La memorable noche de Frei Betto:

El ciudadano militante

12/11/2007
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La solemnidad promovida por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para otorgar a Frei Betto el título de ciudadano basiliense tuvo la capacidad aglutinadora de reunir a representantes de casi todas las entidades, instituciones y movimientos que se dedican en el DF a promover las causas populares y las iniciativas que tratan de incluir e integrar en la sociedad brasileña al casi 50 % de la población, que a lo largo de los últimos cinco siglos ha sido sistemáticamente segregado.

Cierto que la personalidad del homenajeado, su capacidad de diálogo, la transparencia de sus ideales y propuestas, su búsqueda permanente de construir convergencia y, si es posible, consenso, su desprendimiento de ambiciones personales en cuanto a lo tocante a beneficios económicos y financieros, o a la lucha por el poder… todas esas cualidades le granjearon este carisma de ser un denominador común en el amplio abanico de tendencias que hoy caracteriza a todos aquellos que buscan sinceramente una democracia en la que cada brasileño y brasileña puedan ejercer con mayor plenitud su ciudadanía política, civil (derechos humanos), económica, social y cultural.

Situado en ese contexto, el testimonio dado por Frei Betto al agradecer el homenaje que se le hacía reveló, entre otras cosas, tres dimensiones que merecen ser resaltadas. Como ciudadano que fue parte del gobierno durante un corto período, Frei Betto fue cauteloso en su lenguaje. Quien dispone, sin embargo, de algún conocimiento de la realidad política brasileña, puede entresacar estas tres dimensiones con la claridad y nitidez que paso a presentar.

La primera fue su posición fundamental como ciudadano militante. Frei Betto se considera no como un líder carismático para conducir a las masas populares, sino como parte integrante y solidaria de todas las iniciativas que buscan los mismos objetivos de inclusión social. Por eso agradeció los homenajes como una manifestación de solidaridad para con la causa de la construcción de la democracia con participación efectiva, y no sólo simbólica y eventual, de toda la sociedad brasileña en la elaboración e implantación de un nuevo proyecto nacional, estadual y municipal.

Reconoció que esta causa es de una envergadura colosal y no puede ser lograda por un acto de magia ni a corto plazo. Reveló que en su juventud creyó que viviría lo suficiente para disfrutar como realidad este salto cualitativo que el Brasil necesita dar para alcanzar el nivel soñado de democracia. Pero confesó que, como un ciudadano mayor, hoy aspira solamente a ser una semilla, cuyos frutos nunca habrá de saborear. Pero confía en que esta semilla germinará algún día y se convertiré en árbol frondoso, junto con otros muchos millones, originando un Brasil sustentablemente desarrollado, capaz de transformar en realidad todo el potencial del que este país fue dotado por el Creador.

La segunda dimensión a ser resaltada en el testimonio de Frei Betto es la limitación de la democracia representativa a través de partidos políticos. En la presente situación los partidos políticos y los (las) elegidos(as) por ellos representan el poder económico e intereses de grupos corporativos. Por eso no logran una efectiva movilización de la sociedad, sino que buscan solamente utilizarla como trampolín para perpetuarse en el poder mediante el voto popular en el momento de las elecciones periódicas.

Los partidos políticos y las instituciones del Estado sólo podrán ser reformados en la medida en que se dé una efectiva movilización y articulación de la sociedad con instrumentos efectivos de democracia directa para influir como un poder, que fundamentalmente le pertenece, en las decisiones a todos los niveles del Estado y de la sociedad brasileña.

Esta constatación introduce la tercera dimensión, la más esencial de todas, sacada del testimonio de Frei Betto. Según él esta dimensión se plantea como tarea de la mayor relevancia y fundamenta su presente actuación como ciudadano militante: movilizar a la sociedad; ayudarla a articularse y a organizarse a corto y mediano plazo desde la base local hasta los niveles más inclusivos de actuación en la totalidad de la nación y del Estado nacional. En la sociedad brasileña hay una exuberante expansión de organizaciones no gubernamentales. Es necesario apoyarlas, ayudando incluso a discriminar a aquellas que no representan los reales intereses de la sociedad, sino que sólo son testaferros de intereses corporativos tradicionales o, quién sabe, extranjeros. Pero hay que actuar con paciencia y constancia, utilizando el apoyo de la plataforma de organizaciones no gubernamentales, a fin de alcanzar nuevos niveles de una efectiva participación popular. Solamente a través de este proceso se alcanzará una verdadera reforma política que llevará a una democracia en la que cada miembro de la sociedad ejercerá en plenitud su ciudadanía.

Este testimonio de Frei Betto hizo también memorable la noche del 30 de octubre del 2007 en el auditorio del Centro Cultural de Brasilia, abriendo un nuevo y prometedor horizonte de esperanza para la actuación de todas y todos los que confían en un futuro más feliz para el Brasil en el siglo 21.

Traducción: Frei José Luis Burguet
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