Tras el fracaso de la OMC:

El MERCOSUR debe estar atento

27/07/2006
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Washington propuso un acuerdo comercial a Montevideo, otra vez. En el Gabinete de Vázquez las posiciones son encontradas. Esta puede ser la estrategia hegemónica tras el fin de la Ronda de Doha. La Casa Blanca lo intenta una vez más. Según reflejó el semanario uruguayo Búsqueda, el Gobierno de Estados Unidos propuso a Uruguay un acuerdo de promoción comercial bilateral como el que firmase recientemente con Perú. Es necesario aclarar que el documento firmado por ambas naciones es, ni más ni menos, que un Tratado de Libre Comercio (TLC), por lo que Washington estaría invitando a Montevideo a suscribir acuerdo de este tipo. Esto implicaría que la nación sudamericana abandone el Mercado Común del Sur (Mercosur) que integra junto a Argentina, Brasil, Paraguay y Venezuela. Es que la pertenencia al Mercosur impide la firma de un tratado bilateral en forma explícita. Dicho de otra forma, quien avanzase en esta dirección quedaría expulsado del bloque sudamericano. Este mensaje le fue transmitido al presidente Tabaré Vázquez por el canciller brasileño Celso Amorim en una reciente visita a Uruguay. Según Búsqueda, el formato de Acuerdo de Promoción Comercial (APC) "posibilita que ingresen al mercado estadounidense con aranceles reducidos la mayor parte de los productos uruguayos exportables". Pero como no hay una de cal sin una de arena, Estados Unidos exige mayor rigurosidad en la propiedad intelectual. La firma del APC permitiría a Uruguay ingresar con sus productos al mercado estadounidense con bajos aranceles, además de conseguir un cronograma para que caigan las cuotas y subsidios que impone la Administración del presidente George Bush a las importaciones. Algo que está muy bien visto por vastos sectores del vecino país. De hecho, el propio Gabinete de Vázquez se encuentra dividido entre estas posiciones extremas. El canciller Reinaldo Gargano es un ferviente defensor del Mercosur, mientras que el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, considera que un TLC con Estados Unidos es necesario y ventajoso para el país. ¿Qué posición va a adoptar el presidente charrúa? Recordemos que hace un lustro parecía irrefrenable la creación del Area de Libre Comercio de las Ameritas (ALCA). De hecho, este acuerdo debía entrar en vigencia en 2005. Pero la firme oposición del Mercosur y de Venezuela evitó su suscripción. Pero la Casa Blanca no iba a quedarse de brazos cruzados. A medida que el entusiasmo inicial por el ALCA decaía, comenzaron a ofrecer un "ALCA light" en forma de TLC bilaterales. México integra el NAFTA junto a Canadá y Estados Unidos; toda la América Central adhiere al CAFTA (equivalente al NAFTA); además, Chile, Perú y Colombia tienen firmados TLCs con el Departamento de Comercio. Sobre las ventajas de estos acuerdos, el tiempo va a poner en evidencia las consecuencias. Parece una perogrullada, pero no lo es. No obstante, Washington nunca pudo perforar el Mercosur. Además, desde el 4 de julio pasado –vaya paradoja- la Venezuela bolivariana integra el bloque como estado-parte. Pero el bloque no está exento de inconvenientes. Y sus miembros menores, Paraguay y Uruguay, exhiben una retórica que va desde la amenaza de salida hasta el simple reclamo de que sean considerados en forma particular porque son particulares. Pero esta "desinteresada" propuesta estadounidense – ¿qué tan importantes pueden ser las colocaciones uruguayas en ése mercado? menores a las compras diarias de cualquier corporación de Wall Street- se produce en un momento mundial sensible. El fin de semana pasado se clausuró la Ronda de Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en un rotundo fracaso. No se produjo avance alguno en la sensible cuestión de los subsidios agrícolas que aplican las potencias económicas y que perjudican a las naciones más pobres. Pero esta frustración puede tener consecuencias peores de las supuestas. Las naciones desarrolladas pueden, incluso, aumentar sus subsidios a la producción doméstica… Y pensar que las discusiones que se iniciaron en la capital de Qatar en noviembre de 2001 adoptaron el audaz nombre de "Ronda del Desarrollo". Así que algunas administraciones débiles de conciencia o susceptibles a las fortísimas presiones de los factores de poder internos y externos dudan. A su vez, las potencias van a presionar en forma cada vez más acentuada para que abran sus mercados, en una diplomacia más cercana al chantaje que a las sanas relaciones internacionales. Uruguay y Paraguay, entonces, en algún momento van a tener que decidir entre la tentación del enorme mercado interno estadounidense o el escenario de peleas continuas con sus vecinos de Sudamérica. La tentación es enorme, más ahora cuando la OMC ha demostrado que es incapaz de sostener las posiciones de los países menos adelantados (otro eufemismo del Norte), que sí parece dispuesto Washington a defender. Desde este medio hemos denunciado algunos mitos que, como tales, son repetidos sin el menor análisis de su esencia. Y en este caso estamos frente a otro: aquel que dice que el TLC salvará al mundo. Desgraciadamente en el terreno de la Economía (con mayúsculas) no se pueden hacer ensayos sobre qué puede pasar, sino esperar a que suceda. Y en esta ciencia se puede evitar todo, excepto las consecuencias. Ergo, que nuestras naciones eviten las nefastas consecuencias de las cuales nuestra Historia está plagada, del mismo modo que el camino al Averno está plagado de buenas intenciones. Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina http://www.prensamercosur.com.ar

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