A cinco años del 19 y 20:
El poder cooptó y fragmentó al Movimiento rebelde... por ahora
20/12/2006
- Opinión
Poco que festejar
A diferencia de los primeros años posteriores a la última rebelión del pueblo argentino, que devolvió a De la Rúa a su estancia de Pilar y a Cavallo a su patria de origen, esta vez la situación no parece muy favorable para la marcha del Movimiento Popular.
Hasta aquí, el poder ha podido deglutir al poderoso movimiento de piqueteros, asambleas populares y empresas recuperadas emergentes de la rebeliòn. Se ha dado el gusto incluso, de echar con cajas destempladas del gobierno, a Luis D’Elía, que osó enfrentar la política marcadamente proisraelí (y aparentemente de retorno a las buenas relaciones con los EE. UU.) del Presidente Kirchner.
Es muy probable que ello no hubiera ocurrido un año atrás. A D’Elía le facturaron su apoyo abierto al gobierno iraní, cosa que lo dignifica; todos los argentinos deberíamos marchar en solidaridad con el pueblo de Irán contra las provocaciones del gobierno nazi-sionista de Israel, poseedor de varios cientos de cabezas nucleares. Misiles que, en sus manos amenazan a todo el mundo árabe. Territorio que Israel pretende deglutirse en su proyecto imperialista del Gran Israel. Sin embargo, D’Elía fue echado también por otras razones: por haber tomado una comisaría cundo el asesinato del Oso Cisneros, hecho apenas digerido por el gobierno y que Kirchner disimuló porque no podía hacer otra cosa. Pero D‘Elía, cometió otro gran pecado: cortó el alambrado del estado norteamericano existente dentro de la provincia de Corrientes, que regentea el ‘ambientalista’ de la CIA Tompkins, a la cabeza de sus 750.000 hectáreas de suelo argentino mancillado.
Por encima del acuífero Guarany, y a metros de la central que la CIA acaba de instalar en la Triple Frontera. D’Elía debía pagar por ello. Total ya otras organizaciones progubernamentales, están en condiciones de reemplazar –clientelismo oficial descomunal y chantaje de recursos de por medio- las tropas que aportaba la FTV. Quien de paso quedó fuera de la conducción de la CTA, reemplazado por algunos ultraoficialistas, dispuestos a aceptar cualquier cambio que el gobierno realice. Como suele expresar el amigo De Petris, cuando anuncia el ‘necesario próximo distanciamiento del gobierno K., de Hugo Chávez, por lo menos hasta que pasen las elecciones, ya que hay que tener buenas relaciones con los EE.UU., porque la situación cambió por el secuestro de Julio López y los reclamos salariales que vendrán el año próximo.’
No queda clara la relación con los EE.UU., pero De Petris sabrà. El poder ha logrado recomponerse de tal forma, que hoy no sólo es posible echar a D’ Elía, sino incluso incorporar a Marina Piccolotti al gobierno, para que ella se haga cargo del desastre legal del tema papeleras realizado por este gobierno y de paso endosarle el saneamiento del Riachuelo, sin tocar a las empresas contaminantes, ni el Polo Petroquímico del Doque, claro está. También la gente de Apenoc y del MocaseVC, se han sumado al gobierno, creando la ilusión de una política para los pequeños productores en medio de la mayor depredación ambiental, económica y social que produce la sojización. Contaminando masivamente más de 16 millones de hectáreas y concentrando –y extranjeriznado- la tierra y la riqueza en el campo, de una manera no vista, desde la invasión de Roca al territorio Teheulche, ¿Pero es que los dirigentes sociales, no pueden soportar el cañonazo de un cargo?
Es probable, que D’ Elía, termine por volver a la lucha, si es que no quiere acabar en un rincón abandonado cumpliendo el destino que el poder destina a aquellos que usa y luego desecha. Tal como seguramente debe estar comprobando, uno de los mayores estrategas de la cooptación de asambleístas y dirigentes rebeldes en la Ciudad de Buenos Aires, Don Aníbal Ibarra. Hoy seguramente sorprendido, del monstruo que cobijó bajo su seno en la fórmula de Jefe y Vicejefe. El movimiento popular pujante y vigoroso en sus reclamos sociales y en sus movilizaciones, no ha podido sin embargo, generar una nueva etapa del Movimiento Popular. Las viejas estructuras que hablan a nombre del pueblo, sin serlo, sirven de tapón a lo nuevo y permitieron a los partidos del poder recomponerse y, hoy ir ya ordenando el modelo en una nueva etapa neocolonial, pero prolija. Nada que exceda la devaluación y las retenciones a las exportaciones, ha sido hecho para afectar el modelo neocolonial impuesto por el menemismo. Es más de eso no se habla. Se habla de cómo crece la economía. Pero todos los economistas saben que si la estructura distributiva, o lo que es lo mismo la estructura de la economía, no se modifica, al crecer el producto y el beneficio, crece aun más la desigualdad y la concentración del ingreso en cada vez menos manos. Como podemos ver diariamente.
Julio López: la política de derechos humanos, pasó a tener costo.
Lo que el gobierno mejor había hecho que era su política de derechos humanos, que como dijimos reiteradamente, no tenía costo, pasó a tenerlo. Y lo más grave es que el gobierno respondió a la brutal provocación que implica la desaparición del compañero Julio López, en el único terreno que sabe dar batalla: en lo mediático. Pero con buenas posturas mediáticas, no se enfrenta a los asesinos de la dictadura que aun están allí. Y están bien organizados: tienen la Bonaerense –sólo basta observar la brutalidad creciente de la Maldita Policía después de la condena a Echecolatz, el auge de los secuestros y extraños sucesos delictivos con participación de policías-; tienen la federal –¿o alguien cree que la federal que masacró al pueblo el 19 y 20 de diciembre, es ahora una fuerza democrática?-; están la Gendarmería y la Prefectura, de patriótica actuación en el Puente Pueyrredón y otros recovecos dentro del ejército y las fuerzas armadas. Pero principalmente, están ubicados en un ejército privado que algunos mentan en 350.000 hombres y otros en cerca de 500.0000.
Tal es la magnitud de la fuerza que compone la ‘seguridad privada’, que nos legara la dictadura. Aparato ilegal que ningún gobierno democrático se negó a desmontar, porque claro, esa fue una de las condiciones de las multinacionales para devolver la democracia en 1982. ‘Ellos mismos a través de su policía propia –tal como hiciera la Forestal, p.ej.- asegurarían la “paz social”, de una clase obrera tan indisciplinada.’ Allí en esos oscuros ejércitos privados sin control alguno, están refugiados los cuadros principales de la represión de la dictadura, muchos de los torturadores y sobre todo muchos jefes operativos de los grupos de tareas.
