Presupuesto del Estado en la incertidumbre
16/11/2006
- Opinión
El asunto del presupuesto general de ingresos y egresos del Estado, navega en el campo económico pero sobre las corrientes políticas de momento. Durante el primer año de gobierno de la Gran Alianza Nacional, GANA, el estrenado Presidente Óscar Berger se quejaba reiteradamente, en conjunto con su gabinete, de la gravedad financiera en que había encontrado al Estado. Con fastidiosa insistencia las autoridades hacían referencia a un “tremendo agujero fiscal” que les ataba las manos.
El fondo del problema, decían, era la escandalosa corrupción del gobierno anterior que había vaciado las arcas nacionales. Ante ello propusieron un drástico plan de austeridad que, entre otras acciones, incluía reducción de personal “innecesario” de diversas entidades gubernamentales; la posibilidad de hacer préstamos; reducir gastos en áreas que no afectaran el gasto social y la implementación de una reforma fiscal.
Así, el primer año de gobierno de Berger transcurrió con limitaciones económicas. Tres años después todo apunta a prever que el próximo año, el último del gobierno de GANA, –porque en estos momentos nadie cree que pueda volver a ganar las elecciones- también habrá dificultad para conducir el Estado en holgada situación económica. Pero ahora los motivos que llevan a repetir la situación de austeridad son otros.
La corrupción ciertamente ya no es un problema de escándalos mayúsculos que pongan en riesgo las finanzas del Estado. Aunque tampoco puede indicarse ingenuamente que la corrupción en el Estado ha desaparecido. Ahora la responsabilidad de que los recursos sean escasos obedece a decisiones políticas equivocadas del mismo gobierno. Es decir que ahora no tiene posibilidad de culpar a otros por la fragilidad financiera que seguramente padecerán.
Una disminución seria de los ingresos financieros responde a la implementación del Tratado de Libre Comercio. Se habla que a causa de liberar el ingreso de varios productos enlistados en el TLC, Guatemala dejará de percibir más de Q400 millones. Adicionalmente se sabe que muchos de estos productos afectarán negativamente a un buen número de pequeñas y medianas empresas que, imposibilitadas de competir, se verán forzadas a la quiebra, lo que implica no continuar tributando, eso sin contar el aumento en el desempleo, la creciente pobreza y la reducción de oportunidades locales de inversión.
En el campo político las acciones del partido gobernante también se le revierten. A consecuencia de una actitud prepotente y altanera de sus líderes en el Congreso, han perdido la posibilidad de entablar diálogos productivos que los lleven a conquistar alianzas útiles. Con operadores políticos de pocas capacidades o, por, sin ellos, el gobierno perdió varias oportunidades de atraer simpatías. Lo cual fue aprovechado por la oposición para ganar terreno y marginar a la bancada oficial a espacios legislativos sin poder de decisión. Ahora la Junta directiva del Congreso está completamente en manos de la oposición. La comisión de finanzas del Legislativo, encargada de dar dictamen al proyecto de presupuesto de ingresos y egresos del Estado tampoco está en poder del oficialismo, por primera vez en más de una década.
Si a esa correlación de fuerzas políticas en el Congreso, seriamente desfavorable para GANA, le agregamos la ambición política que despierta el año electoral que se avecina, tenemos entonces un panorama desalentador para el Ejecutivo, que se verá obligado a trabajar con el presupuesto que la oposición disponga poner en sus manos.
De entrada, se sabe que los Q 39 mil 400 millones que el Ejecutivo solicitó aprobar al Congreso, se reducirá en 10%, aproximadamente. Los diputados de oposición que controlan la Comisión de Finanzas, refieren que su propuesta es dejar al gobierno con Q35 mil 100 millones. Planificar las reducciones en varias entidades e instituciones, principalmente en las que el partido gobernante pueda utilizar para hacer propaganda electoral en el 2007.
En una primera lectura de las readecuaciones se sabe que la oposición rebajó dinero a los rubros de protocolo, publicación y contratación de personal bajo el renglón 0-29. Asimismo en programas y proyectos que demostraron ser incapaces de ejecutar grandes cantidades. A cambio de la reducción, la oposición, encabezada por los partidos: UNE, FRG y PAN, aprueban la dotación de recursos a las nuevas entidades surgidas en meses recientes.
De ese modo se observan fondos para la Dirección General de Inteligencia Civil por Q50 millones; igual cantidad sería destinada para el Sistema Penitenciario; otros Q50 millones para la Ley del Crimen Organizado y Q100 millones para impulsar el Registro Nacional de Personas. Debido a la situación especial del Tribunal Supremo Electoral, los parlamentarios han incrementado el presupuesto de dicha institución que el siguiente año contará con Q 260 millones para los comicios de 2007.
Estas decisiones de la oposición, que por cierto no deben causar sorpresa, han puesto en que pensar a los dirigentes del partido oficial, porque a diferencia de sus antecesores en gobiernos pasados, ellos no tendrán la oportunidad de hacer campaña con dinero público. Si esto lo vemos con simpleza, esta situación podría llevarnos a aplaudir las actuaciones de las bancadas opositoras en el parlamento, sin embargo, pero si observamos en el fondo, podríamos percatarnos que en la distribución de obras a ejecutar en el área rural con recursos del Estado en 2007, se ha privilegiado a los partidos que forman parte de ese bloque opositor. Después de todo el presupuesto general es un arma política, ¿en manos de quién está ahora?
En otras palabras, no se trata de buenas acciones de políticos opositores, para que el dinero del pueblo no se use en la campaña, solamente se trata de un cambio en quién será el que utilice ese dinero. En todo caso, a los guatemaltecos de a pie nos debería interesar con especial atención ¿cuánto le darán a los hospitales que desde hace seis meses carecen de insumos e instrumentos para trabajar?
