Justicia contra una ofensa criminal

18/12/2006
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  • Opinión
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La Corte Constitucional ha producido una sentencia que obliga a quienes dirigieron la campaña presidencial de Álvaro Uribe a rectificar públicamente y a reconocer que fue un error haber emitido durante la reciente campaña presidencial una publicidad que justificaba el asesinato de los militantes de la Unión Patriótica (UP) y que llamaba a seguir combatiéndolos. Es una sentencia personalizada en el gerente de la campaña, Fabio Echeverri, pero realmente es una sentencia contra Uribe que era el candidato presidencial y contra Francisco Santos candidato a la vicepresidencia.

En su momento, la publicidad fue denominada “la cuña de la muerte”y produjo el rechazo generalizado de amplios sectores sociales, políticos, académicos y diplomáticos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA le envió una carta reservada al presidente rechazando la publicidad. Pero el gobierno y los directores de la campaña se negaron a reaccionar. La publicidad, agresiva e intimidatoria contra los sobrevivientes de la UP y que ofendía la memoria de más de tres mil militantes de la UP asesinados, fue el detonante que llevó a que se rompiera el proceso de “búsqueda de una solución amistosa” del caso, de cara a la demanda que contra el Estado colombiano cursa ante la Comisión Interamericana.

La decisión de la Corte Constitucional es meritoria. Enaltece a la justicia. Es una decisión que contribuye a rescatar la dignidad de las victimas, los sobrevivientes y sus familiares. Es una bofetada a la arrogancia y al cinismo neofascista del uribismo y contribuirá de manera muy importante a que el genocidio contra la UP no quede en la impunidad.

Pero la “cuña de la muerte” no solo fue un error

Se constituye también en una de las tantas pruebas de la participación del Estado colombiano en el genocidio. Un genocidio estimulado desde el Estado y ejecutado por sicarios, paramilitares, policías y militares activos que actuaban en complicidad con los gamonales y caciques políticos que hoy constituyen la base fundamental del Uribismo.

Y que empiezan a ser juzgados.

Pero los asesinos quieren truncar los juicios. Están recurriendo a amenazas, contraacusaciones, preparación de atentados desestabilizadores, inundación a la Fiscalía con cartas de miles y miles de personas que reconocen haber apoyado a los paras. También se provoca y arremete a Ecuador para crear una cortina de humo.

El año 2007 será el año de lucha por la justicia. En el Congreso, en los estrados judiciales y en las movilizaciones callejeras.

Y en esa lucha el Uribismo paramilitar, como el sátrapa Pinochet, quedará en sus físicos y nauseabundos cueros.

Y con ellos el jefecito.

El experto caballista de las grandes llanuras de Córdoba y Urabá
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