La esperanza se vino al suelo y lo que esperábamos no resultó. Muchos cordobeses creímos que con la última desmovilización del grupo de las Autodefensas Unidas de Colombia con influencia en el departamento de Córdoba, el Elmer Cárdenas, en agosto del 2006, disminuirían los homicidios en ésta población tan martirizada por el conflicto y la pobreza. Lo creímos por los acuerdos y compromisos pactados entre estos grupos ilegales y el Gobierno Nacional en el ahora más pobre y olvidado corregimiento de Santa Fe de Ralito. Hubo, además, otra razón de peso desde el 2003 cuando empezó el proceso de negociación el índice de homicidios venía en picada, a tal punto que el 2005 registró 173 casos, el más bajo de los últimos 15 años según las estadísticas de la Policía. Así que el optimismo era justificado.

El 2006 nos trajo la primera sorpresa: 258 homicidios. ¿Qué pasó? ¿Qué está sucediendo que no entendemos? fueron las primeras declaraciones de los interesados en el tema. Como no hubo declaraciones oficiales convincentes, las conjeturas eran muchas. Confiemos en que sean los últimos estertores de la violencia, dijeron algunos, ilusionados en que el repunte no volvería a ocurrir. El 2007 fue seguido con cierta inquietud hasta que se transformó en preocupación cuando conocimos que los homicidios habían llegado a 366. Este resultado era inexplicable porque los miembros de base y mandos medios de las Autodefensas estaban desmovilizados y en proceso de reintegración a la sociedad, los jefes estaban detenidos, la guerrilla acorralada y el narcotráfico perseguido.

El Gobierno y las autoridades aclararon que el incremento fue debido a la acción de bandas criminales que se conformaron después de las desmovilizaciones asociadas al narcotráfico y en algunos lugares a la guerrilla. Que la disputa por el control de territorios, rutas y mercados las obligaba a enfrentarse entre si, ocasionando un aumento considerable de la criminalidad. Esta explicación en gran parte verdad no logró tranquilizar a la gente. Bajo estas circunstancias el 2008 fue recibido con prevención. Cada día los medios de información registraban asesinatos y al final de cada mes los datos parciales, comparándolos con los del año anterior. De esta manera, ya en septiembre, calculamos que superaríamos la cifra del 2007 pero no imaginamos que sería la más alta de la historia del departamento en los últimos 18 o 20 años, desde que existen estadísticas organizadas en la Policía. El número de homicidios ascendió a 512 de acuerdo con el Observatorio del delito de la Gobernación de Córdoba o a 474 según la Policía. En cualquiera de los casos el tope es histórico. Es útil aclarar que aproximadamente el 70% de estos homicidios son producto del conflicto y/o narcotráfico y el resto corresponde a riñas, venganzas y robos.

Cifra semejante no se registró en el período de reactivación de las Autodefensas (1992-1996) y la ocupación que hizo las FARC de los territorios abandonados por el EPL después de su desmovilización en 1991. Tampoco sucedió durante la expansión de las Autodefensas (1997-2002) y sus enfrentamientos con la guerrilla como lo demuestran  los siguientes datos de la Policía y el Observatorio de la Gobernación: 1993, 414 homicidios; 1994, 280; 1995, 377; 1996, 444; 1997, 325; 1998, 274; 1999, 365; 2000, 441; 2001, 344; 2002, 323; 2003, 257; 2004, 230; 2005, 173. En la década de los años 80 al parecer no había estadísticas organizadas y confiables. Por esta razón desconocemos el número de homicidios que en este lapso cometieron las guerrillas (EPL, FARC, CRS y PRT), los grupos privados que después conformaron las Autodefensas y el narcotráfico.

Las masacres

A mediados de la década de los años 80 empezaron las masacres en Colombia como una forma despiadada que emplearon las nacientes facciones ilegales para intimidar y doblegar a poblaciones donde habitaban  supuesta o realmente algunos miembros  al servicio de los grupos subversivos. En Córdoba sucedieron algunas de las primeras. Por coincidencia en el 2008 cumplieron 20 años las masacres de Mejor Esquina (municipio de Buenavista) donde perecieron 27 personas, El Tomate (Canalete) con saldo de 15 y una sucedida en la vereda Villavicencio (Valencia) sin datos conocidos. Otras sucedieron en Pueblo Bujo (Montería) en 1989 y la del barrio Escolar en Tierralta donde murieron 12 personas en 1990. En el período 1996-2003 hubo varias masacres pero no están documentadas.