Ahora con el agregado de miembros ‘retirados’ de la CIA, como nos confiara el inefable Rodolfo Galimberti antes de ¿morirse? En estos días se ha denunciado que el periodista Carlos Lozada, que testificó, en la causa que investiga desapariciones y tormentos en la estancia La Polaca, en Paso de los Libres, Corrientes, fue brutalmente golpeado, a metros del destacamento militar de la ciudad. Apenas producida la desaparición de López, las amenazas a testigos y organizaciones de derechos humanos fueron innumerables. El secuestro de López es un golpe feroz a la política de lograr el enjuiciamiento de los criminales de la dictadura, que de lejos era el mayor aporte del gobierno del Presidente Kirchner al proceso democrático argentino. La desaparición de López, es la contracara de la anulación de las Leyes de ‘Obediencia Debida y Punto Final’ y al digno acto de la ESMA, realizado por el Presidente. Entonces la derecha respondió con Blumberg y sus marchas. Entonces, el gobierno concedió todo lo pedido por Blumberg. Pero ahora después de Echecolatz, la derecha subió la apuesta, y nos devolvió al escenario del terror, mostrando la impotencia más absoluta del poder político. Kirchner está hoy como Alfonsín al comienzo de Semana Santa. Su discurso dice lo contrario a lo que decía Don Alfonso.
Pero algo ha ocurrido: el poder no ha podido saber siquiera dónde y cuándo mataron a López. Los asesinos se dieron el lujo de arrojarle las llaves de Lòpez en la cara de Kirchner, Solá y Arslanián y ninguno de ellos pudo esclarecer nada. Impotencia, desorientación, miedo y finalmente mirar para otro lado. Pero hay algo más: después de López todos los juicios y procesos por crímenes de la dictadura han quedado paralizados. Y esto sí es grave. Pues es el objetivo de los asesinos. Y esa puede ser la táctica del poder, lentamente sin hacer barullo, parar, empiojar y entorpecer las causas.
De hecho ya hay muchos testigos que estaban dispuestos a hablar que ahora se niegan, ya que el poder no puede garantizarles la vida. Es más siquiera lo ha dicho. Porque hay un solo responsable de la desaparición y posible muerte del compañero López: la desidia de quienes debieron haberlo protegido. No se negocia con el fascismo, se lo aplasta. Y el gobierno tiene con qué, al menos por ahora. Nuestra historia dice que si las provocaciones de la oligarquía no son cortadas de cuajo, después será tarde. Si hasta aquí el Presidente podía tirar de la soga de los derechos humanos sin costo alguno, en lugar de meterse con los impuestos, las AFJP, las privatizadas, Repsol, Telefónica, peajes, Ferrocarriles vaciados, electricidad, la distribución del Ingreso, la reindustrialización, la recuperación del patrimonio nacional, la ley de 8 horas, el juzgamiento de los responsables de la destrucción del país, etc,, era porque el gobierno creía que los derechos humanos no tenían costo. Ahora sabe que tienen costo. Tal cual expresó el asesino Echecolatz cuando fue condenado. El gobierno no sabe que hacer. Ni que hablar de Solá.
Que Grosso es Telermann
Si algo muestra el deterioro, la parálisis y el desconcierto del Movimiento emergido en diciembre de 2001 y que permitió la oxigenación de la sociedad y el quiebre de alguna manera del Pacto de Olivos, ello es la presencia de Telermann en la Ciudad. (Pacto de Olivos recientemente refundado en la infame elección a punta de pistola de un rector de la UBA, para preservar la caja de la ‘Rosca política’ de la mafia que conduce la UBA desde hace décadas y que la ha vaciado de contenido. Golpe de Estado dado por encima de la imprescindible necesidad de democratización de la UBA, donde 300 profesores deciden y manejan una universidad de 350.000 miembros, ¿que diría Deodoro Roca, si los viera, a estos despreciables mediocres de la colonización intelectual, que hablan en su nombre? Los escupiría seguramente.) Es en la Ciudad donde más se percibe el retroceso del movimiento popular. La propia Ciudad de Buenos Aires, escenario principal de la rebelión y de la emergencia del fenómeno de ‘piquetes y cacerolas’ y del ‘que se vayan todos’.
Es en la presencia del increíble Jefe de Gobierno de la Ciudad, donde se manifiesta nuestra debilidad. Telermann antiguo embajador menemista en Cuba, es esencialmente un menemista. Desde los tiempos de la Rúa, nadie se dedicaba a perseguir a los pobres en la Ciudad, como lo hace Telermann. No sólo sigue cerrando las plazas para que los pobres –y los jóvenes- no puedan usar los espacios públicos por la noche. Persigue la misma infame política que llevaba Ibarra: ‘si los pobres no tienen donde pernoctar se van a ir lejos del centro donde molestan a la clase media’. O se van al conurbano, donde el ‘gatillo fácil’ los elimina. Limpieza social, que proponen muchos elegantes habitantes de countries y barios cerrados. También Macri, cuando se va de Boca. Telermann, también coloca bancos con extraños apoya-brazos cuya única misión, sería impedir que los pobres pernocten en la City. Se pueden sentar pero, acostarse no de ninguna manera, que la Ciudad no está para guarecer vagos y negros sucios... También ha impedido y perseguido todos los lugares –plazas, terrenos abandonados, lugares de la Ciudad, recovecos- donde los cartoneros se quedaban en la semana para poder ahorrar en viajes y esfuerzo, pudiendo al mismo tiempo obtener mayor dinero. No, ¡fuera de la ciudad!, ‘el gobierno no permitirá nuevos asentamientos ilegales (de pobres) en la Ciudad’, ha dicho el señor Telermann.
Mientras pululan miles de obras ilegales en barrios donde ya no cabe un alfiler. Y Puerto Madero se vende en Londres. Obras que, para habilitar fue necesario hacer la vista gorda, alterar o exceptuar las limitaciones del Código de Planeamiento Urbano. Exactamente las mismas palabras con que hablaba Topadora Domínguez, el último intendente menemista en la Ciudad, cuando erradicó a punta de pistola gran parte de la Villa 31, en Retiro. No, no, los pobres afean la Ciudad, fuera que se vayan por donde vinieron... Además –y ese es el problema principal con los cartoneros- consumen mucha basura, que ‘les pertenece a las empresas que la recogen’(Macri dixit). Empresas que cobran por tonelada recogida, y el señor Telermann cuida sus intereses, no sea cosa que Macri, Roggio, Techint, Nosiglia, Fortabat y demás delincuentes de la basura, recauden menos. Nada de reciclar toda la basura, creando varios miles de puestos de trabajo genuinos, de paso sanear el ambiente y ademàs producir ingreso en lugar de pagar millones al año. También cierra todos los espacios culturales alternativos y populares que encuentra en la ciudad, lo que unido al cierre de las plazas durante la noche obliga a la privatización del esparcimiento o, a sumergir a los chicos en actividades menos sanas que juntarse en al plaza a tocar y cantar. Centros de jubilados, clubes barriales, centros culturales alternativos, centros municipales barriales, peñas, sedes de Asambleas barriales, comedores comunitarios, y una infinidad de espacios públicos de bajos recursos son cerrados sin hesitar por los inspectores -macristas en su mayoría- del señor Telermann. No sea cosa que la gente se organice y le hagan otro 19 y 20. El hecho de que el señor Telermann, ‘sea el dueño de la Trastienda y tal vez se esté vengando de la prisión de su amigo Chabán’, nos parece un comentario fuera de lugar, de algún exaltado. Nadie puede ser tan burdo, pero está claro que esta política de enrejar los espacios públicos favorece a los dueños de los boliches más caros. Sin embargo, resulta sorprendente que alguien que no permite el ingreso de los cartoneros, a la ciudad por medio de la federal; es decir impide a gente pobre comer día a día, para preservar ‘limpia’ la Ciudad, olvidando que es la capital de todos los argentinos -es el mismo razonamiento de los que se oponen a los cortes porque afectan el tránsito: olvidan que el derecho a comer, a la vida está por encima de los derechos de los que tienen automóvil y por supuesto comen todos los días-; mientras impide el ingreso de tracción a sangre equina –no la humana- a Buenos Aires, le entrega las parquizaciones de la Ciudad a la empresa Salvatori. La empresa más cara del paisajismo urbano porteño, pagando –con nuestro dinero- cientos de miles de dólares en flores, canteros, arbustos y árboles.