Erwin Pérez - Editor del Reporte Diario y analista de Incidencia Democrática
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
El fondo del problema, decían, era la escandalosa corrupción del gobierno anterior que había vaciado las arcas nacionales. Ante ello propusieron un drástico plan de austeridad que, entre otras acciones, incluía reducción de personal “innecesario” de diversas entidades gubernamentales; la posibilidad de hacer préstamos; reducir gastos en áreas que no afectaran el gasto social y la implementación de una reforma fiscal.
Así, el primer año de gobierno de Berger transcurrió con limitaciones económicas. Tres años después todo apunta a prever que el próximo año, el último del gobierno de GANA, –porque en estos momentos nadie cree que pueda volver a ganar las elecciones- también habrá dificultad para conducir el Estado en holgada situación económica. Pero ahora los motivos que llevan a repetir la situación de austeridad son otros.
La corrupción ciertamente ya no es un problema de escándalos mayúsculos que pongan en riesgo las finanzas del Estado. Aunque tampoco puede indicarse ingenuamente que la corrupción en el Estado ha desaparecido. Ahora la responsabilidad de que los recursos sean escasos obedece a decisiones políticas equivocadas del mismo gobierno. Es decir que ahora no tiene posibilidad de culpar a otros por la fragilidad financiera que seguramente padecerán.
Una disminución seria de los ingresos financieros responde a la implementación del Tratado de Libre Comercio. Se habla que a causa de liberar el ingreso de varios productos enlistados en el TLC, Guatemala dejará de percibir más de Q400 millones. Adicionalmente se sabe que muchos de estos productos afectarán negativamente a un buen número de pequeñas y medianas empresas que, imposibilitadas de competir, se verán forzadas a la quiebra, lo que implica no continuar tributando, eso sin contar el aumento en el desempleo, la creciente pobreza y la reducción de oportunidades locales de inversión.
En el campo político las acciones del partido gobernante también se le revierten. A consecuencia de una actitud prepotente y altanera de sus líderes en el Congreso, han perdido la posibilidad de entablar diálogos productivos que los lleven a conquistar alianzas útiles. Con operadores políticos de pocas capacidades o, por, sin ellos, el gobierno perdió varias oportunidades de atraer simpatías. Lo cual fue aprovechado por la oposición para ganar terreno y marginar a la bancada oficial a espacios legislativos sin poder de decisión. Ahora la Junta directiva del Congreso está completamente en manos de la oposición. La comisión de finanzas del Legislativo, encargada de dar dictamen al proyecto de presupuesto de ingresos y egresos del Estado tampoco está en poder del oficialismo, por primera vez en más de una década.
Si a esa correlación de fuerzas políticas en el Congreso, seriamente desfavorable para GANA, le agregamos la ambición política que despierta el año electoral que se avecina, tenemos entonces un panorama desalentador para el Ejecutivo, que se verá obligado a trabajar con el presupuesto que la oposición disponga poner en sus manos.
De entrada, se sabe que los Q 39 mil 400 millones que el Ejecutivo solicitó aprobar al Congreso, se reducirá en 10%, aproximadamente. Los diputados de oposición que controlan la Comisión de Finanzas, refieren que su propuesta es dejar al gobierno con Q35 mil 100 millones. Planificar las reducciones en varias entidades e instituciones, principalmente en las que el partido gobernante pueda utilizar para hacer propaganda electoral en el 2007.
En una primera lectura de las readecuaciones se sabe que la oposición rebajó dinero a los rubros de protocolo, publicación y contratación de personal bajo el renglón 0-29. Asimismo en programas y proyectos que demostraron ser incapaces de ejecutar grandes cantidades. A cambio de la reducción, la oposición, encabezada por los partidos: UNE, FRG y PAN, aprueban la dotación de recursos a las nuevas entidades surgidas en meses recientes.
De ese modo se observan fondos para la Dirección General de Inteligencia Civil por Q50 millones; igual cantidad sería destinada para el Sistema Penitenciario; otros Q50 millones para la Ley del Crimen Organizado y Q100 millones para impulsar el Registro Nacional de Personas. Debido a la situación especial del Tribunal Supremo Electoral, los parlamentarios han incrementado el presupuesto de dicha institución que el siguiente año contará con Q 260 millones para los comicios de 2007.
Estas decisiones de la oposición, que por cierto no deben causar sorpresa, han puesto en que pensar a los dirigentes del partido oficial, porque a diferencia de sus antecesores en gobiernos pasados, ellos no tendrán la oportunidad de hacer campaña con dinero público. Si esto lo vemos con simpleza, esta situación podría llevarnos a aplaudir las actuaciones de las bancadas opositoras en el parlamento, sin embargo, pero si observamos en el fondo, podríamos percatarnos que en la distribución de obras a ejecutar en el área rural con recursos del Estado en 2007, se ha privilegiado a los partidos que forman parte de ese bloque opositor. Después de todo el presupuesto general es un arma política, ¿en manos de quién está ahora?
En otras palabras, no se trata de buenas acciones de políticos opositores, para que el dinero del pueblo no se use en la campaña, solamente se trata de un cambio en quién será el que utilice ese dinero. En todo caso, a los guatemaltecos de a pie nos debería interesar con especial atención ¿cuánto le darán a los hospitales que desde hace seis meses carecen de insumos e instrumentos para trabajar?
Erwin Pérez - Editor del Reporte Diario y analista de Incidencia Democrática
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/es/active/14559?language=en
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