El cambio llegó a Honduras

09/12/2013
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Las elecciones generales realizadas el domingo pasado en Honduras marcan el comienzo de una nueva etapa en la vida institucional de esa nación centroamericana, etapa que se caracteriza por la crisis del bipartidismo que reinaba hasta ahora y por la irrupción del pueblo como fuerza política.
 
Los resultados oficiales han sido puestos en duda, la mayoría de los observadores internacionales optaron por no ver lo evidente y aunque los partidos hondureños de derecha se han unido ahora para gobernar, actuarán en un escenario muy distinto.
 
Recordemos que hasta el golpe de Estado disfrazado de destitución del entonces presidente Manuel Zelaya, acordada por el parlamento a pretexto de que habría incurrido en un acto inconstitucional, los partidos Nacional y Liberal, al que pertenecía Zelaya, se alternaban en el gobierno.
 
Pero a partir de ese hecho las cosas cambiaron, el pueblo, cuyos derechos se habían reconocido por primera vez, salió en defensa de su gobierno y a partir de ese instante se convirtió en una fuerza política organizada que fue creciendo hasta llegar a disputar la presidencia de la repùblica, que bien puede haber ganado.
 
Las denuncias de que se estaba cometiendo un fraude surgieron dìas antes de la elección, pero ni el Tribunal Supremo Electoral ni los observadores internacionales, que se fueron a la carrera, vieron nada.
 
La mayor parte de los “observadores” al parecer ni siquiera se enteraron que el 71 por ciento de los hondureños vive en la pobreza, el 53 por ciento de ellos en la miseria y un 40 por ciento están desempleados. La tasa de homicidios es diez veces mayor que el promedio mundial.
 
Los que se encuentran en la miseria van al crematorio, donde se descargan los desechos que ellos le disputan a las vacas y a las aves. Allì buscan botellas, cartones y todo lo que se pueda vender, también encuentran algo para comer.
 
Durante el tiempo que gobernó el presidente Manuel Zelaya se puso especial interés en la búsqueda de soluciones para los sectores más pobres. Y la persona que se dedicó a esa causa, logrando organizarlos para mejorar sus condiciones de vida, fue su esposa Xiomara Castro.
 
Durante el exilio forzado de su esposo ella continuó en esa tarea y la amplió al campo político, llevando al movimiento popular a una nueva etapa que lo convirtió, según el Tribunal
 
Electoral, en la segunda fuerza política del país, lo que no descarta que en realidad sea la primera.
 
¿Fraude?
 
En la víspera de las elecciones, el presidente del Partido Anticorrupción, Salvador Nasralla, denunció que se estaban ingresando actas falsas en los sitios oficiales destinados a introducir los resultados electorales y señaló que la Fiscalía correspondiente había hecho los allanamientos que lo comprobaban.
 
Esto implicaba que se habían introducido actas con el propósito de alterar los resultados y que con esa misma intención no se había aceptado aplicar el voto electrónico, como lo habían pedido ocho partidos políticos.
 
Xiomara Castro ha solicitado también que se revisen las actas, pero no se estima que esa revisión pueda significar algún cambio en los resultados que el Tribunal Electoral ha calificado de irreversibles, dándole el triunfo al candidato del Partido Nacional.
 
Finalmente, y después de la demostración de respaldo popular que implicó el reciente acto público del Partido Libre, el presidente del Tribunal dijo que iba a “dar cumplimiento” a la solicitud de esa colectividad y que se revisarían las actas.
 
Proclamado ya el ganador, llama la atención que se haga un anuncio como ese cuando se ha declarado presidente electo a uno de los candidatos, el que a su vez está buscando una alianza con el Partido Liberal, que cayó del segundo al tercer lugar entre los partidos hondureños.
 
Resulta obvio que se busca proyectar una imagen de claridad en el proceso electoral, para intentar borrar el impacto de acciones poco claras. Y respecto a ese punto, lo menos claro ha sido la actuación de los observadores extranjeros.
 
¿Nadie vio nada?
 
Ya es habitual que a los procesos electorales, en especial los latinoamericanos, asistan como observadores representantes de distintos organismos internacionales, cuya misión teòrica es dar fe de que todo se desarrolló con normalidad o denunciar los fraudes u otras faltas.
 
En el caso de las elecciones que comentamos, hubo un sector en el que nadie vio nada ni formulò algún comentario negativo, por lo tanto, se indujo a pensar que las elecciones hondureñas habìan sido ejemplares.
 
Los integrantes de ese sector de observadores se fueron de Honduras el mismo dìa de los comicios y algunos presidentes latinoamericanos formularon declaraciones reconociendo como
 
ganador al candidato del Partido Nacional, al que le mandaron cables de felicitación antes de que el Tribunal Electoral los proclamara ganadores.
 
Eso no sorprendió respecto a algunos presidentes, pero el que sì causó sorpresa fue el de Nicaragua, Daniel Ortega, quien se prepara para sortear algunos obstáculos y postular otra vez a la reelección.
 
Pero resulta que otro sector de observadores vio, comprobó y dio a conocer muchas cosas a través de informes que se dieron a la publicidad, pero que pocos periódicos han reproducido.
 
La Misión Internacional de la Federación Internacional de Derechos Humanos,FIDH, entregó una declaración en la que expresa su preocupación por los ataques y amenazas de que han sido objeto los defensores de derechos humanos, periodistas y dirigentes del Partido Libertad y Refundaciòn, LIBRE.
 
Señala el documento que a muchos hondureños se los privó del derecho a votar declarándolos muertos y que a los que pudieron demostrar que estaban vivos no les dieron oportunidad de presentarse ese dìa ante el Tribunal Supremo Electoral.
 
Denuncian también la entrega, por parte del Partido Nacional, de tarjetas personalizadas con descuentos en comercios, telefonía celular, servicios médicos, farmacias y restaurantes.
 
Señalan además que ha existido falta de transparencia en el financiamiento de las campañas electorales y el origen de ese dinero y denuncian el asesinato de cuatro personas pertenecientes al Partido Libre
 
Desde el punto de vista político, sostienen que “no puede
 
considerarse la existencia de un ganador hasta que se haya computado el 100 por ciento de los votos”, lo que no ocurrió en este caso.
 
Por su parte, la Red de Solidaridad con Honduras denuncia prácticas fraudulentas, violaciones a los derechos humanos, asesinatos de dirigentes medios del Partido Libre y señala que los observadores fueron objeto de presiones e incluso amenazas, lo que podría explicar, aunque no justificar, su rápida huída de Honduras.
 
- Frida Modak, periodista, fue Secretaria de Prensa del Presidente Salvador Allende.
 
https://www.alainet.org/en/node/81509
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