Todos elementos que la Ciudad no necesita comprar, pues los produce y con la mejor calidad. Disponiendo además de la mejor mano de obra y especialistas en la dirección de espacios verdes. Pero es necesario volver a los criterios de Grosso, si hay contrato de empresas privadas hay lucro privado y así es mejor.... Pero lo peor es que gastan enormes sumas de dinero en actividades suntuarias, en una ciudad que de la avenida Independencia hacia el Sur, tiene los mismos índices de pobreza que la Matanza o el Chaco. Dinero que debería usarse para atender a los más pobres. Para construir el millón de viviendas que faltan. Para hacer que los hospitales funcionen todo el día correctamente y no como ahora. Que las escuelas estén equipadas y no se caigan a pedazos.
En fin, la Ciudad y sus habitantes, necesitan mucho gasto social, pese a que la secretaria de Derechos Humanos –seguramente mal informada por su larga estancia en el exterior- diga que ‘la pobreza no es un problema en la Ciudad’. La pobreza, el hambre, la subalimentación, la falta de empleo digno, el acceso a la salud de los mas pobres y el deterioro ambiental siguen siendo los principales problemas de la Ciudad. Claro, si se la mira toda entera y no sólo desde Palermo ‘Hollywood’, Palermo ‘Soho’, Alto Palermo, Recoleta, Villa Urzuiza, Palermo Chico, Belgrano, o los shoppings. Si se la contempla fuera de toda la mierda neoliberal, se observará que hay varios millones de habitantes en la Ciudad que pasan necesidades o trabajan y viven en condiciones infrahumanas. Así que antes de gastar en arbustos millonarios o florales de selección, es mejor ocuparse de los pobres. Pero no, es mejor hacer propaganda electoral todo el tiempo, y mostrar a la ‘gente linda’ de Buenos Aires la imagen de la ‘gente de Salvatori’, embelleciendo Buenos Aires. Desde los tiempos de Grosso nadie hacía tamaña felonía. Que se puede esperar de alguien que suelto de cuerpo expresó al comienzo de su gestión, cuando le reclamaron mayor presupuesto para mejorar las Villas de emergencia y barrios pobres: ‘los pobres no figuran en mi agenda.’
Esclavos en Buenos Aires
Quien esto escribe, que participa de la problemática ambiental urbana y rural, muchas veces espetó a los funcionarios ‘progresistas’ que enrejaban las plazas porque ‘los vecinos lo pedían’, ¿que harían si los vecinos –o algunos de ellos- pidieran que volviese la esclavitud?, ¿o la monarquía? Telermann encontró la respuesta. En Buenos Aires hay trabajo esclavo.
La burguesía argentina hace tiempo que abandonó la idea de tener mercado interno mediante altos salarios y protección de la economía. Mejor es tener esclavos o semiesclavos y mandar la súper plusvalía obtenida fuera del país: 150.000 millones de dólares depositados off shore. Pero ahora sabemos que en Flores, Bajo Flores, Floresta, Devoto, Paternal y otros barrios hay esclavos bolivianos, chinos o coreanos y argentinos, que trabajan para una industria textil esclavista. Lo mismo ocurre en muchos supermercados. Un joven abnegado funcionario de la Ciudad, investigó y denunció la conexión de los talleres clandestinos con mano de obra esclava, con la empresa de primer nivel (de negreros) Kosiuko. Por supuesto que lo mismo hacen muchas de las empresas de primera marca. ¿Cual fue la respuesta de Telermann? Cerró un taller con todos los medios de comunicación disponibles delante. Dio una conferencia de prensa: ‘seremos inflexibles con el trabajo en negro...’, y.... echó al abnegado funcionario que arriesgó su vida para denunciar el trabajo de los esclavistas porteños. Después de ello del tema no se habló más. ¿Menemista, quién yo? No es para menos, el jefe del área laboral es el famoso abogado laboralista Enrique Rodríguez. Famoso por haber destruido las leyes laborales argentinas y haber instalado la flexibilización laboral más infame, legalizando el trabajo semiesclavo que hoy caracteriza el empleo en la Argentina, ante la mirada cómplice del gobierno.
Todo esto huele a mierda menemista reciclada. Lo que resulta sorprendente, es que el movimiento popular porteño aun no haya reaccionado, ante tamaño gobierno infame y mediocre. Hace rato que alguien no mostraba tan desvergonzadamente, tal desesperación por permanecer en el cargo a cualquier precio. Desesperación, que lo hace pasar de designar a Nielssen, a Macchi, y a un hombre del capital financiero extranjero en el Banco Ciudad –saneado y fortalecido por la gestión de Hecker-; de mandar a la Legislatura el primer presupuesto con déficit y con emisión de deuda publica desde los tiempos de Domínguez -ni De la Rúa tuvo déficit- para constatar que hasta el macrismo –a quien le entregó Inspección General y otras áreas claves del gobierno- se oponía. Pasó entonces, a echar a Nielssen -que por supuesto había cumplido sus instrucciones- y buscó aliarse con los muchachos de Patria Libre, el Socialismo Porteño –muy porteños. Le ofreció un lugarcito a Heller y a la CTA. Diciendo ser un ‘Kirchnerista de la primera hora’, gastando dinero del erario público empapelando la ciudad con carteles a su favor. Sobre todo ahora que la candidatura de Lavagna no avanza y su idea de ser el candidato duhaldista en al Ciudad hace agua.
