Dentro del FA, el Movimiento vive y lucha
23/07/2006
- Opinión
Resulta difícil sustraerse a la tentación de escribir acerca de los formidables acontecimientos de Córdoba y de Alta-Gracia. América Latina y los movimientos populares de la región han dado un gran paso adelante en materia de integración. Uruguay forma parte de ese andar y lo resuelto en estos días tendrá repercusiones duraderas y favorables para nuestro desarrollo como nación.
Pero el que escribe es, además de un comentarista, un militante. De modo que sobre integración escribiré la semana próxima. Hoy siento el deber de hacer algunas reflexiones a partir de la reunión que este fin de semana celebraron en el Club Platense los Comités de Base del Frente Amplio de todo el país.
1- En los últimos veinte años hemos visto y leído más de una vez consideraciones negativas acerca de los C. de B. del Frente. En los años ochenta, en el marco del paquete ideológico de la postmodernidad, esas críticas asumieron visos de campaña.
No faltaban las argumentaciones que contraponían la acción de los C. de B. a la “democracia representativa”, en la que se exaltaba una forma de “participación” mucho más amplia de la ciudadanía. Eso sí, una vez, solo una, cada cinco años. Y para elegir un representante.
Desde otras tiendas se ha dicho, en reiteración, que la acción política desde los C. de Base es una forma de acción política superada, rutinaria y poco atractiva. Sobre todo para los jóvenes, se agrega.
Habría, concluyen, que inventar ‘formas nuevas’. No descarto que quienes preconizan la conveniencia de inventar formas nuevas tengan algo de razón. No obstante – y hasta tanto esas formas no surjan y se implanten en la realidad del FA y de la sociedad uruguaya - vale la pena seguir esforzándose por mejorar los instrumentos que hoy existen.
Sobre todo porque el advenimiento del FA como fuerza política al gobierno, lejos de neutralizar el rol posible de los Comités de Base, los potencia, les da un rol específico en el desarrollo y el fortalecimiento de la izquierda.
Sin la implantación social que el C. de B. puede aportar, sin los espacios de elaboración y formación políticas que pueden ser ¿cómo abordar las transformaciones que están en la orden del día del gobierno progresista, desde la reforma educativa hasta un nuevo modelo de atención de la salud, pasando por los problemas de la vivienda, la seguridad pública, la lucha contra la corrupción y el burocratismo y todo lo demás?
2- Fueron justamente esos temas lo que se abordaron el sábado 22 y domingo 23 en el
2 º Encuentro Nacional denominado “Haremos Futuro”. Varios centenares de compañeros designados por los Comités discutieron en comisión primero y en una sesión plenaria después todos los problemas actuales del Frente Amplio.
Convocado para intercambiar opiniones, en el Encuentro se discutió y se discutió a fondo. Vale la pena recordar que en el FA y en su estructura de movimiento organizado conviven militantes de muy diversas filiaciones políticas e ideológicas.
Un aspecto interesante del evento fue el ambiente de debate, las visiones críticas y autocríticas y, a la vez, el clima de unidad frenteamplista, de defensa sin vacilaciones del instrumento político.
Las críticas, en un sentido u otro, se expresaron con claridad y abarcaron muchos temas, pero en ningún momento asumió formas agresivas o hirientes hacia otros frentistas. Es un hecho, un rasgo de la cultura frenteamplista que se ha ido conformando a lo largo de decenios.
Este cuidado por la unidad conlleva una fuerte carga emotiva. El FA no es una alianza de ocasión con objetivos electorales. Hay atrás muchos años dolorosos, muchos sacrificios y muchas ausencias que siguen lastimando. Ese componente emocional y auténtico, está presente con mucha intensidad.
Pero la preservación de la unidad entre compañeros que opinan distinto, es también el resultado de una operación de análisis absolutamente racional. La unidad del Frente Amplio es factor imprescindible para llevar a buen término el Programa comprometido con la ciudadanía. La división del FA sería la antesala de la derrota. Y de la fiesta revanchista de las derechas.
3- El 2º Encuentro mostró lo avanzado del proceso de reflexión y maduración política de la mayoría de los militantes frenteamplistas. Gente que viajó desde muy lejos para opinar y oír, para acordar y discrepar sobre una materia política, cotejando orientaciones, maneras de pensar y estilos de actuar. No hay otro partido en el Uruguay capaz de convocar a una instancia democrática de base como ésta. Y hay pocos en A. Latina.
Sin incurrir en ninguna exageración se podría sostener que en el evento que comentamos se abordaron todos los problemas de la agenda política actual. Y se lo hizo desde una óptica de compromiso con la gente y desde una concepción de democracia participativa. Para militar más y mejor.
A la democracia uruguaya no le alcanza con que sus ciudadanos participen con el voto una vez cada cinco años. En el 2 º Encuentro se discutió pensando en hacer, analizando cómo intervenir para avanzar en las conquistas progresistas, para corregir los errores que se pueden estar deslizando en tal o cual campo de la acción de la fuerza FA.
Sin fatalismo y sin resignación. Para ser más fuertes ante el saboteo de las derechas. Con propuestas destinadas a ampliar los cauces de la participación democrática de todo el pueblo.
4- Propuestas destinadas a mejorar la calidad de la vida política de los frenteamplistas y de todos los ciudadanos.
En esta instancia, el Movimiento mostró su vitalidad, su capacidad organizativa, su espíritu de unidad y la seriedad de su voluntad de intervención en la vida política.
De un modo u otro, la palabra ahora la tienen las organizaciones políticas que conforman la otra cara de la realidad frentista, es decir la Coalición de partidos que se han aliado para conformar nuestra singular fuerza política. Ese Frente que es, en parte, conjunción de partidos y, en parte, movimiento de base con participación de militantes con o sin identificación con los partidos.
El Movimiento ha dicho presente. Puede ser el comienzo de un necesario proceso de reactivación de una fuerza hasta ahora contenida, que está lejos de haber agotado sus posibilidades de acción. Un síntesis, una señal auspiciosa que no debiera ser desatendida.
El encuentro, convocado y organizado por los propios Comités de Base, tuvo una convocatoria nacional participando cerca de 300 agrupamientos, de los cuales alrededor de 150 son de Montevideo, y unos 130 del Interior. A esto habría que agregar la presencia de representantes de agrupamientos de base de Buenos Aires y Rosario, en Argentina. También de Comités del FA de Paraguay, de Méjico, Canadá y Brasil (Porto Alegre).
El Encuentro estuvo precedido de la circulación, con varias semanas de antelación, de una serie de aportes discutidos y elaborados en distintos Comités, tanto de las Coordinadoras de Montevideo como de las Departamentales del Interior. Los contenidos de estas ponencias remitían a distintos problemas y se adentraban con tono a menudo crítico y polémico en las circunstancias actuales que atraviesa el Frente Amplio como fuerza política y el papel de los comités y del conjunto del Movimiento ante la nueva realidad política.
- Hugo Cores PVP567-Frente Amplio
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