Fuga de divisas (II)
22/12/2014
- Opinión
Segunda parte
La historia se repite
Dada la volatilidad e incertidumbre que se generan en etapas de crisis, es habitual en cualquier país del mundo, Argentina incluida, que se produzca una considerable fuga al exterior de capitales de residentes locales.
De todos modos en nuestro país corresponde adicionar la existencia de un fenómeno estructural que va más allá de las coyunturas y que se relaciona fundamentalmente con el comportamiento de los sectores concentrados del capital local. Es así como durante los años de la convertibilidad la fuga asumió montos sumamente elevados.
La variación de los activos externos registrada entre 1992 y 2001 según distintos analistas se situó entre los U$S 60.412M y los U$S 73.332M, de tal forma que el total de los activos externos en el año 2001 se ubicaba entre U$S 114.154M y U$S 127.074M.
Para que se tenga una idea, tomando en cuenta buena parte de los ’90 podemos afirmar que por cada dólar invertido por empresas extranjeras, hubo 90 centavos de dólar pertenecientes a residentes que se fugó de la economía. Es decir, el proceso de “inversión” se pareció más a un mero canje de activos que a una verdadera expansión del horizonte productivo del país.
Es así que a la luz de los acontecimientos del 2001 en el seno de la Cámara de Diputados se crea una comisión especial para realizar un pormenorizado estudio del fenómeno de la salida de divisas y el consiguiente comportamiento del sistema financiero.
Relevamos un total de 62.148 operaciones vinculadas al sector privado no financiero excluyendo las operaciones de comercio exterior, la información procesada correspondió a 58 entidades bancarias que representaban el 69,4% del total de los activos financieros hacia fines del año 2001.
Resultó evidente que el sector privado no financiero fue el agente más dinámico de la fuga de divisas mientras los bancos operaron como autopista que vehiculizaron la salida de capitales.
Durante el 2001 hasta el 2 de diciembre fecha de la instauración del “corralito”, en promedio las personas físicas realizaron 137 operaciones por 12 millones de dólares por día, en tanto las empresas realizaron en promedio 126 operaciones por 51 millones dólares también por día. El record lo constituye el 30 de noviembre vísperas del anuncio del corralito. En esa jornada se realizaron 1.337 operaciones, lo que demuestra la complicidad del sistema bancario filtrando información y facilitando los mecanismos para la fuga de las divisas.
Del total del monto transferido el 16,57% lo hizo a través de la banca privada nacional en tanto la banca extranjera explicó nada menos que el 75,19%. Entre ambas concentraron el 91,76% de los montos que salieron de la economía a través de los 90 bancos relevados. El Citibank, Banco Río de la Plata, Galicia y HSBC fueron los bancos más utilizados por las empresas y las personas físicas para sus transferencias al exterior.
Como puede apreciarse la actitud del HSBC evidenciada en estos días no es nueva ni original. La investigación puesta en marcha en el parlamento tiene en la tarea que realizamos hace una docena de años un formidable antecedente para consultar (1).
[1] Parte del dictamen fue publicado por la Editorial Siglo Veintiuno en un trabajo conjunto con FLACSO en el libro titulado “Fuga de Divisas en la Argentina. Informe Final Comisión Especial de la Cámara de Diputados 2001”
Eduardo Román Di Cola
Ex Diputado Nacional
Presidente Comisión Especial investigadora de la Fuga de Divisas año 2002
Cámara de Diputados de la Nación
https://www.alainet.org/en/node/166391
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