Claro su desesperación aumentó, cuando el gobierno amenazó con hacer desembarcar a Daniel Filmus en la Ciudad –una buena-, para reconstruir el marco de alianzas anterior y sacar del medio a este engendro que juega a mitad de camino entre Macri, Duhalde y Carlitos. Telermann ha retomado todos los planes que el grossismo y el delarruismo no pudieron completar, porque el movimiento popular se lo impidió. Desde el plan de autopistas, hasta la Verificación Técnica Vehicular –infame negociado de varios millones anuales transferidos a empresas privadas, a costa de bolsillo de los vecinos, que la movilización y la denuncia habían impedido se aprobara. Actividad que de ser necesaria, la Ciudad puede perfectamente realizar en sus talleres, a un costo mínimo. Pero claro allí no hay curro. En fin, una vergüenza. Suponemos que esto no durará: resulta especialmente deleznable su política hacia los cartoneros y pobres en general, que podían encontrar un lugar para sobrevivir de las sobras de la gran ciudad: pero Telermann se los niega. Les niega la dignidad de ganarse el pan con su trabajo, aunque sea revolviendo basura. Los pobres son pobres, y se tienen que morir de hambre. Serìa bueno que recuerde que antes del Puente Peyrredòn, tambièn Duhalde, Solà, Rucucu, Carlitos y los Álvarez creían que podían doblegar y meter en vereda a esos ‘negros de mierda’, asì les fue. Pero por ahora allí está. La crisis política argentina es tan enorme, que podría decirse ‘volvé Aníbal te perdonamos’. O como decía un amigo, ‘en los términos de mierda que hay que hacer política hoy en día, Telermann muestra la gran diferencia que hay entre un gobierno de centroizquierda y uno de centroderecha.
Cinco años... una eternidad
Sin embargo fue ayer nomás que el pueblo copó la Plaza histórica. Es más sigue en la calle. Hay puebladas, marchas, tomas, movilizaciones y cortes por los hechos más variados. Desde Gualeguaychú; la lucha contra los desalojos rurales; las comunidades originarias que reclaman sus tierras otorgadas por la Constitución de 1994, pero que hasta ahora son letra muerta; la lucha contra la depredación y entrega de la minería a las multinacionales; los vecinos por las más diversas cuestiones; los defensores de la tierra amenazada por la sojización; hasta todo tipo de luchas regionales y de alta movilización popular. Incluyendo justicia directa del pueblo, como ha ocurrido en el caso de varios delincuentes o ante una nueva muerte de los fascistas pattovicas -la mano de obra de la discriminación- que nos dejaran la dictadura y el menemismo. El pueblo respondió como correspondía destruyó el local que contrata y sostiene asesinos, como ya había ocurrido en la Matanza. La reciente marcha de Asambleas y organizaciones de todo tipo, por el tema ambiental muestra la potencia y diversidad del movimiento popular, aunque todavía no pueda construirse una herramienta política. Necesitamos generar una agrupación de fuerzas –por fuera de todos los partidos existentes- que permita pensar en una nueva correlación de fuerzas a nivel del poder.
El poder se ha refugiado y guarecido en las distintas áreas de manera inequívoca. Del que Se vayan todos, ya pocos se acuerdan, pero sin embargo allí está como pudo comprobar Ibarra. Lo que señalamos lo hacemos, no ubicando al gobierno como el enemigo, ni mucho menos. Sólo insistimos en lo dicho otras veces: Kirchner no es un proyecto de Liberación Nacional –en el mismo sentido que no lo era Alfonsín, que no era nuestro enemigo, pero tampoco nos subíamos a su proyecto-, sino un proyecto de consolidación de un capitalismo colonial. Nosotros queremos un proyecto liberador, que retome las banderas históricas de Moreno, de Castelli, de Belgrano, de San Martìn, de Alem, de Irigoyen, de Perón, de Evita, de Tosco y de la generación Revolucionaria. Liberación Nacional y Social para una Patria Justa, Libre, Soberana y Socialista. No negamos nada de lo hecho, incluyendo que haya sido Kirchner quien enterró el ALCA en Mar del Plata, pero el problema es què contenido tendrá nuestra sociedad. Seremos un sociedad como ahora, con un 20 % que recibe el 80% del Ingreso nacional o de alguna manera volveremos e pensar el país en los términos de Perón y Evita. No es posible que no avancemos en elementos estructurales claves que resolverían problemas de hambre, desempleo e inclusión en forma inmediata. No generando beneficencia, sino trabajo, dignidad, democracia y libertad. ¿Cuánto tiempo le llevó al Primer Peronismo acabar con el hambre? ¿Cuánto tiempo en acabar con el desempleo? ¿Por qué no se aplica la ley de ocho horas? ¿Por qué no se obliga a trenes y subtes a funcionar toda la noche, creando empleo, y rompiendo el aislamiento nocturno de los pobres? En fin, ¿por qué no se modifica la estructura impositiva? ¿Por qué no hay Plan de Desarrollo Rural, que proteja, cree y defienda la pequeña producción y nos saque del modelo colonial de la sojización? ¿Por qué no se entiende que el problema de la soja y de la carne marchan juntos? ¿Por qué no se trazan planes inmediatos de reindustrialización? ¿Hasta cuándo seguiremos con el modelo sojero, exportador de petróleo crudo y gas natural que no tenemos?
Hemos señalado varias veces, que no es lo mismo industrializar Venezuela que reindustrializar la Argentina. Lo nuestro es mucho más fácil, lo mismo ocurre con el hambre y el desempleo. El problema está en el campo popular. No podemos pedirle a Kirchner que sea lo que no es, o que haga lo que no quiere hacer. El problema somos nosotros. Porque no hemos podido construir nada. Es cierto que la cooptación del gobierno pega fuerte. Además ‘cuando no te cooptan te destruyen, te dejan sin trabajo, etc.’ Pero igual no alcanza, tenemos que pensar como salir del marasmo y encontrar caminos que pasen de la movilización social a alguna forma de acumulación política, que nos permita en algún momento poder discutir el contenido del poder. La situación mundial es especialmente favorable. Ni que hablar de Latinoamérica.
Un nuevo tiempo, una nueva época nos recorre y si bien aportamos el 19 y 20, no hemos podido salir de la situación. Sabemos que la izquierda existente no se va a disolver –como debiera- para permitir una nueva emergencia del campo popular, sabemos que el gobierno sus empleados seguirán comprando, pero habrá que encontrar el camino. Es bueno recordar que luego de producida la revolución de 1890 el partido revolucionario de entonces, construido por el pueblo se negó a integrar el poder colonial existente conocido como República Oligárquica -1853 a 1916- y a quien don Leandro y don Hipólito, llamaban El Régimen Falaz y descreído. Durante un largo período –entre 1890 y 1916- la UCR se negó a sumarse al régimen hasta obtener el saneamiento político. En lugar de ello, reclamaba la acción revolucionaria contra la oligarquía. Finalmente se obtuvo el voto universal y la caída del régimen, y su reemplazo por el primer gobierno de mayorías desde Caseros y Pavón. Algo similar ocurrió cunado la Revolución de 1943, puso fin a la Década Infame y el Peronismo le ganó a todos los partidos del régimen unidos en la Unión Democrática. Es bueno recordar el destino de todos los radicales que se sumaron al gobierno en esos 26 años de abstención radical, los que no fueron pocos: fueron deglutidos, usados y tirados por el poder, que pudo así mostrar caras opositoras embelleciendo el pabellón oligárquico. Es bueno esperar a veces, porque el pueblo siempre llega...
