“Aquí se acabó el colonialismo interno y el colonialismo externo. Se acabó la subasta del país. Vamos de triunfo en triunfo, los vendepatrias están siendo derrotados otra vez por la conciencia del pueblo boliviano” fue una de las frases de Evo Morales luego de obtener la aprobación de la Nueva Constitución en el referéndum del domingo 25.

En cuanto a la forma en que se desarrolló el proceso en los votantes por el Si por el No el analista Reymi Ferreira, de Santa Cruz opinó que  "Mientras el Sí tiene una base política y electoral compacta, el No es producto de múltiples expresiones dispersas de la oposición"

La votación por el Si supera el 60%  con solo un 10% de ausentismo y 3.5% entre votos nulos y blancos. En algunas zonas rurales el Si llega al 80%  y en ciudades como La Paz y Potosí al 74% y 76%. El No se concentró en la Media Luna. En Pando, Santa Cruz y Tarija la oposición pasa el 60% de votos.

En el padrón había  3,8 millones de personas para votar en 22 mil mesas a cargo de 132 mil jurados Hubo unos 300 observadores del exterior. El domingo 25 de enero  fue la primera vez que el pueblo vota una Constitución y que lo hace con el mejor Padrón de todos lo tiempos. Hasta 1952 el y la aborigen no podía votar porque no sabían leer.

Los observadores del exterior provinieron de 11 organismos internacionales, entre ellos Unión de Naciones Suramericanas, Unión Europea, Organización de Estados Americanos, Mercado Común del Sur, Comunidad Andina de Naciones, Parlamento Americano, Parlamento Andino, Parlamento Centroamericano, Parlamento Europeo, Centro Carter, Consejo de Expertos Electorales de América Latina y Unión del Organismos Electorales de América Latina.

 Para el analista  F. Xavier Iturralde la Nueva CPE “es una mezcla de socialismo, indigenismo, aspectos revolucionarios al mismo tiempo que reformistas”  con “muchos derechos que económicamente deberán sostener los pocos que cumplen con los pagos impositivos. “Bolivia tiene sólo 252.093 contribuyentes”  que aportan entre 75 a 80% del total de gastos, “una realidad que debe ser tomada en cuenta por toda política económica” y para  “respaldar el proceso de cambios que propugna la nCPE” por lo que Xavier Iturralde cree que se planteará “la necesidad urgente de nuevos cambios o Bolivia se sumergirá en una pobreza igualitaria y generalizada”.

 La Constitución sale al encuentro de preguntas claves como la de a quién le pertenece el país, si a los bolivianos o a los que administraban el Estado para beneficio del capital transnacional. 

 La aplicación de las “autonomías” será harto complicada por las características geográficas/históricas de Bolivia y por que hasta ahora ese criterio estuvo en las manos de los poderes económicos.

Este punto, ahora constitucional, será muy importante en la re-fundación del país y habrá que estar atento a las características de los debates que provocará su implementación. Para quienes no viven en Bolivia o en países mayoritariamente aborígenes, les resultará de difícil comprensión y deberán apelar a lo mejor de sus capacidades para no aplicar el criterio de “los blancos”.

Aparece como muy claro que, desde el nuevo texto constitucional, se abre un  escenario diferente al actual y que es cierto lo que se afirma desde el Gobierno en cuanto a que se  construirá un Estado nuevo, lo que conformaría una sociedad diferente a la conocida.

Son legítimos los interrogantes de cómo hará el gobierno y las instituciones bolivianas para cumplir con la nueva Constitución que dispone que la población sea la propietaria de los recursos naturales y que los debe administrar el Estado, al igual que  el acceso a la educación y a la salud a toda la ciudadanía.

 Ahora la Carta Magna deberá ser reglamentada por el Parlamento. Se calcula en más de de un centenar de leyes que deberán ser aprobadas para aplicar la Constitución. Será una tarea difícil y ardida porque aun la oposición mantiene poder para entorpecer el proceso. Es posible que en algunas ocasiones el Presidente deba recurrir a decretos para destrabar situaciones. El vicepresidente, García Linera, opina  que los problemas se podrán resolver pues "Creo que tenemos la fuerza social suficiente y la voluntad política para remontar, a través de mecanismos democráticos, las dificultades que puedan surgir".

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