollo sostenible y democracia, marginados únicamente a los discursos oficiales.
Se ha conocido que la misión negociadora de la UE insiste en que lo que denominan “principio de confidencialidad”, es decir, prohibición de referir públicamente los contenidos de las negociaciones. La vocero única de las negociaciones, la Ministra de Economía de El Salvador, ha planteado que “...no vamos a negociar en los medios de comunicación...”. También el jefe de la misión negociadora de Costa Rica, ha insistido en que “...no podemos estar negociando un universo de políticas públicas. Centroamérica no tiene poder económico ni militar. Lo único que tenemos es el poder de los tratados que suscribimos, que nos dan en materia de igualdad jurídica, los mismos derechos a nivel internacional que otras naciones más poderosas...”.
De continuar cerrándose espacios para la sociedad civil y con barreras cada vez más marcadas para el acceso a información, van escuchándose con más fuerza las voces que desde un principio señalaron que detrás de estas negociaciones crudamente se encuentra un Tratado de Libre Comercio más en un envoltorio adornado con la mención de diálogo político y cooperación para el desarrollo. Definitivamente, el tiempo les va dando la razón. ¿Se estará aún a tiempo para incidir cambiar este rumbo?. En manos de los gobiernos de Centroamérica y Europa queda la respuesta.
La Embajadora de la Unión Europea para la región, Francesca Mosca, ha afirmado que la UE y Centroamérica han contemplado un mecanismo institucionalizado de participación de la sociedad civil europea y centroamericana, pero que este mecanismo se establecería hasta después de concluidas las negociaciones del AdA. La diplomática planteó además que se cuenta con dos interlocutores de la sociedad civil: el Comité Económico Social Europeo –CESE- y el Consejo Consultivo del Sistema de Integración Centroamericana –CCSICA. No obstante, Carlos Molina, Presidente del CCSICA, ha reiterado la necesidad de que “...no solo se escuche la voz de la sociedad civil, sino que también sus demandas sean atendidas...”. Al respecto, Suzan van der Meij, experta del Programa de Incidencia de APRODEV para la Unión Europea –PICA-, coincide al decir que “...agradecemos los espacios dados hasta ahora para que la sociedad civil pueda manifestar sus preocupaciones, pero esos espacios son, definitivamente, insuficientes...”.
Es claro que se necesita un mecanismo específico y amplio de información, opinión y participación activa para la sociedad civil. Ante la ausencia hasta la fecha de ese mecanismo, algunas redes ya se han posicionado en su rechazo al AdA señalando que es un Tratado de Libre Comercio que beneficiará únicamente a sectores de poder económico en la región y a empresas transnacionales europeas. Otras redes sociales persisten en sus esfuerzos de incidencia, procurando obtener información, cabildear con las delegaciones oficiales y presentar estudios técnicos que advierten el impacto en amplios sectores.
Tanto a redes sociales centroamericanas y europeas les preocupa que se aceleren las negociaciones en materia de libre comercio sin que se cuente con estudios de impacto previamente. Se ha afirmado muchas veces que el Acuerdo de Asociación se fundamenta en tres pilares: el de Libre Comercio, Cooperación para el Desarrollo y Diálogo político. Sin embargo, los temas de libre comercio van mucho más avanzados que los otros dos pilares.
La red “Agua fuera del AdA” plantea que en el Acuerdo de Asociación se discute sobre el agua como una mercadería más y no como un servicio público y un derecho humano. Ciertamente, esta preocupación está fundamentada cuando en los documentos de avance de las negociaciones en materia comercial se confirma que el agua se contempla como un “servicio ambiental”.
Por su parte, Alianza Social Continental realizó una marcha hacia el hotel Radisson, lugar donde sesionan las delegaciones oficiales, con la consigna “Otra integración es posible sin Acuerdo de Asociación”. También la red regional “Centroamérica en Diálogo” –CAD-., se concentró frente al hotel Radisson para protestar por la falta de transparencia e información acerca de lo que se esta negociando.