A diferencia de los primeros años posteriores a la última rebelión del pueblo argentino, que devolvió a De la Rúa a su estancia de Pilar y a Cavallo a su patria de origen, esta vez la situación no parece muy favorable para la marcha del Movimiento Popular.
Hasta aquí, el poder ha podido deglutir al poderoso movimiento de piqueteros, asambleas populares y empresas recuperadas emergentes de la rebeliòn. Se ha dado el gusto incluso, de echar con cajas destempladas del gobierno, a Luis D’Elía, que osó enfrentar la política marcadamente proisraelí (y aparentemente de retorno a las buenas relaciones con los EE. UU.) del Presidente Kirchner.
Es muy probable que ello no hubiera ocurrido un año atrás. A D’Elía le facturaron su apoyo abierto al gobierno iraní, cosa que lo dignifica; todos los argentinos deberíamos marchar en solidaridad con el pueblo de Irán contra las provocaciones del gobierno nazi-sionista de Israel, poseedor de varios cientos de cabezas nucleares. Misiles que, en sus manos amenazan a todo el mundo árabe. Territorio que Israel pretende deglutirse en su proyecto imperialista del Gran Israel. Sin embargo, D’Elía fue echado también por otras razones: por haber tomado una comisaría cundo el asesinato del Oso Cisneros, hecho apenas digerido por el gobierno y que Kirchner disimuló porque no podía hacer otra cosa. Pero D‘Elía, cometió otro gran pecado: cortó el alambrado del estado norteamericano existente dentro de la provincia de Corrientes, que regentea el ‘ambientalista’ de la CIA Tompkins, a la cabeza de sus 750.000 hectáreas de suelo argentino mancillado.
Por encima del acuífero Guarany, y a metros de la central que la CIA acaba de instalar en la Triple Frontera. D’Elía debía pagar por ello. Total ya otras organizaciones progubernamentales, están en condiciones de reemplazar –clientelismo oficial descomunal y chantaje de recursos de por medio- las tropas que aportaba la FTV. Quien de paso quedó fuera de la conducción de la CTA, reemplazado por algunos ultraoficialistas, dispuestos a aceptar cualquier cambio que el gobierno realice. Como suele expresar el amigo De Petris, cuando anuncia el ‘necesario próximo distanciamiento del gobierno K., de Hugo Chávez, por lo menos hasta que pasen las elecciones, ya que hay que tener buenas relaciones con los EE.UU., porque la situación cambió por el secuestro de Julio López y los reclamos salariales que vendrán el año próximo.’
No queda clara la relación con los EE.UU., pero De Petris sabrà. El poder ha logrado recomponerse de tal forma, que hoy no sólo es posible echar a D’ Elía, sino incluso incorporar a Marina Piccolotti al gobierno, para que ella se haga cargo del desastre legal del tema papeleras realizado por este gobierno y de paso endosarle el saneamiento del Riachuelo, sin tocar a las empresas contaminantes, ni el Polo Petroquímico del Doque, claro está. También la gente de Apenoc y del MocaseVC, se han sumado al gobierno, creando la ilusión de una política para los pequeños productores en medio de la mayor depredación ambiental, económica y social que produce la sojización. Contaminando masivamente más de 16 millones de hectáreas y concentrando –y extranjeriznado- la tierra y la riqueza en el campo, de una manera no vista, desde la invasión de Roca al territorio Teheulche, ¿Pero es que los dirigentes sociales, no pueden soportar el cañonazo de un cargo?
Es probable, que D’ Elía, termine por volver a la lucha, si es que no quiere acabar en un rincón abandonado cumpliendo el destino que el poder destina a aquellos que usa y luego desecha. Tal como seguramente debe estar comprobando, uno de los mayores estrategas de la cooptación de asambleístas y dirigentes rebeldes en la Ciudad de Buenos Aires, Don Aníbal Ibarra. Hoy seguramente sorprendido, del monstruo que cobijó bajo su seno en la fórmula de Jefe y Vicejefe. El movimiento popular pujante y vigoroso en sus reclamos sociales y en sus movilizaciones, no ha podido sin embargo, generar una nueva etapa del Movimiento Popular. Las viejas estructuras que hablan a nombre del pueblo, sin serlo, sirven de tapón a lo nuevo y permitieron a los partidos del poder recomponerse y, hoy ir ya ordenando el modelo en una nueva etapa neocolonial, pero prolija. Nada que exceda la devaluación y las retenciones a las exportaciones, ha sido hecho para afectar el modelo neocolonial impuesto por el menemismo. Es más de eso no se habla. Se habla de cómo crece la economía. Pero todos los economistas saben que si la estructura distributiva, o lo que es lo mismo la estructura de la economía, no se modifica, al crecer el producto y el beneficio, crece aun más la desigualdad y la concentración del ingreso en cada vez menos manos. Como podemos ver diariamente.
Julio López: la política de derechos humanos, pasó a tener costo.
Lo que el gobierno mejor había hecho que era su política de derechos humanos, que como dijimos reiteradamente, no tenía costo, pasó a tenerlo. Y lo más grave es que el gobierno respondió a la brutal provocación que implica la desaparición del compañero Julio López, en el único terreno que sabe dar batalla: en lo mediático. Pero con buenas posturas mediáticas, no se enfrenta a los asesinos de la dictadura que aun están allí. Y están bien organizados: tienen la Bonaerense –sólo basta observar la brutalidad creciente de la Maldita Policía después de la condena a Echecolatz, el auge de los secuestros y extraños sucesos delictivos con participación de policías-; tienen la federal –¿o alguien cree que la federal que masacró al pueblo el 19 y 20 de diciembre, es ahora una fuerza democrática?-; están la Gendarmería y la Prefectura, de patriótica actuación en el Puente Pueyrredón y otros recovecos dentro del ejército y las fuerzas armadas. Pero principalmente, están ubicados en un ejército privado que algunos mentan en 350.000 hombres y otros en cerca de 500.0000.
Tal es la magnitud de la fuerza que compone la ‘seguridad privada’, que nos legara la dictadura. Aparato ilegal que ningún gobierno democrático se negó a desmontar, porque claro, esa fue una de las condiciones de las multinacionales para devolver la democracia en 1982. ‘Ellos mismos a través de su policía propia –tal como hiciera la Forestal, p.ej.- asegurarían la “paz social”, de una clase obrera tan indisciplinada.’ Allí en esos oscuros ejércitos privados sin control alguno, están refugiados los cuadros principales de la represión de la dictadura, muchos de los torturadores y sobre todo muchos jefes operativos de los grupos de tareas.
