Aspectos generales sobre el desarrollo y la pobreza

05/11/2009
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Una parte importante de la literatura científica existente en torno al tema del desarrollo en América Latina, nos presenta una discusión teórica sumamente compleja e inacabada, distintos matices conforman esta dialéctica. Sin embargo, algo es evidentemente claro, se puede constatar de manera empírica, que las políticas realizadas por los gobiernos para superar el subdesarrollo - muchas de estas medidas inspiradas en teorías clásicas y neo-clásicas - no han sido eficaces. Por el contrario, las asimetrías entre grupos de poder económicos que poseen mayor acceso para insertarse en la sociedad se han acrecentado en relación a los grupos más débiles, en situación de exclusión y marginalidad.
 
En este sentido, a partir de autores que han abordado el tema de la pobreza y el desarrollo, realizaremos un análisis sobre algunas perspectivas en relación a este fenómeno, cuya construcción teórica se hace más vital cada día.
 
A la luz de los hechos podríamos afirmar, que la preocupación en relación al tema que nos ocupa, sigue siendo el crecimiento del ingreso, la capacidad productiva y el desempleo, que son sin duda el núcleo fundamental de las temática del desarrollo; sin embargo su método de análisis macro dinámico está esencialmente en la misma línea de las escuelas clásica y neoclásica. (Sunkel, 1995)
 
Estas teorías que se muestran débiles ante un análisis general de la historia latinoamericana en las últimas seis décadas - partiendo del término de la segunda guerra mundial y la creación de organismos económicos internacionales como la CEPAL, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, entre otros - dejando evidencias de que muchas de estas tesis no hicieron otra cosa que establecer herramientas teóricas para mantener a los países en desarrollo financiando a los países industrializados.
 
Muestra de ello, son las tesis de la llamada sociología del desarrollo norteamericana, la cual nos dice que los países industrializados deben establecer un mecanismo de difusión de “comportamientos favorables al progreso” eliminando todo rasgo de cultura que se considere sea un factor que perpetúe el atraso, concibiendo además, el sistema social y el sistema cultural como elementos no adaptables al cambio económico.
 
De igual manera, encontramos planteamientos teóricos como los de Lewis y su tesis de “la cultura de la pobreza” la cual, para el autor, se transmite generacionalmente teniendo como herencia el espíritu gregario, el autoritarismo, la poca participación y particularmente la orientación hacia el inmediatismo y la poca planificación para el futuro. (Lewis, 1961) Por lo tanto, el primer paso para superar el subdesarrollo es modificar las manifestaciones culturales de los países subdesarrollados. Para estudiosos del tema como De Venanzi lo fundamental desde la óptica sociológica del desarrollismo fue “la capacidad que mostró para sellar pactos entre diversos sectores sociales, y para garantizar una relativa paz social” (De Venanzi, 1997). Esto sin duda, se enmarca en un modelo político de democracia liberal, sumida en una profunda corrupción y un manejo de cuotas de poder entre burocracias gubernamentales y sectores empresariales, es decir, un Estado débil que asegure la expansión comercial.
 
Es evidente entonces, que estos planteamientos obedecen a una lógica de dominación hegemónica justificada en supuestos teóricos. No obstante, planteamientos de organismos como la CÉPAL, también han fracasado por plantearse modelos de desarrollo orientados en copiar los mismos patrones de consumo y producción de los países Industrializados.
 
El modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones es un ejemplo de ello, cuyo fracaso se evidencia, entre otros razones, porque persiguiendo el modelo de los países industrializados, requirió mucho capital y tecnología avanzada, lo cual frenó el proceso de acumulación, además originó una gran fuga de capitales y un predominio de empresas trasnacionales renuentes a la inversión. A esto se suma, la enorme deuda externa que contrajeron los países en desarrollo para salir del atraso, acompañado de los llamados Programas de Ajuste Estructural, cuya función era moldear la estructura política y económica de los países deudores hacia una arquitectura neo-liberal.
 
