Matar por una curul
20/01/2006
- Opinión
Nunca pensé llegar a ser tan literal como cuando describí los líos del partido de Humala para la confección de las listas al Congreso como un “Ilave electoral” con riesgos de linchamiento y cuando le agregué que la consigna del día era “curul o muerte”.
Matarse por un lugar en una relación de candidatos a la sombra del candidato en ascenso parece realmente un delirio. Por lo que hay que concluir que el señor Dante Yorgues está loco o responde a alguna estrategia para ridiculizar al candidato.
La conferencia de prensa de toda la plana mayor del humalismo para denunciar el complot podría considerarse un efecto buscado a partir de la farsa del video Yorgues-sicario. El comandante pisó el palito y abrió la olla de la espesa sopa de arribismo y oportunismo que lo tiene cercado en este momento.
Yorgues es tan impresentable e incoherente que nadie le creería organizando un crimen. Por tanto a lo que ha estado apuntado el diálogo de los plomos en la cabeza es a demostrar que bajo la conducción de Ollanta puede ocurrir cualquier cosa. Incluso que se agarren a tiros por un cargo público.
Súbitamente los Torres Ccalla y las Chuquivales se han convertido en una versión casi inofensiva de las cosas que pueden pasar en la política peruana. Y, claro, esta es la oportunidad para que el APRA y Unidad nacional nos hablen de las ventajas de los partidos constituidos que son mucho más predecibles en sus conductas corporativas.
Humala se ha metido un tremendo autogol. En primer lugar por darle una importancia desmedida a un asunto que linda con el extravío. En segundo lugar por pretender una conexión con hechos reales de la contracampaña que se ha desatado en su contra, como la denuncia que busca ligarlo a las FARC, la presión para que el BCR suelte el dólar como escarmiento para los potenciales votantes nacionalistas, las tachas y recontratachas, etc.
¿Cuánto le va a costar al candidato no haber podido prever la eclosión de apetitos de los mini outsiders de su partido y no haber hecho algo antes para desembarazarse de los Yorgues, que seguramente son más de uno? En mi opinión el efecto de este encontronazo va ser nulo en los sectores más pobres y de menos información política. A ellos ya no les llegan los descréditos reales o artificiales de su candidato y están dispuestos a creer sólo en las versiones que vengan de su líder. Al punto que en cierta forma ha perdido el espíritu crítico como reacción al ensañamiento de la prensa derechista.
El verdadero problema es que este tipo de incidentes profundiza la desconfianza en los sectores organizados del pueblo. Y tiende a convertir al candidato en una figura que flota en el espacio sin estructuras verdaderas capaces de movilizar al país para los cambios que se anuncian.
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