Yeny Villalba
El triunfo de Lugo hizo que creamos en los milagros
23/04/2008
- Opinión
El triunfo del ex obispo Fernando Lugo en las elecciones presidenciales de Paraguay fue una sorpresa en sí misma, pero promete más.
En medio de la efervescencia latinoamericana actual, aparece en el escenario político un ex cura aliado al Partido Liberal (que puso al vicepresidente, Federico Franco) y que desterró del poder al Partido Colorado, amo y señor de la vecina nación durante 61 años, durante tanto en dictaduras como en democracia. Pero ahora se abre a China y Taiwán y ratifica su pertenencia al Mercosur.
Yeny Villalba es una prestigiosa jurista, miembro del Centro de Estudios Judiciales de Paraguay (CEJ). Pero además, durante estos últimos comicios, decidió ponerle un plus a su participación social: fue apoderada del partido ganador en la escuela “Vicente Ignacio Iturbe”, ubicada en Asunción del Paraguay. “El domingo fue el día más valiente de mi vida”, nos confesó.
Con ella hablamos acerca de sus primeras y particulares impresiones del triunfo de la oposición en el país guaraní y de la invitación del presidente electo a los partidarios de Lino Oviedo, para que presidan el Congreso.
- ¿Qué significa para Paraguay el triunfo de Lugo?
Su triunfo tiene varias implicancias. Desde el punto de vista de los resultados, una victoria insólita, histórica y nueva, difícil todavía de manejar para muchos sectores o grupos de interés que se encuentran ante una alternancia del gobierno, que según su presentación planteará cambios estructurales.
- ¿Por qué dice que el triunfo fue insólito?
- Se prometió un cambio rotundo y, de hecho, se le quitó el poder a un partido que lo detentaba desde hace más de 60 años…
- ¿Será difícil gobernar así?
- Por eso digo que los cambios demandarán mayor implicancia y responsabilidad, sobre todo, por el concepto de "participación" que denota, más allá de lo que se acostumbraba: un solo partido, un solo color, una sola ideología. Ahora es un nuevo escenario donde hay variados actores.
- El triunfo se soñaba, pero, ¿se esperaba?
- Desde el punto de vista de la fe, del creer que se pudo algo que solo hasta el momento era nada más que una remota posibilidad, como que el gobierno Colorado deje el poder, en este contexto, hay mucha expectativa. Es difícil de manejar aun pero le da a la gente una sensación de creer en los milagros. Un milagro que implicó una reacción en conjunto contra algo que "ya no debía estar".
- Como partidaria de Lugo, ¿cuál es la sensación que le dejó todo el proceso electoral?
- Desde el punto de vista de mi participación, feliz en estar en un momento clave para nuestra historia, de haber ayudado a dar la vuelta una página muy pesada en la historia del Paraguay, una página que ha costado mucho ya al país, y que seguirá costando sacar lo "enquistado" e institucionalizado de un modelo que ya no queremos: el de la corrupción y el clientelismo.
- ¿Sus partidarios han calculado lo difícil que es producir un giro después de tantas generaciones coloradas? ¿Entienden que tanta alegría se puede desmoronar a la hora de gestionar el Estado?
- Si, creo que es la principal preocupación. Ahora, en el plan de descentralización de gestión, que ya se estuvo elaborando, por ejemplo, hay premisas de las que se partieron para el diseño, pero existe una amenaza muy fuerte y es sin dudas, el “coloradismo" en una feroz oposición.
- Eso es precisamente lo que dijo el presidente saliente, Duarte Frutos, al dirigirse al país tras admitir la derrota: que van a ser muy duros. ¿Algo parecido al rol del Partido Popular en España, tal vez?
- Tal vez. Es un juego que saben jugar. Es difícil para ellos todavía asumir que el Partido no es el Estado, a diferencia del Partido Popular, que lo sabe muy bien. Los años en el poder les han dado capacidad de camuflarse entre ideologías y modelos diferentes.
- ¿Cree que se va a investigar profundamente a las gestiones anteriores, o habrá borrón y cuenta nueva?
- Creo que se investigará, pero también creo que el partido más difícil de manejar para esa decisión política será el Liberal.
- ¿Qué la lleva a pensar eso?
- El Partido Liberal participó de la Alianza que ganó las elecciones y su hombre es el vicepresidente Franco. A través de sus empresarios y afiliados, tienen o han tenido participación en el actual gobierno, en el gobierno saliente de Duarte Frutos. O bien lo han hecho por intermedio de sus empresas proveedoras o miembros de la Corte, como producto de negociaciones y acuerdos políticos logrados y cuoteo de cargos políticos que se han alcanzado.