De igual modo, la CEPAL sostiene que debemos ver la equidad no como el resultado indirecto del crecimiento, sino como una precondición para lograr un crecimiento basado en la introducción de mejoras técnicas. Sin embargo, para superar la pobreza es preciso una política que apunte a modernizar la empresa y a elevar su productividad y la de su entorno, proponiendo la tradición neoestructuralista la cual permitiría resolver los problemas críticos del mercado (Ramos, 1995)
 
Reflexiones
 
Hacia dónde podría ir encaminada entonces una discusión teórica que nos permita efectivamente abordar el fenómeno del desarrollo y la pobreza en América Latina con propiedad, generando respuestas ajustadas a las verdaderas necesidades socio-económicas de los países en desarrollo. Una de las tesis que se discute, se refiere al tema de la Nueva Economía Institucional. Profundicemos un poco más.
 
En el artículo de la profesora Susana Valdivieso denominado ¿Nuevos aires en la teoría del desarrollo? (Valdivieso, 2006), se establece una crítica bien argumentada sobre algunos planteamientos y las concepciones que se tienen sobre lo que debería ser una Nueva Economía Institucional, en resumidas cuentas, sostiene que la NEI tal y como es planteada actualmente, no es más que una reformulación de los preceptos neoclásicos, concibiendo la misma lógica, pero concientes de que no existe la competencia perfecta, por esta razón, se insertan las instituciones como garante del sistema, justificando la intervención del Estado para garantizar que la economía de mercado funcione.
 
No obstante, existe en el texto de Valdivieso un elemento que nos parece fundamental para orientar la discusión teórica en torno al tema del desarrollo, no es mas que el término capital social.
 
El capital social representa el crecimiento del bienestar humano, la transmisión de conocimiento a todos los miembros de la sociedad en relación a tecnologías y mercado, incorporación de la sociedad en la toma de decisiones colectivas, coordinar actividades entre el gobierno y la comunidad, inserción de los sectores más desprovistos económicamente en el aparato productivo a través de políticas de empleo eficientes que aborden el problema de manera estructural y no coyuntural, altos niveles de educación de calidad en todos los estratos de la población. En este sentido, las instituciones deberían avocarse de manera eficiente a trabajar por estas metas.
 
Nos preguntamos cómo se construye este capital social, una respuesta es promover una sociedad civil deliberante y actuante, además de una ampliación de los sistemas electorales y los espacios para decidir; una revisión y modernización del sistema tributario y judicial; el fortalecimiento y la creación de mecanismos de evaluación del poder legislativo por parte de las comunidades; la generación de redes de cooperación y participación ciudadana a todas las escalas. (Valdivieso, 2006)
 
Es evidente, como lo afirmamos al inicio de este trabajo, que la discusión en torno al tema del desarrollo es muy vasta y contiene muchos matices, sin embargo, actualmente parece ser el factor social el principal elemento a considerar en la discusión teórica, bien sea para tapar los manchones que han dejado las teorías clásicas y neoclásicas; o para establecer un planteamiento teórico mucho más ajustado a la realidad latinoamericana y sus altos índices de pobreza.
 
Nosotros abogamos sin duda por la búsqueda de crear instituciones fuertes que promuevan la construcción de ese capital social del que hablamos para poder conducir al continente hacia un efectivo desarrollo sustentable.
 
 
Referencias
 
- De Venanzi, Augusto (1997). ¿Tiene sentido el desarrollo? ECOSOC. Venezuela, Caracas.
- Lewis, O. (1961), Antropología de la pobreza, F.C.E., México.
- Ramos, J. (1995), ¿es posible crecer con equidad?, Revista CEPAL, Vol. 56, agosto.
- Sunkel, Osvaldo. (1995), Desarrollo y subdesarrollo en América Latina”
- Valdivieso, Susana. (2006), ¿Nuevos aires en la teoría del desarrollo?, Revista Problemas del desarrollo revista latinoamericana de economía, Universidad Autónoma de México.
https://www.alainet.org/es/active/34168
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