Golpe de Estado: Más del mismo guión
- Opinión
En estos momentos se viven una gran consternación y preocupación en Latinoamérica por el retrógrado golpe de Estado en la hermana república de Honduras. Asimismo, entidades internacionales como
Para mucha gente consciente que ha tratado de informarse y formarse una opinión independiente sobre el golpe de Estado en Honduras, saltan a la vista muchos elementos en común entre este golpe y otros golpes de Estado vistos en fechas recientes. Podemos decir que el golpe de Estado en Honduras se asemeja de muchas maneras a un guión que se ha venido utilizando por parte de
El principal referente en los últimos años a la lamentable ruptura constitucional que está sucediendo en Honduras se encuentra en el intento de golpe que tuvo lugar en Venezuela el 11 de abril del 2002. De igual manera que en este 2009, el terreno fue preparado por los medios comerciales y la diplomacia estadounidense mediante una brutal campaña de difamación, insultos, cuestionamientos, mentiras y rumores que únicamente buscaban predisponer negativamente a la opinión pública doméstica e internacional en contra del mandatario. Acusándolo de “comunista”, “terrorista”, “corrupto”, o satanizándolo como “amigo de Fidel Castro”, se le trató de redefinir públicamente como “dictador” y “antidemocrático.” Es decir, cualquier acción tomada por otros sectores políticos o militares para deshacerse del presidente “amenaza” estarían previamente justificadas, pues evitarían el “caos” y la “destrucción de la nación”. Tanto en Venezuela en el 2002 como en Honduras en el 2008 y 2009, este ha sido el terrorismo sicológico de masas aplicado por los grandes medios comerciales, que siguen al pie de la letra los macabros manuales de
Otro de los puntos en común entre Venezuela del 2002 y Honduras del 2009 es el procedimiento del golpe: en horas de la madrugada, comandos militares atacan la residencia del Presidente, a punta de fusil lo secuestran y se lo llevan. Mientras que en el caso de Hugo Chávez se le retuvo en una pequeña isla bajo resguardo de militares traidores, en el caso de Manuel Zelaya, se le expulsó del país de inmediato en un avión militar. Igualmente, en ambos casos los golpistas, es decir “el nuevo gobierno” anunciaron públicamente con la generosa cobertura de los grandes medios, “la carta de renuncia”, donde el Presidente “manifestaba” su dimisión al cargo. En el caso de Hugo Chávez, la mentira se derrumbó cuando soldados leales al presidente Constitucional lograron sacar subrepticiamente una nota de puño y letra del presidente Chávez donde negaba tal renuncia y que se publicara extensamente por Internet. En el caso del presidente Zelaya, fue de su boca que escuchamos por televisión (recién traído a Costa Rica por sus captores) que tal carta era totalmente falsa (posteriores análisis evidenciaron la burda falsificación de la firma del mandatario).
Uno de los aspectos más preocupantes en ambos golpes de Estado ha sido la posición ambigua y de doble discurso de los gobiernos estadounidenses (James Petras, Rebelión.org, 30/06/09). El gobierno de Bush, en el 2002 se mantuvo al margen de la situación, sin condenar el golpe, mientras que mantenían a la expectativa a varios destructores a orillas de las aguas territoriales de Venezuela. De manera muy similar, el gobierno de Obama denuncia “un golpe militar” pero no retira su embajador ni condena al gobierno espurio (recordemos también que el embajador estadounidense Hugo Llorens había salido casualmente de Honduras unos días antes del golpe.) En ambas instancias, se trata de naciones donde los EEUU tienen importantísimos intereses comerciales: en el caso de Venezuela, el principal proveedor de petróleo del continente; en el caso de Honduras, un “protectorado” (Eva Golinger, Rebelión.org, 28/06/09) donde los EEUU mantienen la base militar de Soto Cano, desde donde el gobierno de Reagan orquestó
También se pueden mencionar los silencios cómplices que en ambos golpes han mantenido entidades que anteriormente manifestaban su oposición y “preocupación” por los “desmanes” de los gobiernos “izquierdistas” de Chávez y Zelaya. Tanto
Dadas las similitudes de ambos golpes de Estado, nos queda un elemento determinante que fue el que dictó el desenlace democrático en Venezuela en el 2002 y el que lo hará en Honduras en el 2009: el pueblo, los campesinos, trabajadores, hombres y mujeres que saliendo a la calle se manifestaron pacífica y valientemente y desafiaron a los militares traidores y a los burgueses de los gobiernos golpistas. Así como los venezolanos y venezolanas tomaron las principales vías y exigieron el regreso de su presidente democráticamente electo, los hondureños y hondureñas se desplazan hacia la capital (a pesar de los retenes y ametrallamiento de autobuses, como ha reportado teleSUR) y se preparan en estos instantes para recibir a su presidente Constitucional Manuel Zelaya este sábado 4 de julio en Tegucigalpa.
¿Podrá la fascista oligarquía empresaria y terrateniente local, con el apoyo de los grandes medios comerciales y
- Jenaro A. Díaz-Ducca es profesor y músico costarricense. Edita la revista latinoamericanista Lospobresdelatierra.org, www.lospobresdelatierra.org
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