- ¿El vicepresidente entonces ahora es un escollo?
- No. Creo que la figura del vicepresidente será clave en las negociaciones y en las decisiones de investigación efectivas. El problema es la oposición feroz y dolida. Será difícil mediar, pero se podrá.
- ¿Con este resultado, Paraguay se acerca a Chávez, a Evo, a Lula...?
- No. Paraguay debe buscar y negociar sus propios intereses. Tiene en cuenta el bloque pero no está tan cerca ideológicamente de los que menciona. Tal vez esté más cerca de Evo que de Chávez. Pero el principal desafío consistirá en encontrar el punto intermedio entre Evo, Chávez, Brasil, Argentina… Lugo lo diría así: “será algo como a la uruguaya, pero paraguaya”.
- Volviendo al ámbito netamente de la conformación del nuevo gobierno, ¿cómo ve la oferta que Lugo le acaba de hacer a los partidarios de Lino Oviedo para que presidan el Congreso?
- Bueno... creo que habrán evaluado que es mejor que terminen aliados con Lugo antes que terminen nuevamente con los Colorados. Lugo se les adelantó de mano. Pero a mi criterio eso es bastante peligroso.
- ¿Por qué le parece peligroso?
-Lo ideal hubiese sido que el Congreso tuviera mayoría de la Alianza para el Cambio, de Lugo. Pero no pasó. Estos son los costos necesarios de la negociación por la gobernabilidad, aunque, con desconfianza moderada sigo pensando que es una jugada peligrosa, porque en definitiva el Congreso no lo va a manejar Oviedo, sino los Colorados.
- Lugo ganó con un fuerte contenido ideológico. ¿Cómo cree que están tomando estas últimas noticias los partidarios de Lugo más entusiastas o más ortodoxos?
- Nadie está manifestando disconformidades hacia afuera de la Alianza que ganó. Es que el momento que se vive es de búsqueda de sectores que puedan sumarse a un "gobierno de unidad". Todo es posible en ese contexto.
- ¿Ud. va a ocupar algún puesto en la gestión de Lugo? ¿Ha sido invitada a hacerlo?
- No. Voy a colaborar desde donde sea necesario. En todo caso, como ciudadana.
Fuente: MDZ on line http://www.mdzol.com/mdz/nota/43875
En medio de la efervescencia latinoamericana actual, aparece en el escenario político un ex cura aliado al Partido Liberal (que puso al vicepresidente, Federico Franco) y que desterró del poder al Partido Colorado, amo y señor de la vecina nación durante 61 años, durante tanto en dictaduras como en democracia. Pero ahora se abre a China y Taiwán y ratifica su pertenencia al Mercosur.
Yeny Villalba es una prestigiosa jurista, miembro del Centro de Estudios Judiciales de Paraguay (CEJ). Pero además, durante estos últimos comicios, decidió ponerle un plus a su participación social: fue apoderada del partido ganador en la escuela “Vicente Ignacio Iturbe”, ubicada en Asunción del Paraguay. “El domingo fue el día más valiente de mi vida”, nos confesó.
Con ella hablamos acerca de sus primeras y particulares impresiones del triunfo de la oposición en el país guaraní y de la invitación del presidente electo a los partidarios de Lino Oviedo, para que presidan el Congreso.
- ¿Qué significa para Paraguay el triunfo de Lugo?
Su triunfo tiene varias implicancias. Desde el punto de vista de los resultados, una victoria insólita, histórica y nueva, difícil todavía de manejar para muchos sectores o grupos de interés que se encuentran ante una alternancia del gobierno, que según su presentación planteará cambios estructurales.
- ¿Por qué dice que el triunfo fue insólito?
- Se prometió un cambio rotundo y, de hecho, se le quitó el poder a un partido que lo detentaba desde hace más de 60 años…
- ¿Será difícil gobernar así?
- Por eso digo que los cambios demandarán mayor implicancia y responsabilidad, sobre todo, por el concepto de "participación" que denota, más allá de lo que se acostumbraba: un solo partido, un solo color, una sola ideología. Ahora es un nuevo escenario donde hay variados actores.
- El triunfo se soñaba, pero, ¿se esperaba?
- Desde el punto de vista de la fe, del creer que se pudo algo que solo hasta el momento era nada más que una remota posibilidad, como que el gobierno Colorado deje el poder, en este contexto, hay mucha expectativa. Es difícil de manejar aun pero le da a la gente una sensación de creer en los milagros. Un milagro que implicó una reacción en conjunto contra algo que "ya no debía estar".