Para el Movimiento Popular –MPR-12-, referente del CAD en El Salvador, el sector agropecuario será uno de los sectores más golpeados por el Acuerdo de Asociación, ya que la UE se niega a discutir en las negociaciones el tema de subsidios a los productores agrícolas europeos, lo que marca aún más las asimetrías en contra de Centroamérica, región donde no se impulsan políticas a favor del agro, así como tampoco ningún tipo de subsidio o incentivo.
Esta misma preocupación manifiesta la Iniciativa para el Comercio y Desarrollo, Iniciativa CID. Uno de los representantes de esta red, Roberto Rubio, Director de FUNDE, advierte además que “...Los negociadores centroamericanos deben pedir un tiempo prudencial para conocer, identificar y compartir factores de desarrollo. Están negociando en desventaja con la UE, sin contar con un mandato negociador (límites de negociación), ni con una estrategia regional...”.
El CC-SICA realizó el foro “La sociedad civil centroamericana construye posiciones frente al AdA”. Asistieron a la inauguración el Secretario General del SICA, diputados del Parlamento Centroamericano, funcionarios de la Corte Centroamericana de Justicia y miembros de la delegación de la Comisión Europea para Centroamericana. Estuvieron presentes también cancilleres y vice ministros de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Costa Rica y Panamá.
El factor común en los discursos de estos funcionarios ha sido la mención del respeto a los derechos humanos, democracia, la cooperación para el desarrollo y la importancia de la participación de la sociedad civil. No obstante, una propuesta presentada por el CCSICA de establecimiento de un mecanismo amplio e institucionalizado de información, consulta y participación de la sociedad civil, a la altura de esta III ronda de negociaciones, aún esta pendiente de reacciones por parte de la delegación oficial centroamericana.
Si bien la delegación negociadora europea ha planteado en varias ocasiones temas denominados especiales como la Ratificación del Estatuto de la Corte Penal Internacional y tratados internacionales sobre regularización de armas y terrorismo, tal interés no parece más marcado que el ya planteado en el documento “Una Europa Global: competir en el mundo” conocido en el 2006. En este documento se consigna la determinación de Europa de abrir mercados para la expansión de sus empresas y lograr el grado más elevado posible de liberalización comercial, con mayor énfasis en servicios e inversiones. Ir más allá que la misma Organización Mundial del Comercio.
En éste marco, no extraña que la propiedad intelectual, certificación de origen, aranceles para la nación más favorecida, servicios públicos de telefonía, financieros y transporte, así como estándares fitosanitarios (mucho más exigentes en Europa que los ya aceptados por Centroamérica en el CAFTA) son algunos de los temas de mayor interés para la UE en estas negociaciones. Representantes europeos han sido claros en afirmar que Europa no tiene porque aceptar un techo menor del que Centroamérica ya concedió con el CAFTA. En este marco, se van desdibujando temas como derechos humanos, desarrollo sostenible y democracia, marginados únicamente a los discursos oficiales.
Se ha conocido que la misión negociadora de la UE insiste en que lo que denominan “principio de confidencialidad”, es decir, prohibición de referir públicamente los contenidos de las negociaciones. La vocero única de las negociaciones, la Ministra de Economía de El Salvador, ha planteado que “...no vamos a negociar en los medios de comunicación...”. También el jefe de la misión negociadora de Costa Rica, ha insistido en que “...no podemos estar negociando un universo de políticas públicas. Centroamérica no tiene poder económico ni militar. Lo único que tenemos es el poder de los tratados que suscribimos, que nos dan en materia de igualdad jurídica, los mismos derechos a nivel internacional que otras naciones más poderosas...”.
De continuar cerrándose espacios para la sociedad civil y con barreras cada vez más marcadas para el acceso a información, van escuchándose con más fuerza las voces que desde un principio señalaron que detrás de estas negociaciones crudamente se encuentra un Tratado de Libre Comercio más en un envoltorio adornado con la mención de diálogo político y cooperación para el desarrollo. Definitivamente, el tiempo les va dando la razón. ¿Se estará aún a tiempo para incidir cambiar este rumbo?. En manos de los gobiernos de Centroamérica y Europa queda la respuesta.
https://www.alainet.org/en/node/127039
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