Lo que nos deja la jornada del 10 de agosto

11/08/2008
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Pese a que días antes a su realización fueron muchas las personas e instituciones que calificaron de ilegal e inconstitucional al referéndum revocatorio –agravado por los criterios discordantes sobre los porcentajes necesarios para revocar o ratificar a las autoridades-, también fueron muchas las personas e instituciones (gobierno, opositores, prefectos, dirigentes empresariales, iglesia, entre otros) que llamaron a la ciudadanía a una participación activa en el indicado referéndum.

Esta consulta, inédita en 183 años de la historia boliviana, también ha motivado la preocupación de organismos internacionales (OEA, ONU), la prensa internacional y de algunos gobiernos que tienen relación con Bolivia.

La ciudadanía una vez más ha demostrado su vocación democrática acudiendo a las urnas –superior al 80% de los más de 4 millones de electores, según la Corte Nacional Electoral- para expresar su postura frente a la continuidad o no de las autoridades sometidas a referéndum, como el mejor camino no sólo para zanjar las dificultades y diferencias sino para encontrar cauces comunes que conduzcan al país por caminos más provechosos y fecundos. De hecho, salvo casos aislados, no se generaron situaciones de violencia.

Los resultados preliminares confirman lo que algunos analistas habían anticipado, la ratificación del presidente y vicepresidente y de la mayoría de los prefectos; pero quedaron lejos quienes pronosticaban, y deseaban, que fueran revocados de manera contundente tanto el presidente como algunos prefectos de la denominada “media luna”. Asimismo, afortunadamente, los resultados preliminares ya muestran que no será necesario lidiar con los porcentajes de la Ley de Referéndum y de la Corte Nacional Electoral para declarar si quedan o no revocadas las autoridades.

De este proceso, siempre en orden a los resultados preliminares, sin duda que ambos, presidente y prefectos de tierras bajas, han salido fortalecidos. Empero, los primeros discursos tanto de prefectos ratificados como del presidente, en general, dejan muchas dudas e incertidumbre, pero también alguna esperanza, sobre cómo aprovecharán el capital político obtenido en beneficio del país y de las regiones. Unos y otros “leerán” los mensajes que, según ellos, quiso expresar la ciudadanía con su voto.

A nuestro modo de ver hay varios aspectos, sin ser los únicos, que tendrán que tomar en cuenta las autoridades ratificadas, pero también la sociedad civil y los medios de comunicación:

Mutuo respeto entre autoridades nacionales y regionales, el que el presidente no haya obtenido mayoría en determinado departamento no quiere decir que no tiene pisada en ese departamento, como tampoco un prefecto que ha perdido en un determinado municipio o en el área rural no pueda llegar a dicha jurisdicción. El presidente, es presidente de todos los bolivianos y bolivianas, y el prefecto, es prefecto de todo el departamento.

Concertación entre las regiones y el gobierno nacional. Es innegable la necesidad de dialogar y concertar la propuesta de nueva Constitución Política del Estado y el contenido de los estatutos autonómicos. Seguramente habrá temas o aspectos que no son compatibles pero son irrenunciables para uno u otro sector, lo que se debería someter al soberano. De este modo podremos avanzar, o iniciar, la construcción de algo sólido que realmente sea mutuo y propio a la vez, en este siglo que ya casi completa la primera década.

Igualmente importante será ponerse de acuerdo en los aspectos económicos, actualmente en este campo las visiones, propuestas y prácticas son también diversas y conviven en diverso grado de tensión y conflicto.

Asimismo, el gobierno nacional debe tomar más en cuenta la votación a favor y en contra en los departamentos de tierras bajas; pero, igualmente, los prefectos deben tomar en cuenta a la población que ha expresado su desacuerdo con ellos mediante las urnas. El 60% o más que han obtenido las autoridades departamentales no es una carta blanca para atropellar al 40% que discrepa con ellos.

Las organizaciones de la sociedad civil también tienen que tomar en cuenta que son diversas y heterogéneas; hay organizaciones que son base social del gobierno nacional, y hay otras que lo son de las prefecturas. Entender que son contendientes, pero no enemigos a quienes hay que eliminar, es también importante.

Ojalá que los medios de comunicación, aquellos que no están amordazados, también contribuyan, desde la información y el análisis, a superar los retos que nos deja la jornada democrática de éste histórico 10 de agosto.


- Lorenzo Soliz es Director General de CIPCA
CipcaNotas, Boletín Virtual No 240, Año 7. Agosto de 2008. www.cipca.org.bo

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