- Como partidaria de Lugo, ¿cuál es la sensación que le dejó todo el proceso electoral?
- Desde el punto de vista de mi participación, feliz en estar en un momento clave para nuestra historia, de haber ayudado a dar la vuelta una página muy pesada en la historia del Paraguay, una página que ha costado mucho ya al país, y que seguirá costando sacar lo "enquistado" e institucionalizado de un modelo que ya no queremos: el de la corrupción y el clientelismo.
- ¿Sus partidarios han calculado lo difícil que es producir un giro después de tantas generaciones coloradas? ¿Entienden que tanta alegría se puede desmoronar a la hora de gestionar el Estado?
- Si, creo que es la principal preocupación. Ahora, en el plan de descentralización de gestión, que ya se estuvo elaborando, por ejemplo, hay premisas de las que se partieron para el diseño, pero existe una amenaza muy fuerte y es sin dudas, el “coloradismo" en una feroz oposición.
- Eso es precisamente lo que dijo el presidente saliente, Duarte Frutos, al dirigirse al país tras admitir la derrota: que van a ser muy duros. ¿Algo parecido al rol del Partido Popular en España, tal vez?
- Tal vez. Es un juego que saben jugar. Es difícil para ellos todavía asumir que el Partido no es el Estado, a diferencia del Partido Popular, que lo sabe muy bien. Los años en el poder les han dado capacidad de camuflarse entre ideologías y modelos diferentes.
- ¿Cree que se va a investigar profundamente a las gestiones anteriores, o habrá borrón y cuenta nueva?
- Creo que se investigará, pero también creo que el partido más difícil de manejar para esa decisión política será el Liberal.
- ¿Qué la lleva a pensar eso?
- El Partido Liberal participó de la Alianza que ganó las elecciones y su hombre es el vicepresidente Franco. A través de sus empresarios y afiliados, tienen o han tenido participación en el actual gobierno, en el gobierno saliente de Duarte Frutos. O bien lo han hecho por intermedio de sus empresas proveedoras o miembros de la Corte, como producto de negociaciones y acuerdos políticos logrados y cuoteo de cargos políticos que se han alcanzado.
- ¿El vicepresidente entonces ahora es un escollo?
- No. Creo que la figura del vicepresidente será clave en las negociaciones y en las decisiones de investigación efectivas. El problema es la oposición feroz y dolida. Será difícil mediar, pero se podrá.
- ¿Con este resultado, Paraguay se acerca a Chávez, a Evo, a Lula...?
- No. Paraguay debe buscar y negociar sus propios intereses. Tiene en cuenta el bloque pero no está tan cerca ideológicamente de los que menciona. Tal vez esté más cerca de Evo que de Chávez. Pero el principal desafío consistirá en encontrar el punto intermedio entre Evo, Chávez, Brasil, Argentina… Lugo lo diría así: “será algo como a la uruguaya, pero paraguaya”.
- Volviendo al ámbito netamente de la conformación del nuevo gobierno, ¿cómo ve la oferta que Lugo le acaba de hacer a los partidarios de Lino Oviedo para que presidan el Congreso?
- Bueno... creo que habrán evaluado que es mejor que terminen aliados con Lugo antes que terminen nuevamente con los Colorados. Lugo se les adelantó de mano. Pero a mi criterio eso es bastante peligroso.
- ¿Por qué le parece peligroso?
-Lo ideal hubiese sido que el Congreso tuviera mayoría de la Alianza para el Cambio, de Lugo. Pero no pasó. Estos son los costos necesarios de la negociación por la gobernabilidad, aunque, con desconfianza moderada sigo pensando que es una jugada peligrosa, porque en definitiva el Congreso no lo va a manejar Oviedo, sino los Colorados.
- Lugo ganó con un fuerte contenido ideológico. ¿Cómo cree que están tomando estas últimas noticias los partidarios de Lugo más entusiastas o más ortodoxos?
- Nadie está manifestando disconformidades hacia afuera de la Alianza que ganó. Es que el momento que se vive es de búsqueda de sectores que puedan sumarse a un "gobierno de unidad". Todo es posible en ese contexto.
- ¿Ud. va a ocupar algún puesto en la gestión de Lugo? ¿Ha sido invitada a hacerlo?
- No. Voy a colaborar desde donde sea necesario. En todo caso, como ciudadana.
Fuente: MDZ on line http://www.mdzol.com/mdz/nota/43875
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