Acabo de revisar los diarios del domingo con la esperanza de encontrar alguna información o muestra de solidaridad sobre la persecución política que está sufriendo el jefe de la unidad de investigación de La Primera, Raúl Wiener, y el silencio es lamentable. Si bien en el caso de la cancelación de AAR al frente de Perú 21 se desarrolló todo un debate y la solidaridad llegó a desarmar el equipo de colaboradores del diario, el señalamiento a Raúl como parte de una red de terrorismo internacional debería al menos despertar la misma reacción.
¿Dónde está la condena a esta situación que pretende que Wiener revele sus fuentes? Dónde están los que en el caso de los petro audios sostienen que pedir a un periodista que revele las fuentes de información es un atropello a la profesión. Qué dice Prensa Libre, la República, El Comercio, Perú 21, RPP, Canal N, CPN, IPYS, Caretas y todos los medios que en buena hora armaron un debate sobre la injerencia política en la libertad de expresión. Raúl Wiener señaló que irónicamente el único que se ha solidarizado con él ha sido Aldo Marietegui, no sin bañarlo como siempre de insultos y necedades en Correo, pero reconociendo lo arbitrario de este episodio y llamando a la solidaridad de los medios de comunicación. (Y el domingo en la noche Hildebrandt lo entrevistó)
Existe una vara mediática distinta para medir la investigación por terrorismo internacional al jefe de unidad de La Primera, y la que se tiene frente a otros casos. Por un lado hasta IPYS defendió la posición de Magali Medina y su libertad a informar sobre personajes públicos, pero hasta hoy no se oye nada en este caso más evidente que el mencionado. Y no es el único, ya que LAP viene persiguiendo judicialmente a Herbert Mujica por haber publicado un libro y escribir artículos que desnudan la privatización del Aeropuerto Jorge Chávez.
Ah, pero me estaba olvidando que la Valenzuela demostró que Raúl Wiener es culpable, es un ultra izquierdista que viaja a Venezuela, que defiende a Ollanta y que recibe sobres de dinero de Hugo Chávez para desestabilizar al gobierno de Alan García. Debe ser por eso que está bien que lo acusen de terruco y que ni una línea de tinta, un segundo de imagen o un minuto de audio se haya utilizado para reseñar el caso. Es que La Primera es el principal agente desestabilizador del país y de seguro Wiener estaba registrado en los archivos de la computadora mágica de Raúl Reyes.
Me gustaría saber la opinión de todos los que criticamos la salida de ARR de Perú 21, de los blog adopta un congresista, frente a un caso que demuestra más claramente que ninguno en los últimos tiempos la injerencia política en la prensa. No veo razón para no expresar rechazo frente a una acusación tan gruesa hecha a una persona con la que podemos discutir, estar de acuerdo en algunas cosas y no en otras, pero que sólo en la cabecita de algunos puede ser asociado con el terrorismo internacional. La citación a la DIRCOTE así sea cantinflesca es evidencia de la desesperación de García y de muchos que gobiernan al leer La Primera cada mañana.
Así las cosas, el miércoles ya se ha organizado una protesta frente a la DIRCOTE para expresar a Raúl que el eco de su crítica, denuncia y valentía, no es parte de ningún color político, sino de la libertad de decir lo que pensamos. Ésta implica dejar prejuicios cuando un principio es cuestionado, y un diario quiere ser callado. La libertad de expresión no admite dobles raseros ni marginales, nadie es prescindible de sus alcances.
http://civilizacionperu.blogspot.com/2009/01/wiener-y-el-silencio-de-los-inocentes.html