Segunda vuelta presidencial en Perú
Ecos del debate entre Humala y García
23/05/2006
- Opinión
Como durante toda la campaña política, Ollanta Humala tuvo que salir a atajar pelotazos desde todos los ángulos. Alan García ya se siente ganador.
Pasados tres días del debate entre los candidatos a presidente Ollanta Humala de Unión por el Perú (UPP) y Alan García (APRA), aún se preguntan muchos quién ganó, quién estuvo mejor en cámara y si el resultado pudo influir en decidir el voto ciudadano en las elecciones del próximo 4 de junio en el país andino, pero casi todo el mundo político coincide en que no fue, como se esperaba, un show de zancadillas, ataques personales y golpes bajos.
Las repercusiones sobre los temas expuestos en el debate dispararon la comidilla periodística para toda la semana. Como en toda la campaña, el nacionalista fue quien cargó el estigma de su supuesto pasado violento, y su “escasa preparación” en algunas cuestiones. Llega a tal punto el ensañamiento hacia el ex militar que se lo criticó duramente por llegar 18 minutos tarde al lugar del debate, supuestamente, según Humala, porque simpatizantes apristas le dificultaron el camino.
Más allá de la anécdota, ambos postulantes marcaron algunas líneas diferenciales en sus proyectos apuntando a consolidar el apoyo que indican las tendencias pre-electorales, e intentando sumar más adeptos. Humala hizo hincapié en hablarle a los sectores más postergados del pueblo peruano, hablando de un cambio que modifique el modelo neoliberal que desde la década fujimorista, ha beneficiado a una mínima parte de la población y al establecimiento peruano.
Por ello puso en discusión el Tratado de Libre Comercio (TLC) recientemente firmado con Estados Unidos, al que criticó por perjudicar a los productores agropecuarios peruanos y apuntó que dicho tratado debe ser revisado por el próximo congreso.
Alan García, por su parte, quiso mostrarse como el candidato que representará la continuidad macro económica a fin de tranquilizar a las clases medias urbanas que lo apoyan, según las encuestas, aunque también enfatizó que su compromiso será para que los “beneficios” lleguen a los que menos tienen.
Sin embargo, en el post debate, la mayoría de los analistas y desde las propias filas del APRA instalaron la idea de que Humala aclare las acusaciones de Vladimiro Montesinos, quien días atrás dijo que el levantamiento militar que protagonizó el nacionalista en el sur peruano en 2001 fue una cortina de humo para ocultar la huída del plenipotenciario ex asesor de Fujimori, hoy preso en una cárcel en El Callao acusado de corrupción.
“Tengo la conciencia tranquila sobre el levantamiento de Lucumba” expresó Humala, y cree que vincularlo al “doc” –como se lo nombra a Montesinos- es una jugada que organizó el APRA para generar temor en la ciudadanía. Teme además que el tradicional partido peruano vaya a realizar un “anforazo” el 4 de junio, haciendo alusión a un posible fraude que aleje a Humala de llegar al Palacio de Gobierno.
El contraataque vino del dirigente aprista Alfredo Del Castillo: "¿Humala y su gente van a aceptar el resultado de las elecciones cualquiera que fuese? Esa es la gran pregunta que está flotando en el ambiente. ¿O va a generar disturbios, reclamos, va a protestar, va a decir que le robaron los votos”, se preguntó. La táctica, otra vez, es mostrar a Humala como intolerante y desestabilizador, acusaciones a las que a pesar de sus esfuerzos, el líder de UPP no ha contribuido pero de las que tampoco ha podido deslindarse.
El “ambiente” del que habla Del Castillo, no es más que el de los espacios de poder, alimentado diariamente por algunos medios de comunicación, y aquellos lugares desde donde se asegura que Humala es el candidato del presidente venezolano Hugo Chávez –con toda la carga de negatividad que representa el presidente venezolano para los cenáculos de poder peruanos y que se extiende a parte de la población-, o que representa el salto al vacío. No por casualidad Alan García ha atacado a Chávez sabiendo que de esa forma ganaba adhesión entre las clases más acomodadas.
Desde fuera del país otros personajes se metieron en la campaña. Desde Santiago de Chile, Alberto Fujimori, liberado el jueves por la justicia de ese país y con pedido de extradición para que comparezca en los tribunales peruanos sobre la corrupción y los crímenes de su gobierno, hablo de un “Alan García evolucionado” con respecto a su mandato presidencial entre 1985/90. Y desde Madrid, Mario Vargas Llosa dijo que si Humala llega al gobierno “se acabará la democracia en Perú” y llamó a votar por el “mal menor” que, a su parecer, representa el candidato del APRA.
Desafiando las encuestas el electo congresista por el Frente de Centro, Víctor García Belaunde dijo que habrá un “final de fotografía” ya que cree que los sondeos no reflejan el sentir de la población. Entre tanto pronóstico que da ganador antes de los comicios a Alan García, las palabras del sobrino del ex presidente Fernando Belaunde colocan, al menos, algo de incertidumbre a la afiebrada campaña presidencial de Perú.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR http://www.prensamercosur.com.ar/apm/nota_completa.php?idnota=1853
https://www.alainet.org/es/active/11583
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