Nuevo asesinato opaca los comicios

Una campaña electoral manchada de sangre

28/08/2007
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La violencia no cesa en la etapa preelectoral de Guatemala. Más de 40 personas fueron asesinadas desde mayo por cuestiones políticas. El país enfrenta una grave crisis social que condiciona al futuro presidente.

Desde que el pasado 2 de mayo se convocara a las elecciones presidenciales, la ola de violencia en Guatemala no ha cesado de crecer. Amenazas, ataques y crímenes empañan el proceso que culminará el próximo 9 de septiembre con el acto electoral. En la jornada de ayer se dio a conocer la noticia de un nuevo asesinato.

En esta oportunidad, la víctima fue la candidata a concejala de la ciudad de Casillas, Clara Luz López. El hecho ocurrió en dicha ciudad, en el suroeste del país. López, de 32 años, pertenecía al partido Encuentro por Guatemala (ENG) que promueve la candidatura presidencial de la líder indígena, Rigoberta Menchú.

En una ronda de prensa, Menchú, premio Nobel de la Paz en 1992, manifestó que López recibió varios disparos y se está tratando de establecer si antes de ser asesinada fue violada.

“Entendemos que estos hechos son un mensaje rotundo en contra de nosotros (...). Nosotros nos hemos centrado en estimular la participación ciudadana, y dar una esperanza a los miles y miles de guatemaltecos que están confundidos con tanta guerra psicológica”, declaró Menchú.

Desde la convocatoria a elecciones, el 2 de mayo, se han denunciado más de 40 asesinatos en el país centroamericano. Entre las víctimas se cuentan activistas políticos, candidatos y familiares de éstos. En total se han registrado más de 50 hechos violentos de tinte político, en la que se considera la contienda electoral más sangrienta desde el retorno a la institucionalidad en 1985.

Todas las facciones políticas que se presentarán en los comicios, han denunciado algún acto de violencia en su contra. El ENG ha sido uno de los más afectados por la violencia. La candidata presidencial manifestó públicamente que su partido ha sido objeto de múltiples agresiones, entre ellas las “campañas negras” y la destrucción sistemática de su propaganda.

En este contexto, la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), solicitó a las autoridades guatemaltecas esclarecer si existen motivaciones políticas en los asesinatos ocurridos en los últimos meses. Aún no han recibido respuestas.

El jefe de esa misión Diego García Sayán, ex canciller peruano, declaró que las autoridades competentes deben "esclarecer estos deplorables sucesos", que han ensombrecido el proceso de elecciones "para avanzar en la construcción de un ambiente que garantice la seguridad ciudadana".

Por otra parte, esta misión de la OEA, que tiene la tarea de supervisar las elecciones, también denunció graves deficiencias en la información a los electores sobre cómo y donde sufragar. Este problema se agrava aún más en las zonas rurales.

Los observadores consideran indispensable garantizar una alta presencia de fiscales de los partidos políticos con el fin de asegurar la transparencia del proceso, al cual califican de “complejo”.

Además, García Sayán requirió a las autoridades electorales y a los entes de seguridad guatemaltecos “los mayores esfuerzos para garantizar el ejercicio del derecho al sufragio, así como el orden y respeto a los resultados”.

En este marco, el Partido Socialista (PS) de Francia emitió un comunicado en el que se solicita mayor compromiso por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para fortalecer la paz civil y la democracia en el país centroamericano teniendo en cuenta el actual contexto de violencia política.

Esta claro que los comicios se llevaran a cabo en un clima muy tenso y que los responsables de la votación deberán ser más que cuidadosos para que el acto eleccionario sea lo más límpido posible y no se lamenten más hechos desgraciados.

El próximo domingo 9 de septiembre cerca de 6 millones de guatemaltecos podrán elegir presidente y vicepresidente, 158 diputados del Parlamento y los 332 representantes municipales.

Son 14 los candidatos al sillón presidencial. Según los sondeos, Álvaro Colom de la Unión Nacional de la Esperanza (UNE) y el derechista General Otto Pérez Molina, del Partido Patriota (PP), serían quienes logren llegar a la segunda vuelta a realizarse el 4 de noviembre. Aunque aún queda por dilucidar hacia que facción se inclinara el tercio de la población que se mantiene indeciso. Esto podría variar las estimaciones de cara al ballotage.

Colom se manifiesta como hombre de centro izquierda y socialdemócrata. Sin embargo, es probable que continúe con las políticas económicas actuales del gobierno de Óscar Berger, condicionadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cercanas a la elite empresarial.

Por otro lado, Pérez Molina promete mano dura para terminar con el grave problema de la inseguridad social que es eje de la campaña. También manifiesta su apoyo al Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Su lema electoral es “Vota con mano dura”. No hace falta agregar palabras.

Más allá de los nombres y de las propuestas hay una realidad que es innegable. El próximo presidente de Guatemala se enfrentará a un panorama muy delicado.

Por un lado, deberá atacar el elevado nivel de violencia existente en el país. Día a día se suceden ataques contra defensores de los derechos humanos, miembros de partidos políticos y se registran cientos de feminicidios, con denuncias de torturas, violaciones y mutilación de genitales.

Según estadísticas del 2006, Guatemala contaba con la triste denominación de ser el segundo país del mundo con más feminicidios, sólo superado por Rusia. Organizaciones de derechos humanos revelan que la mayor parte de estos hechos tienen que ver con la problemática del narcotráfico y el crimen organizado.

Por otra parte, quien asuma el cargo presidencial deberá lidiar con el flagelo de la pobreza. Recientemente, el Instituto nacional de estadística (INE) dio a conocer que la mitad de los guatemaltecos vive en la pobreza y cerca del 20 por ciento en pobreza extrema.

Otra cifra preocupante es la que coloca al país con el índice de mortalidad materna infantil más alta de América Latina. Guatemala invierte en salud el 0.87 por ciento del Producto Interno Bruto, la cifra más baja de Centroamérica. Además, la cobertura en salud no alcanza a la mitad de la población. Es decir, existe un problema sanitario grave.

En conclusión, el panorama preelectoral de violencia se condice con una situación social atravesada por graves problemáticas comunes al conjunto de la sociedad. Sin importar el nombre del futuro presidente, se sabe que este recibirá un legado muy complicado que podrá acrecentarse teniendo en cuenta las pronunciadas diferencias que provocan estos comicios.

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/es/active/19326
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