Lo que dejó la III Cumbre de la CELAC
11/02/2015
- Opinión
La III Cumbre de la CELAC se realizó el pasado 28 y 29 de enero y contó con la participación de los 22 jefes de Estado y gobierno de los 33 países de América Latina y el Caribe que lo componen. La declaración política se centró en continuar la discusión sobre recalcar los lineamientos trabajados desde la primera cumbre en Chile con las consecuentes declaraciones sobre la pobreza, desigualdad y la soberanía alimentaria. Sin embargo, temas como la situación económica de América Latina, la proyección institucional de la CELAC, el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la reestructuración de la deuda soberana de los países, el tema de Puerto Rico, la arquitectura financiera regional, las sanciones a Venezuela, el apoyo a la disputa de las Malvinas y la relación con otros bloques o países alrededor del mundo fueron el verdadero debate de la Cumbre, aunque se hayan ventilado más en los pasillos y en los medios que en los eventos institucionales.
Esta cumbre se enmarcó en un contexto de incertidumbre sobre la situación económica global y regional. Estados Unidos y la Unión Europea disminuyeron considerablemente su inversión en la región luego de la crisis del 2008, según un estudio de la CEPAL, la economía mundial no logra recuperar los niveles de crecimiento que registraba antes de la crisis. A pesar que Estados Unidos, primer socio comercial de la región, el cual ha recuperado en alguna medida niveles de crecimiento positivos, lo cual se traduce en un mayor dinamismo de su economía pero con un ritmo de crecimiento aún muy bajo; para el 2014 prevé un crecimiento que bordeé el 2% del PIB, es decir, que ha crecido a menor ritmo de recuperación después de la II Guerra Mundial, apenas un11% entre mediados del 2009 y mediados del 2014.[1]
Frente a la Unión Europea, tercer socio comercial de la región, el informe señala un crecimiento supremamente lento acompañado de altos niveles de desempleo y una fuerte crisis fiscal lo que dificultaría desarrollos económicos sustanciales para recuperar el dinamismo en sus relaciones con América Latina.
Este es el marco internacional en el que se mueve América Latina, donde se estima que el crecimiento regional para el 2014 será del 1,1% y del 2,2% para el 2015[2], siendo niveles bastantes modestos para las necesidades de la región. Los países que menos crecerán en la región en 2014 y 2015 serían Chile, Brasil, Argentina y Venezuela, mientras que los que más crecimiento tendrían son Panamá, Republica Dominicana, Bolivia y Nicaragua[3].
Según la CEPAL existe un estancamiento en las exportaciones de América Latina desde el 2011 en volumen, valor y precio, lo que se traduce, en un fuerte golpe a América del Sur cuyas exportaciones cayeron un 5%,[4] producto de la disminución de los precios de las materias primas, así como con la reducción de las importaciones de la Unión Europea y China. Finalmente América Latina vería disminuir los grados de inversión, sus exportaciones y aumentar el valor de sus deudas producto de la revaluación del dólar, generando limitaciones en el acceso a crédito internacional y aumentando el valor de sus importaciones que superan las exportaciones.
El tema económico es fundamental para las relaciones de los países latinoamericanos, esta es la principal razón por la cual al interior de la CELAC se está impulsando la realización de Foros y Cumbres con diferentes regiones o bloques de varios continentes, con el fin de dinamizar los flujos comerciales y de inversión hacia la región. Costa Rica que dejo la Presidencia Pro Tempore de la CELAC, lideró a principios de enero en Beijing el Foro CELAC-China donde el presidente Chino Xi Jinping anunció que espera que los flujos comerciales entre la región y su país alcancen los 500.000 millones de dólares y la inversión directa alcance los 250.000 millones en los próximos 10 años. Igualmente en junio de este año se realizara la II Cumbre CELAC-Unión Europea en Bruselas. En la declaración política de la cumbre de la CELAC se dejó como tarea propiciar espacios similares con Rusia, India y la ASEAN, con el fin de dinamizar las relaciones políticas pero sobretodo económicas con cada país o bloque.
Uno de los debates internos de la CELAC y que poco eco ha tenido en los medios de comunicación se refiere a la institucionalidad de la misma, fortalecer el aparato llevaría a esta organización de ser un simple foro de discusión política a un proceso de integración cuyos postulados y decisiones tuviesen un peso real en la región. El país que ha encabezado la discusión es el actual Presidente Pro Tempore (PPT), Ecuador, que busca que la CELAC se convierta en la organización latinoamericana que integre a todos los Estados de la región, quitándole peso a la Organización de Estados Americanos (OEA) en la cual participa Estados Unidos y Canadá, creando así un espacio independiente de estos países.