En el segundo semestre del 2008 hubo cinco masacres en el departamento, identificadas y reseñadas en la prensa local y nacional. Me permito recordarlas: 1. El 20 de julio en dos veredas de Puerto Libertador. En Loma Seca hubo 2 muertos y en un establecimiento público de San Daniel resultaron 5 muertos y 2 heridos. Los muertos eran personas humildes, sin antecedentes. 2. El 9 de noviembre en una discoteca de la cabecera municipal de San José de Uré, 5 muertos y 3 heridos. Los muertos eran desmovilizados llegados de Antioquia, 4 pertenecían al grupo de Los Paisas y 1 a las Águilas Negras. 3. El 24 de noviembre en una cabaña al lado del mar en Punta Bolívar, San Antero, 5 muertos y 1 herida, en una acción entre las bandas de Don Mario y Los Paisas. 4. El 16 de diciembre en una tienda de la vereda Nueva Esperanza de Puerto Libertador, 3 muertos y 1 herida, la pareja de esposos que atendía el negocio y un docente. 5. El 17 de diciembre en la finca Loma Linda del corregimiento Aserradero en Purísima, 4 campesinos muertos. A manera de información, la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación en un primer balance ha estimado que en Colombia entre 1982-2007 se han cometido 2.505 masacres con 14.660 víctimas.

En este breve balance hay que reseñar también la irrupción, con cierre del comercio,  en Tierralta y Puerto Libertador del grupo denominado Autodefensas Gaitanistas de Colombia; la aparición de panfletos y grafitis en Planeta Rica, Tierralta, Valencia, Buenavista y Cieneguita en San Carlos con amenazas a supuestos extorsionistas, cuatreros, viciosos, atracadores y maltratadores familiares; el atentado con granada en Tierralta que dejó 6 heridos; la manifestación de repudio a la violencia que organizó la administración municipal de Valencia con motivo del asesinato de uno de sus funcionarios; la celebración de varios Consejos de Seguridad en Montería, Tierralta y Lorica; la expedición de medidas como la restricción del transito de motos, el porte de armas y el expendio de licor; la desvinculación y procesamiento de miembros de la fuerza pública comprometidos con “falsos positivos” y alianzas con las nuevas bandas.

La Policía en su informe anual dio a conocer la captura de 22 subversivos y 182 integrantes de las bandas criminales de Don Mario y Los Paisas, la incautación de 7.4 toneladas entre clorhidrato de cocaína y base de coca y la destrucción de 12 laboratorios para el procesamiento de la droga, entre otros logros alcanzados.

Los homicidios del 2008

-En su orden los municipios con mayor número de homicidios fueron los siguientes: Montería 98, Montelibano 77, Puerto Libertador 64, Tierralta 56, Planeta Rica 36, Valencia 32, Lorica 24,  Puerto Escondido 16, San Antero 15, Sahagún 10, Moñitos y Buenavista 9,  Los Córdoba y La Apartada 8.

-En el área rural sucedieron 255 homicidios, en el área urbana 241, en las vías o carreteras 4 y sin dato 2. En cuanto a sexo, 485 eran hombres y 27 mujeres. Entre los muertos figuran desmovilizados, líderes comunales, docentes, funcionarios, campesinos, hacendados, tenderos y amas de casa, entre otros. El número de desmovilizados muertos es de 60 aproximadamente.

-Los meses con más muertos fueron en su orden enero, marzo, febrero, noviembre, abril, septiembre y junio. Los días fueron martes, lunes, sábado, domingo, viernes y miércoles.

Los departamentos en Colombia que presentaron los índices más críticos en criminalidad fueron Antioquia, Córdoba, Arauca, Chocó y Risaralda. El periódico El Tiempo  dijo que: “Perdieron el año en materia de lucha contra el crimen”.

Consideraciones finales

-La política y los programas de la Seguridad Democrática deben tener en cuenta los antecedentes y  particularidades de cada departamento o zona geográfica. Con base en ellos y con participación de líderes y dirigentes representativos deben fijar los objetivos a corto y mediano plazo.

-La sola presencia o refuerzo de la fuerza pública por si sola es insuficiente para disminuir o resolver los principales problemas y necesidades de las comunidades.

-Hay que elaborar planes integrales prioritarios para los lugares de conflicto, en especial los ya tradicionales o los que revistan mayor gravedad, incluirlos en los planes de desarrollo o en planes de desarrollo especiales y velar porque se ejecuten lo más pronto posible.
-En los análisis sobre orden público en cada municipio o departamento deben participar la academia y las organizaciones que tengan analistas o conocedores de estos temas.

-Eduardo Posada Carbó en su columna del periódico El Tiempo (9-1-09) señala la necesidad de ampliar los pilares de la Seguridad Democrática y para el efecto propone “La efectiva y hasta definitiva colaboración de las autoridades judiciales”, que sea una política de Estado en vez de una bandera gubernamental y apoyar la pedagogía del derecho a la vida que propone Antanas Mockus.

Montería, enero de 2009

- Víctor Negrete Barrera, Fundación del Sinú

Fuente: Semanario Virtual Caja de Herramientas
Corporación Viva la Ciudadanía. www.vivalaciudadania.org