Ahora con el agregado de miembros ‘retirados’ de la CIA, como nos confiara el inefable Rodolfo Galimberti antes de ¿morirse? En estos días se ha denunciado que el periodista Carlos Lozada, que testificó, en la causa que investiga desapariciones y tormentos en la estancia La Polaca, en Paso de los Libres, Corrientes, fue brutalmente golpeado, a metros del destacamento militar de la ciudad. Apenas producida la desaparición de López, las amenazas a testigos y organizaciones de derechos humanos fueron innumerables. El secuestro de López es un golpe feroz a la política de lograr el enjuiciamiento de los criminales de la dictadura, que de lejos era el mayor aporte del gobierno del Presidente Kirchner al proceso democrático argentino. La desaparición de López, es la contracara de la anulación de las Leyes de ‘Obediencia Debida y Punto Final’ y al digno acto de la ESMA, realizado por el Presidente. Entonces la derecha respondió con Blumberg y sus marchas. Entonces, el gobierno concedió todo lo pedido por Blumberg. Pero ahora después de Echecolatz, la derecha subió la apuesta, y nos devolvió al escenario del terror, mostrando la impotencia más absoluta del poder político. Kirchner está hoy como Alfonsín al comienzo de Semana Santa. Su discurso dice lo contrario a lo que decía Don Alfonso.
Pero algo ha ocurrido: el poder no ha podido saber siquiera dónde y cuándo mataron a López. Los asesinos se dieron el lujo de arrojarle las llaves de Lòpez en la cara de Kirchner, Solá y Arslanián y ninguno de ellos pudo esclarecer nada. Impotencia, desorientación, miedo y finalmente mirar para otro lado. Pero hay algo más: después de López todos los juicios y procesos por crímenes de la dictadura han quedado paralizados. Y esto sí es grave. Pues es el objetivo de los asesinos. Y esa puede ser la táctica del poder, lentamente sin hacer barullo, parar, empiojar y entorpecer las causas.
De hecho ya hay muchos testigos que estaban dispuestos a hablar que ahora se niegan, ya que el poder no puede garantizarles la vida. Es más siquiera lo ha dicho. Porque hay un solo responsable de la desaparición y posible muerte del compañero López: la desidia de quienes debieron haberlo protegido. No se negocia con el fascismo, se lo aplasta. Y el gobierno tiene con qué, al menos por ahora. Nuestra historia dice que si las provocaciones de la oligarquía no son cortadas de cuajo, después será tarde. Si hasta aquí el Presidente podía tirar de la soga de los derechos humanos sin costo alguno, en lugar de meterse con los impuestos, las AFJP, las privatizadas, Repsol, Telefónica, peajes, Ferrocarriles vaciados, electricidad, la distribución del Ingreso, la reindustrialización, la recuperación del patrimonio nacional, la ley de 8 horas, el juzgamiento de los responsables de la destrucción del país, etc,, era porque el gobierno creía que los derechos humanos no tenían costo. Ahora sabe que tienen costo. Tal cual expresó el asesino Echecolatz cuando fue condenado. El gobierno no sabe que hacer. Ni que hablar de Solá.
Que Grosso es Telermann
Si algo muestra el deterioro, la parálisis y el desconcierto del Movimiento emergido en diciembre de 2001 y que permitió la oxigenación de la sociedad y el quiebre de alguna manera del Pacto de Olivos, ello es la presencia de Telermann en la Ciudad. (Pacto de Olivos recientemente refundado en la infame elección a punta de pistola de un rector de la UBA, para preservar la caja de la ‘Rosca política’ de la mafia que conduce la UBA desde hace décadas y que la ha vaciado de contenido. Golpe de Estado dado por encima de la imprescindible necesidad de democratización de la UBA, donde 300 profesores deciden y manejan una universidad de 350.000 miembros, ¿que diría Deodoro Roca, si los viera, a estos despreciables mediocres de la colonización intelectual, que hablan en su nombre? Los escupiría seguramente.) Es en la Ciudad donde más se percibe el retroceso del movimiento popular. La propia Ciudad de Buenos Aires, escenario principal de la rebelión y de la emergencia del fenómeno de ‘piquetes y cacerolas’ y del ‘que se vayan todos’.
Es en la presencia del increíble Jefe de Gobierno de la Ciudad, donde se manifiesta nuestra debilidad. Telermann antiguo embajador menemista en Cuba, es esencialmente un menemista. Desde los tiempos de la Rúa, nadie se dedicaba a perseguir a los pobres en la Ciudad, como lo hace Telermann. No sólo sigue cerrando las plazas para que los pobres –y los jóvenes- no puedan usar los espacios públicos por la noche. Persigue la misma infame política que llevaba Ibarra: ‘si los pobres no tienen donde pernoctar se van a ir lejos del centro donde molestan a la clase media’. O se van al conurbano, donde el ‘gatillo fácil’ los elimina. Limpieza social, que proponen muchos elegantes habitantes de countries y barios cerrados. También Macri, cuando se va de Boca. Telermann, también coloca bancos con extraños apoya-brazos cuya única misión, sería impedir que los pobres pernocten en la City. Se pueden sentar pero, acostarse no de ninguna manera, que la Ciudad no está para guarecer vagos y negros sucios... También ha impedido y perseguido todos los lugares –plazas, terrenos abandonados, lugares de la Ciudad, recovecos- donde los cartoneros se quedaban en la semana para poder ahorrar en viajes y esfuerzo, pudiendo al mismo tiempo obtener mayor dinero. No, ¡fuera de la ciudad!, ‘el gobierno no permitirá nuevos asentamientos ilegales (de pobres) en la Ciudad’, ha dicho el señor Telermann.
Mientras pululan miles de obras ilegales en barrios donde ya no cabe un alfiler. Y Puerto Madero se vende en Londres. Obras que, para habilitar fue necesario hacer la vista gorda, alterar o exceptuar las limitaciones del Código de Planeamiento Urbano. Exactamente las mismas palabras con que hablaba Topadora Domínguez, el último intendente menemista en la Ciudad, cuando erradicó a punta de pistola gran parte de la Villa 31, en Retiro. No, no, los pobres afean la Ciudad, fuera que se vayan por donde vinieron... Además –y ese es el problema principal con los cartoneros- consumen mucha basura, que ‘les pertenece a las empresas que la recogen’(Macri dixit). Empresas que cobran por tonelada recogida, y el señor Telermann cuida sus intereses, no sea cosa que Macri, Roggio, Techint, Nosiglia, Fortabat y demás delincuentes de la basura, recauden menos. Nada de reciclar toda la basura, creando varios miles de puestos de trabajo genuinos, de paso sanear el ambiente y ademàs producir ingreso en lugar de pagar millones al año. También cierra todos los espacios culturales alternativos y populares que encuentra en la ciudad, lo que unido al cierre de las plazas durante la noche obliga a la privatización del esparcimiento o, a sumergir a los chicos en actividades menos sanas que juntarse en al plaza a tocar y cantar. Centros de jubilados, clubes barriales, centros culturales alternativos, centros municipales barriales, peñas, sedes de Asambleas barriales, comedores comunitarios, y una infinidad de espacios públicos de bajos recursos son cerrados sin hesitar por los inspectores -macristas en su mayoría- del señor Telermann. No sea cosa que la gente se organice y le hagan otro 19 y 20. El hecho de que el señor Telermann, ‘sea el dueño de la Trastienda y tal vez se esté vengando de la prisión de su amigo Chabán’, nos parece un comentario fuera de lugar, de algún exaltado. Nadie puede ser tan burdo, pero está claro que esta política de enrejar los espacios públicos favorece a los dueños de los boliches más caros. Sin embargo, resulta sorprendente que alguien que no permite el ingreso de los cartoneros, a la ciudad por medio de la federal; es decir impide a gente pobre comer día a día, para preservar ‘limpia’ la Ciudad, olvidando que es la capital de todos los argentinos -es el mismo razonamiento de los que se oponen a los cortes porque afectan el tránsito: olvidan que el derecho a comer, a la vida está por encima de los derechos de los que tienen automóvil y por supuesto comen todos los días-; mientras impide el ingreso de tracción a sangre equina –no la humana- a Buenos Aires, le entrega las parquizaciones de la Ciudad a la empresa Salvatori. La empresa más cara del paisajismo urbano porteño, pagando –con nuestro dinero- cientos de miles de dólares en flores, canteros, arbustos y árboles.