Ecuador busca con la PPT, encausar los avances propios de la UNASUR a la CELAC, establecer una secretaria general y crear comisiones o consejos permanentes en diferentes áreas que generen mayores compromisos entre los Estados de las región, tarea que algunos países muy ligados a Estados Unidos han bloqueado, pues entienden que una mayor institucionalidad de la CELAC, eliminaría el peso político de la OEA en la región y por ende la participación y la influencia de Estados Unidos en las dinámicas regionales. Igualmente, Ecuador busca durante su presidencia adelantar el debate sobre un Sistema Único de Compensación Regional de Pagos y el Banco del Sur, y pondrá en debate la posible creación del Fondo Monetario del Sur, con el fin de mejorar como bloque las condiciones del sistema financiero y de las ayudas económicas de la región, lo que constituye la creación de una estructura financiera propia.
La importancia de la CELAC y de su independencia frente a Estados Unidos radica en que ha podido sentar posiciones más firmes en diferentes problemas de la región, como la disputa entre Argentina y Reino Unido en el caso de las Malvinas, la condena al bloqueo económico a Cuba, la condena a las sanciones impuestas a Venezuela, o el apoyo a Argentina en el debate de la reestructuración de la deuda soberana, producto del caso de los Fondos Buitres, del cual falló a favor de estos últimos un tribunal estadounidense poniendo en peligro la estabilidad económica y fiscal del Estado argentino. Todos estos temas tuvieron eco y fueron posicionados en la declaración política de la III cumbre.
El tema que centró la atención en el desarrollo de la cumbre, fue el restablecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, donde se saludó satisfactoriamente la decisión de ambas naciones, pero complementariamente se condenó el mantenimiento del bloqueo económico, que se contempla en el punto 72 de la declaración, “Acoger con satisfacción la histórica decisión de los Presidentes de Cuba y de los Estados Unidos de restablecer las relaciones diplomáticas. Reiterar nuestro más profundo rechazo a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y reafirmar nuestro llamado al gobierno de los Estados Unidos a que ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero que impone a dicha nación hermana desde hace más de cinco décadas”.[5] Esto mantiene la presión que ha ejercido tanto la CELAC, UNASUR e incluso la ONU hacia Washington por su postura.
El debate por la inclusión de Puerto Rico a la CELAC, teniendo en cuenta que es una colonia de los Estados Unidos, no ha logrado generar consenso en su interior, y lo máximo que se ha logrado es mantener la posición de hacer seguimiento del caso en el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas. Este tema es muy espinoso al punto que fue la causa para que la Cumbre no desarrollara su reunión más importante, que era la de jefes de Estado y de Gobierno a puertas cerradas y con agenda libre, pues Nicaragua invitó y presionó para que el líder del Partido Independentista de Puerto Rico, Rubén Berríos, participara de esta reunión luego de rechazarse su presencia. El debate de Puerto Rico no es nuevo y ha sido permanente desde la creación de la CELAC. Sin embargo, la postura de la mayoría de países ha sido de cautela especialmente luego del referéndum del 2012 donde la población votó por volverse parte integral de los Estados Unidos.
Finalmente, la CELAC afrontó tímidamente el tema de apuntalar una agenda específica y viable que le permita enfrentar conjuntamente un panorama económico desalentador; aumentar los niveles de cooperación en diferentes programas comunes, generar mayores niveles de institucionalidad para avanzar en los procesos de integración política y económica con el objetivo que la CELAC se apropie finalmente como un espacio integrador de América Latina y el Caribe soberano e independiente, capaz de dar soluciones a las necesidades de la región.
Notas:
[1] Primer Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y China, Explorando espacios de cooperación en comercio e inversión. CEPAL, Diciembre 2014. Pág. 11. [Recurso Electrónico] Recuperado de: http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/37577/S1421104_es.pdf?sequence=1
[2] Ibíd. Pág. 16.
[3] Ibíd. Pág. 17.
[4] Ibíd. Pág. 18.
[5] Declaración Política de Belén, III Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) 28 y 29 de enero de 2015, Belén, Costa Rica. . [Recurso Electrónico] Recuperado de: http://alainet.org/active/80471&lang=es
- Andrés Sebastián Aristizábal Vásquez es Coordinador del Centro de Estudios Latinoamericanos,
https://www.alainet.org/en/node/167508
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