La Unidad Nacional de la Esperanza: entre la mano dura y la mano invisible (I)
01/10/2008
- Opinión
Durante las elecciones generales del año pasado, el entonces candidato del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), definido como “social- demócrata”, prometió resolver los problemas del país con “inteligencia” y no con “mano dura” (una alusión al slogan de campaña del derechista y pro-oligarquía Partido Patriota, PP); también prometió que con su gobierno comenzaría “el privilegio de los pobres”, lo que llevó a muchos votantes a preferir las dos manitas formando la “paloma de la paz” de la UNE, en vez del puño ofrecido violentamente por el PP.
Hoy, a nueve meses de distancia, tristemente podemos comprobar que las promesas de “inteligencia” y “esperanza”, no se cumplieron, y tal vez nunca se cumplan. Es probable que al hacerlas, en el calor de la campaña electoral, el ahora presidente no recordaba lo explicado hace ya 80 años por el pensador italiano Antonio Gramsci, uno de los ídolos actuales de la socialdemocracia: que el Estado burgués es dictadura recubierta de democracia; descansa por igual en la violencia (“o mano dura”) y en el consenso (“inteligencia”).
El Estado no es, como creen los socialdemócratas, un simple “aparato de gobierno”, y mucho menos un padre protector ubicado por encima de las clases y de sus luchas, velando por el bien común. Lo que llamamos Estado es en realidad -como lo advirtió Gramsci- una compleja red de relaciones económicas, de poder e imaginarias, en las cuales los grupos dominantes imprimen, consciente e inconscientemente, su sello de clase. El Estado guatemalteco es burgués desde su misma fundación. Lo fue durante las intermitentes dictaduras de los siglos 19 y 20, y lo es hoy, que oficialmente vivimos en paz y democracia.
El carácter burgués de nuestro Estado no es definido por la ideología política del partido en el gobierno (por ejemplo el paso del gobierno neoliberal de la Gran Alianza Nacional, GANA, al “social demócrata” de la UNE), sino por procesos estructurales de mucho más largo alcance, aunque también se revela en las coyunturas. Así, en estos nueve meses de gobierno de la UNE, hemos podido ver a la “mano dura” romper las promesas electorales, y entrar en acción numerosas veces. Algunos ejemplos son los Estados de prevención decretados como respuestas a conflictos puntuales relacionados al transporte (Fraijanes) y a la instalación de una planta cementera (San Juan Sacatepéquez) o los numerosos desalojos, que en solo nueve meses ya superan las cifras de los últimos 3 años de la GANA.
Por el contrario, en estos nueve meses no se ha tenido ocasión de ver a la famosa “inteligencia” en acción, a no ser la inteligencia militar colocando micrófonos en la casa del presidente, o la astucia e inteligencia con que se cierran oscuros y jugosos negocios a espaldas del pueblo. Es cierto que se abren espacios de diálogo y se cuelga la “bandera maya” en las oficinas de gobierno, pero también que se crean burocracias que no muestran siquiera la “inteligencia” necesaria para asegurar el consenso con programas sociales de alivio efectivo a la pobreza. Aún se sigue hablando del “privilegio de los pobres”, pero en los hechos se les deja a su propia suerte. Igual que cada partido de gobierno desde la apertura democrática, la UNE renunció a poner límite a la acción de las empresas nacionales y transnacionales.
Pese a haberse definido como un proyecto “social demócrata”, en el gabinete de la UNE son contados los funcionarios social demócratas. Según varios analistas, en este gobierno están mucho mejor posicionados los grupos con intereses en inversión (turismo, maquila, construcción de mega hidroeléctricas y otros), ex funcionarios de empresas mineras y petroleras e incluso uno que otro representante del movimiento social (para mantener el consenso y las “aguas calmadas”).
En todo caso, los hechos enlistados pueden llevarnos a una de dos posibles conclusiones: O el gobierno de la UNE, luego de nueve meses de perder pulsos con los grupos dominantes, finalmente se rindió ante los mismos, o las dos manitas de la campaña electoral no eran otras que la “mano invisible” del libre mercado (libre para destruir la naturaleza, bajar salarios, subir precios) y la “mano dura” del Estado, siempre lista para reprimir, eso sí, en nombre de la "democracia", la "paz" y el "Estado de derecho".
