En la noche del martes 18 de abril, unas pocas horas antes del arribo de los presidentes de Bolivia, Uruguay y Venezuela a tierras paraguayas, en un lejano pueblito (Huguá Ñandú) ubicado a 90 Kms. de la ciudad de Concepción, un pequeño grupo armado con uniforme de combate, chalecos antibalas e integrado por 10 hombres y 2 mujeres al grito de “estamos preparados para la lucha” irrumpió en la desolada comisaría policial donde se encontraban solo el Jefe de la misma y un único asistente cuya tarea mas audaz por lo general, consiste en acercar el “terere” (infusión de yerba mate con agua fría) cada vez que su superior lo ordena. En medio de la nada y donde pocas veces ocurre nada, los disparos de fusiles automáticos y granadas de mano prácticamente pulverizaron el local. La fascinante aventura de inventar un teatro de operaciones a la medida de sus protagonistas y “tomar el poder de la tierra de nadie” contrastan en forma grotesca con los hechos que ocurrían hace 30 años cuando grupos armados trataban de tomar un cuartel, reducir a mas de 500 efectivos , alzarse con todo el parque militar, con absoluta conciencia que varias decenas de sus combatientes podían dejar la vida en aquel intento. Han pasado treinta años, eran tiempos de gobiernos militares, desapariciones por doquier, imperaba la doctrina de la seguridad nacional en casi todos los países de la región, el operativo cóndor volaba sin problemas de fronteras y el hoy devenido columnista Henry Kissinger que teoriza sobre la integración democrática de culturas occidentales y musulmanas, aportaba su materia gris para aplastar todo lo que oliera o fuera tomado por “ideas subversivas”. Estas iban desde el Gobierno Constitucional de Salvador Allende hasta el ridículo decomiso de “La revolución verde”, un texto que recorrió América Latina y que por aquel entonces editaron los primeros ecologistas de la región. Han pasado treinta años, el foquismo del Che Guevara para crear en América Latina, uno dos o mas Vietnam, era una discusión que iba y venía desde la aulas universitarias a las fábricas y volvía enriquecida o transnochada, para la elaboración de voluminosos documentos cuyo traslado ya era un grave riesgo y la sorpresa de ser sorprendido con los “peligrosos papeles”, la cárcel segura. No había elecciones, ni parlamentos, ni poderes judiciales, ni habeas corpus, ni derechos humanos, peligroso concepto que encubría subversivas intenciones. El silencio y la sospecha terminaban conformando el escenario de complicidad de una sociedad aterrada, porque nunca se sabía quién podía ser el próximo o la próxima víctima. Luego de estos 30 años, el realismo mágico hace su reaparición en un pueblecillo donde existe todo menos, masas organizadas, obreros explotados y el riesgo de provocar una acción de este tipo y terminar quemando una comisaría, no pasa mas que por doblegar a dos “tahachi campaña” Los presidentes que arribaron a Asunción departen en forma jocosa si están al centro a la izquierda o más a la derecha. Lo que si tienen claro es que hasta el propio Fidel, con sus achaques a cuestas(P pero con la lucidez acostumbrada, apoya esta nueva corriente de capitalismo autónomo con soberanía nacional, que recorre todo el continente y que nunca había sido preocupación del hegemónico imperio del norte. “Estamos preparados para la lucha” dijeron en forma segura y amenazante en el mensaje remitido al presidente paraguayo que por primera vez actuaba de anfitrión frente a algunos representantes del “eje del mal”, recién arribados. Para que esto haya ocurrido en América Latina y se esté vertebrando por primera vez la unión sudamericana, han pasado más de treinta años de dolor, pobreza, dependencia y miserias. En estas tres últimas décadas, hacía su aparición rutilante el VIH sida y conmovía a la humanidad, las consecuencias del cambio climático y la falta de agua potable preocupan a millones de seres en todos los continentes, la invasiones a Irak y una retirada decorosa es un tema aún pendiente para la mayor potencia del planeta y como si esto fuera poco la gripe aviar se encarga de dar mayor dramatismo a la ya dramática realidad. Las nuevas tecnologías irrumpen sin pedir permiso y la globalización de los medios de comunicación llega a los confines de la tierra. No obstante todo esto, ayer nomás pudimos saber por los diarios que “un grupo de aguerridos combatientes, que están dispuestos a tomar la próxima colina de un país plano”, se habían quedado desde entonces, extraviados y ocultos en un paraje remoto del Paraguay, sin saber que ya habíamos entrado en el Siglo XXI. - Arturo E. Bregaglio es Director FM TRINIDAD