Ayer, después de 4 meses de silencio, algunos responsables del irresuelto fatídico 11 de enero, resurgieron de su clandestinidad mediática, reagrupados en el sepultado “Comité Cívico de Cochabamba”. Eran los mismos que días antes al funesto 11 de enero, sedientos de sangre y poder político, arengaron a los vecinos de la zona norte de la ciudad de Cochabamba a apalear a los invasores campesinos nómadas. Estos “cívicos”, derrotados moral y políticamente, luego del 11 de enero, intentaron capitalizar el asesinato de Cristian Urresti. Pero como no hay pérdida humana que sea capital político, entonces, ahora salen con el desgastado discurso: “Defendamos a Cochabamba del gobierno central avasallador”.

Ellos amenazan, una vez más, con incendiar la cuidad de Cochabamba con su violento paro cívico si el gobierno central no “restituye” los 114 millones de Bs. que “recortó” a la Prefectura de Cochabamba. Plata, que en cualquier caso, la ciudadanía jamás sabría a dónde iría a parar, porque no es costumbre del capitán Reyes Villa (Prefecto de Cochabamba) rendir cuentas a nadie.

Según los consejeros departamentales, el supuesto recorte presupuestario es responsabilidad del Prefecto de Cochabamba. El 15 de noviembre pasado el Consejo Departamental aprobó el Plan Operativo Anual - 2007 (POA), pero el Prefecto se durmió con dicho POA y no presentó al Congreso Nacional, en el plazo establecido por ley, para su aprobación correspondiente.

El Congreso Nacional, ante la indisciplina del capitán, tuvo que aprobar el POA 2007 para Cochabamba en base a la ejecución presupuestaria de la gestión del 2006. Esto ocurrió el 22 de diciembre. Y el capitán recién presentó el POA – 2007 el 27 de diciembre pasado. Como verá Ud. ¿Dónde está el mentado recorte presupuestario? En un Estado de Derecho, que tanto proclaman los “defensores cívicos”, los plazos legales son fatales. ¿Quiénes fijaron dichos plazos? ¿Por qué precisamente ahora resurgen los cívicos cochabambinos? ¿A caso el supuesto recorte presupuestario, ya explicado, no ocurrió a finales del año pasado? ¿A caso, ahora, las prefecturas no reciben muchísima más plata que años pasados? ¿Qué pretenden frenar u ocultar los “defensores” de la Llajta ? ¿Recuerda Ud. que la pasada semana el capitán Reyes Villa fue citado ante la fiscalía nacional para declarar sobre su responsabilidad en el fatídico 11 de enero? Como el capitán no obedeció, entonces, se le conminó (obligó) a declarar el lunes pasado en la ciudad de Sucre. Y como el interrogatorio hizo temblar las piernas del capitán, entonces, el efecto sísmico sacudió también la seguridad silenciosa de sus subalternos, y convocaron para el día siguiente (ayer, martes) a la “magna” asamblea del comité cívico.

Todos los protagonistas de las palizas contra los campesinos saben que si su capitán cae, con él caen todos sus subalternos, antes aglutinados en la Nueva Fuerza Republicana (NFR, algunos boca sueltas dicen Nueva Forma de Robar) y ahora bajo el epitafio del “Comité Cívico Cochabambino”, apéndice de la Prefectura.

He aquí la razón del por qué quieren violentar, una vez más, a la ciudad de Cochabamba para el 15 de mayo próximo con su paro cívico. Será, pues, al estilo del Comando Camba, quienes, para eventos “cívicos” similares, paralizan a los cruceños con sus bravucones jóvenes cruceñistas. Así nomás es.

Ante la ausencia de argumentos racionales para contrarrestar la verdad evidente, se recurre a la fuerza bruta. Pero la mentira tienes patas cortas, y que más temprano que tarde las piernas más fornidas tiemblan ante la evidencia de la verdad.
Ya es invaluable el sacrificio de tres hermanos cochabambinos, la división de las familias y desintegración de la ciudad de la integración nacional. La ciudadanía no debe caer más en el velado juego de intereses políticos y económicos de la corporación “cívica” de Cochabamba. Se debe continuar exigiendo la investigación y la sanción para todos los responsables de las muertes, cuyas ausencias todavía se llora.