Camilo Salvadó
(AEC-AVANCSO)
Hoy, a nueve meses de distancia, tristemente podemos comprobar que las promesas de “inteligencia” y “esperanza”, no se cumplieron, y tal vez nunca se cumplan. Es probable que al hacerlas, en el calor de la campaña electoral, el ahora presidente no recordaba lo explicado hace ya 80 años por el pensador italiano Antonio Gramsci, uno de los ídolos actuales de la socialdemocracia: que el Estado burgués es dictadura recubierta de democracia; descansa por igual en la violencia (“o mano dura”) y en el consenso (“inteligencia”).
El Estado no es, como creen los socialdemócratas, un simple “aparato de gobierno”, y mucho menos un padre protector ubicado por encima de las clases y de sus luchas, velando por el bien común. Lo que llamamos Estado es en realidad -como lo advirtió Gramsci- una compleja red de relaciones económicas, de poder e imaginarias, en las cuales los grupos dominantes imprimen, consciente e inconscientemente, su sello de clase. El Estado guatemalteco es burgués desde su misma fundación. Lo fue durante las intermitentes dictaduras de los siglos 19 y 20, y lo es hoy, que oficialmente vivimos en paz y democracia.
El carácter burgués de nuestro Estado no es definido por la ideología política del partido en el gobierno (por ejemplo el paso del gobierno neoliberal de la Gran Alianza Nacional, GANA, al “social demócrata” de la UNE), sino por procesos estructurales de mucho más largo alcance, aunque también se revela en las coyunturas. Así, en estos nueve meses de gobierno de la UNE, hemos podido ver a la “mano dura” romper las promesas electorales, y entrar en acción numerosas veces. Algunos ejemplos son los Estados de prevención decretados como respuestas a conflictos puntuales relacionados al transporte (Fraijanes) y a la instalación de una planta cementera (San Juan Sacatepéquez) o los numerosos desalojos, que en solo nueve meses ya superan las cifras de los últimos 3 años de la GANA.
Por el contrario, en estos nueve meses no se ha tenido ocasión de ver a la famosa “inteligencia” en acción, a no ser la inteligencia militar colocando micrófonos en la casa del presidente, o la astucia e inteligencia con que se cierran oscuros y jugosos negocios a espaldas del pueblo. Es cierto que se abren espacios de diálogo y se cuelga la “bandera maya” en las oficinas de gobierno, pero también que se crean burocracias que no muestran siquiera la “inteligencia” necesaria para asegurar el consenso con programas sociales de alivio efectivo a la pobreza. Aún se sigue hablando del “privilegio de los pobres”, pero en los hechos se les deja a su propia suerte. Igual que cada partido de gobierno desde la apertura democrática, la UNE renunció a poner límite a la acción de las empresas nacionales y transnacionales.
Pese a haberse definido como un proyecto “social demócrata”, en el gabinete de la UNE son contados los funcionarios social demócratas. Según varios analistas, en este gobierno están mucho mejor posicionados los grupos con intereses en inversión (turismo, maquila, construcción de mega hidroeléctricas y otros), ex funcionarios de empresas mineras y petroleras e incluso uno que otro representante del movimiento social (para mantener el consenso y las “aguas calmadas”).
En todo caso, los hechos enlistados pueden llevarnos a una de dos posibles conclusiones: O el gobierno de la UNE, luego de nueve meses de perder pulsos con los grupos dominantes, finalmente se rindió ante los mismos, o las dos manitas de la campaña electoral no eran otras que la “mano invisible” del libre mercado (libre para destruir la naturaleza, bajar salarios, subir precios) y la “mano dura” del Estado, siempre lista para reprimir, eso sí, en nombre de la "democracia", la "paz" y el "Estado de derecho".
Camilo Salvadó
(AEC-AVANCSO)
Fuente: Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO)
https://www.alainet.org/es/active/26685
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