Antes que sea demasiado tarde
- Opinión
En un solo día al Banco Central ya le manotearon el 4,6% de los US$ 15.000M que el FMI le adelantará las próximas semanas. Ayer 12 de junio liquidó reservas por US$ 695M.
No se trata de análisis ni de opiniones. Solo basta recordar. A poco que lo hagamos nos enfrentaremos a una realidad que nos transportará a dolorosos sucesos no tan lejanos en el tiempo. La historia se está repitiendo y no hay razones para que el final sea diferente.
Nuevamente hemos construido el trípode que sustenta la lógica de la fuga de divisas. Un Estado que liberó el movimiento financiero desentendiéndose de toda razonable regulación; la complicidad del sistema bancario preparado para facilitar "por derecha y por zurda" la salida de divisas sin dejar rastros cuando las circunstancias lo exigen; y un sector económico poderoso con experiencia y siempre listo para aprovechar los caminos legales y de los otros, por donde terminan transitando los dólares que provienen de la evasión fiscal, las maniobras de sobre y subfacturación en el comercio exterior, lavado de dinero y otros delitos más graves.
Ya nos pasó en el período comprendido entre 1975 y 1983 durante el proceso militar, cuando los capitales acumulados por argentinos en el exterior se multiplicaron por nueve, pasando de US$ 3.566M a US$ 32.214M, y durante la etapa de la convertibilidad que por cada dólar invertido por empresas extranjeras, fundamentalmente por la compra de empresas argentinas, hubo noventa centavos de dólar pertenecientes a residentes que se fugó de la economía nacional.
Con el argumento de generar las condiciones para las inversiones, ambos períodos contaron con el fuerte apoyo de los sectores económicos más poderosos, de la misma manera que se repite en la actualidad. Casualmente los más activos a la hora de llevarse las divisas.
Con el dolor de "los hechos consumados" durante los años 2001/02/03 en el seno de la Cámara de Diputados se conformó la Comisión Investigadora de Fuga de Divisas. La tarea que se desarrolló fue trascendente determinándose los volúmenes fugados, la participación empresaria, la actitud de cada uno de los bancos, el destino de los fondos, etc. Fue una tarea nunca antes realizada, con la característica que se abordó la problemática desde lo ya sucedido.
Hoy que estamos transitando ese camino, y antes que sea demasiado tarde, el Congreso de la Nación debe generar rápidamente una comisión que lleve adelante no solo una investigación, sino además un seguimiento de lo que está sucediendo con la entrada y salida de divisas. La República, a través de la institución más expresiva de la voluntad popular, debe asumir un rol protagónico respecto de lo que está sucediendo. Si tropezar dos veces con la misma piedra es de tontos, no quiero calificar lo que significa repetirlo nuevamente. De nada positivo vale para el conjunto de la sociedad seguir endeudándonos, para que el grupo reducido de siempre se las arregle para fugar esos dólares, en tanto, simultáneamente al resto nos queda la deuda y la triste realidad de una profunda crisis social y económica.
Mientras, de los US$ 15.000M que el FMI adelantará las próximas semanas, al Banco Central en un solo día, el 12 de junio se le fugaron, es decir le manotearon US$ 695M, o sea el 4,6%.
Eduardo Di Cola
Diputado Nacional (Mandato Cumplido - Ex Presidente de la Comisión Investigadora de la Fuga de Divisas años 2001/02/03)
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