Todos elementos que la Ciudad no necesita comprar, pues los produce y con la mejor calidad. Disponiendo además de la mejor mano de obra y especialistas en la dirección de espacios verdes. Pero es necesario volver a los criterios de Grosso, si hay contrato de empresas privadas hay lucro privado y así es mejor.... Pero lo peor es que gastan enormes sumas de dinero en actividades suntuarias, en una ciudad que de la avenida Independencia hacia el Sur, tiene los mismos índices de pobreza que la Matanza o el Chaco. Dinero que debería usarse para atender a los más pobres. Para construir el millón de viviendas que faltan. Para hacer que los hospitales funcionen todo el día correctamente y no como ahora. Que las escuelas estén equipadas y no se caigan a pedazos.
En fin, la Ciudad y sus habitantes, necesitan mucho gasto social, pese a que la secretaria de Derechos Humanos –seguramente mal informada por su larga estancia en el exterior- diga que ‘la pobreza no es un problema en la Ciudad’. La pobreza, el hambre, la subalimentación, la falta de empleo digno, el acceso a la salud de los mas pobres y el deterioro ambiental siguen siendo los principales problemas de la Ciudad. Claro, si se la mira toda entera y no sólo desde Palermo ‘Hollywood’, Palermo ‘Soho’, Alto Palermo, Recoleta, Villa Urzuiza, Palermo Chico, Belgrano, o los shoppings. Si se la contempla fuera de toda la mierda neoliberal, se observará que hay varios millones de habitantes en la Ciudad que pasan necesidades o trabajan y viven en condiciones infrahumanas. Así que antes de gastar en arbustos millonarios o florales de selección, es mejor ocuparse de los pobres. Pero no, es mejor hacer propaganda electoral todo el tiempo, y mostrar a la ‘gente linda’ de Buenos Aires la imagen de la ‘gente de Salvatori’, embelleciendo Buenos Aires. Desde los tiempos de Grosso nadie hacía tamaña felonía. Que se puede esperar de alguien que suelto de cuerpo expresó al comienzo de su gestión, cuando le reclamaron mayor presupuesto para mejorar las Villas de emergencia y barrios pobres: ‘los pobres no figuran en mi agenda.’
Esclavos en Buenos Aires
Quien esto escribe, que participa de la problemática ambiental urbana y rural, muchas veces espetó a los funcionarios ‘progresistas’ que enrejaban las plazas porque ‘los vecinos lo pedían’, ¿que harían si los vecinos –o algunos de ellos- pidieran que volviese la esclavitud?, ¿o la monarquía? Telermann encontró la respuesta. En Buenos Aires hay trabajo esclavo.
La burguesía argentina hace tiempo que abandonó la idea de tener mercado interno mediante altos salarios y protección de la economía. Mejor es tener esclavos o semiesclavos y mandar la súper plusvalía obtenida fuera del país: 150.000 millones de dólares depositados off shore. Pero ahora sabemos que en Flores, Bajo Flores, Floresta, Devoto, Paternal y otros barrios hay esclavos bolivianos, chinos o coreanos y argentinos, que trabajan para una industria textil esclavista. Lo mismo ocurre en muchos supermercados. Un joven abnegado funcionario de la Ciudad, investigó y denunció la conexión de los talleres clandestinos con mano de obra esclava, con la empresa de primer nivel (de negreros) Kosiuko. Por supuesto que lo mismo hacen muchas de las empresas de primera marca. ¿Cual fue la respuesta de Telermann? Cerró un taller con todos los medios de comunicación disponibles delante. Dio una conferencia de prensa: ‘seremos inflexibles con el trabajo en negro...’, y.... echó al abnegado funcionario que arriesgó su vida para denunciar el trabajo de los esclavistas porteños. Después de ello del tema no se habló más. ¿Menemista, quién yo? No es para menos, el jefe del área laboral es el famoso abogado laboralista Enrique Rodríguez. Famoso por haber destruido las leyes laborales argentinas y haber instalado la flexibilización laboral más infame, legalizando el trabajo semiesclavo que hoy caracteriza el empleo en la Argentina, ante la mirada cómplice del gobierno.
Todo esto huele a mierda menemista reciclada. Lo que resulta sorprendente, es que el movimiento popular porteño aun no haya reaccionado, ante tamaño gobierno infame y mediocre. Hace rato que alguien no mostraba tan desvergonzadamente, tal desesperación por permanecer en el cargo a cualquier precio. Desesperación, que lo hace pasar de designar a Nielssen, a Macchi, y a un hombre del capital financiero extranjero en el Banco Ciudad –saneado y fortalecido por la gestión de Hecker-; de mandar a la Legislatura el primer presupuesto con déficit y con emisión de deuda publica desde los tiempos de Domínguez -ni De la Rúa tuvo déficit- para constatar que hasta el macrismo –a quien le entregó Inspección General y otras áreas claves del gobierno- se oponía. Pasó entonces, a echar a Nielssen -que por supuesto había cumplido sus instrucciones- y buscó aliarse con los muchachos de Patria Libre, el Socialismo Porteño –muy porteños. Le ofreció un lugarcito a Heller y a la CTA. Diciendo ser un ‘Kirchnerista de la primera hora’, gastando dinero del erario público empapelando la ciudad con carteles a su favor. Sobre todo ahora que la candidatura de Lavagna no avanza y su idea de ser el candidato duhaldista en al Ciudad hace agua.
Claro su desesperación aumentó, cuando el gobierno amenazó con hacer desembarcar a Daniel Filmus en la Ciudad –una buena-, para reconstruir el marco de alianzas anterior y sacar del medio a este engendro que juega a mitad de camino entre Macri, Duhalde y Carlitos. Telermann ha retomado todos los planes que el grossismo y el delarruismo no pudieron completar, porque el movimiento popular se lo impidió. Desde el plan de autopistas, hasta la Verificación Técnica Vehicular –infame negociado de varios millones anuales transferidos a empresas privadas, a costa de bolsillo de los vecinos, que la movilización y la denuncia habían impedido se aprobara. Actividad que de ser necesaria, la Ciudad puede perfectamente realizar en sus talleres, a un costo mínimo. Pero claro allí no hay curro. En fin, una vergüenza. Suponemos que esto no durará: resulta especialmente deleznable su política hacia los cartoneros y pobres en general, que podían encontrar un lugar para sobrevivir de las sobras de la gran ciudad: pero Telermann se los niega. Les niega la dignidad de ganarse el pan con su trabajo, aunque sea revolviendo basura. Los pobres son pobres, y se tienen que morir de hambre. Serìa bueno que recuerde que antes del Puente Peyrredòn, tambièn Duhalde, Solà, Rucucu, Carlitos y los Álvarez creían que podían doblegar y meter en vereda a esos ‘negros de mierda’, asì les fue. Pero por ahora allí está. La crisis política argentina es tan enorme, que podría decirse ‘volvé Aníbal te perdonamos’. O como decía un amigo, ‘en los términos de mierda que hay que hacer política hoy en día, Telermann muestra la gran diferencia que hay entre un gobierno de centroizquierda y uno de centroderecha.
Cinco años... una eternidad
Sin embargo fue ayer nomás que el pueblo copó la Plaza histórica. Es más sigue en la calle. Hay puebladas, marchas, tomas, movilizaciones y cortes por los hechos más variados. Desde Gualeguaychú; la lucha contra los desalojos rurales; las comunidades originarias que reclaman sus tierras otorgadas por la Constitución de 1994, pero que hasta ahora son letra muerta; la lucha contra la depredación y entrega de la minería a las multinacionales; los vecinos por las más diversas cuestiones; los defensores de la tierra amenazada por la sojización; hasta todo tipo de luchas regionales y de alta movilización popular. Incluyendo justicia directa del pueblo, como ha ocurrido en el caso de varios delincuentes o ante una nueva muerte de los fascistas pattovicas -la mano de obra de la discriminación- que nos dejaran la dictadura y el menemismo. El pueblo respondió como correspondía destruyó el local que contrata y sostiene asesinos, como ya había ocurrido en la Matanza. La reciente marcha de Asambleas y organizaciones de todo tipo, por el tema ambiental muestra la potencia y diversidad del movimiento popular, aunque todavía no pueda construirse una herramienta política. Necesitamos generar una agrupación de fuerzas –por fuera de todos los partidos existentes- que permita pensar en una nueva correlación de fuerzas a nivel del poder.
El poder se ha refugiado y guarecido en las distintas áreas de manera inequívoca. Del que Se vayan todos, ya pocos se acuerdan, pero sin embargo allí está como pudo comprobar Ibarra. Lo que señalamos lo hacemos, no ubicando al gobierno como el enemigo, ni mucho menos. Sólo insistimos en lo dicho otras veces: Kirchner no es un proyecto de Liberación Nacional –en el mismo sentido que no lo era Alfonsín, que no era nuestro enemigo, pero tampoco nos subíamos a su proyecto-, sino un proyecto de consolidación de un capitalismo colonial. Nosotros queremos un proyecto liberador, que retome las banderas históricas de Moreno, de Castelli, de Belgrano, de San Martìn, de Alem, de Irigoyen, de Perón, de Evita, de Tosco y de la generación Revolucionaria. Liberación Nacional y Social para una Patria Justa, Libre, Soberana y Socialista. No negamos nada de lo hecho, incluyendo que haya sido Kirchner quien enterró el ALCA en Mar del Plata, pero el problema es què contenido tendrá nuestra sociedad. Seremos un sociedad como ahora, con un 20 % que recibe el 80% del Ingreso nacional o de alguna manera volveremos e pensar el país en los términos de Perón y Evita. No es posible que no avancemos en elementos estructurales claves que resolverían problemas de hambre, desempleo e inclusión en forma inmediata. No generando beneficencia, sino trabajo, dignidad, democracia y libertad. ¿Cuánto tiempo le llevó al Primer Peronismo acabar con el hambre? ¿Cuánto tiempo en acabar con el desempleo? ¿Por qué no se aplica la ley de ocho horas? ¿Por qué no se obliga a trenes y subtes a funcionar toda la noche, creando empleo, y rompiendo el aislamiento nocturno de los pobres? En fin, ¿por qué no se modifica la estructura impositiva? ¿Por qué no hay Plan de Desarrollo Rural, que proteja, cree y defienda la pequeña producción y nos saque del modelo colonial de la sojización? ¿Por qué no se entiende que el problema de la soja y de la carne marchan juntos? ¿Por qué no se trazan planes inmediatos de reindustrialización? ¿Hasta cuándo seguiremos con el modelo sojero, exportador de petróleo crudo y gas natural que no tenemos?
Hemos señalado varias veces, que no es lo mismo industrializar Venezuela que reindustrializar la Argentina. Lo nuestro es mucho más fácil, lo mismo ocurre con el hambre y el desempleo. El problema está en el campo popular. No podemos pedirle a Kirchner que sea lo que no es, o que haga lo que no quiere hacer. El problema somos nosotros. Porque no hemos podido construir nada. Es cierto que la cooptación del gobierno pega fuerte. Además ‘cuando no te cooptan te destruyen, te dejan sin trabajo, etc.’ Pero igual no alcanza, tenemos que pensar como salir del marasmo y encontrar caminos que pasen de la movilización social a alguna forma de acumulación política, que nos permita en algún momento poder discutir el contenido del poder. La situación mundial es especialmente favorable. Ni que hablar de Latinoamérica.
Un nuevo tiempo, una nueva época nos recorre y si bien aportamos el 19 y 20, no hemos podido salir de la situación. Sabemos que la izquierda existente no se va a disolver –como debiera- para permitir una nueva emergencia del campo popular, sabemos que el gobierno sus empleados seguirán comprando, pero habrá que encontrar el camino. Es bueno recordar que luego de producida la revolución de 1890 el partido revolucionario de entonces, construido por el pueblo se negó a integrar el poder colonial existente conocido como República Oligárquica -1853 a 1916- y a quien don Leandro y don Hipólito, llamaban El Régimen Falaz y descreído. Durante un largo período –entre 1890 y 1916- la UCR se negó a sumarse al régimen hasta obtener el saneamiento político. En lugar de ello, reclamaba la acción revolucionaria contra la oligarquía. Finalmente se obtuvo el voto universal y la caída del régimen, y su reemplazo por el primer gobierno de mayorías desde Caseros y Pavón. Algo similar ocurrió cunado la Revolución de 1943, puso fin a la Década Infame y el Peronismo le ganó a todos los partidos del régimen unidos en la Unión Democrática. Es bueno recordar el destino de todos los radicales que se sumaron al gobierno en esos 26 años de abstención radical, los que no fueron pocos: fueron deglutidos, usados y tirados por el poder, que pudo así mostrar caras opositoras embelleciendo el pabellón oligárquico. Es bueno esperar a veces, porque el pueblo siempre llega...
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