Honduras

¿Cuál democracia?

Oscar Amaya Armijo

29/11/2009

Opinión

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Se insiste en que democracia es el poder del pueblo, así lo concibieron los griegos. Pero en los tiempos modernos, democracia significa el poder de las minorías, no cualquier minoría, sino las oligárquicas.

Esta democracia, y que alguien la bautizó de representativa, es la que defienden los Estados Unidos y sus pares oligárquicos de América Latina.

Es una democracia donde el 90% de los ciudadanos votan para que esa minoría oligárquica viva en el hartazgo, mientras que los primeros viven en el otro lado de la línea de la miseria.

Pero cuando los pueblos usan los mismos mecanismos de la democracia representativa para realizar cambios sociales y económicos, las minorías oligárquicas, desatan el terror y la represión para ahogar aquellos intentos de cambio.

Esto es lo que ocurre en Honduras, un intento de cambiar levemente las obsoletas estructuras económicas, desata una sangría, por parte de la oligarquía extranjera y beduina, con ayuda del Pentágono, que ya lleva seis meses, y con el peligro de volverse permanente.

La democracia hondureña es una de las más atrasadas del planeta, y lo demuestran todos los actos de terrorismo de estado que actualmente practica la oligarquía contra el pueblo hondureño.

Aquí, en Honduras, el 90% de los habitantes son pobres, pues los excedentes obtenidos en los procesos productivos se los quedan diez familias que controlan el poder absoluto, político y económico.

Este es el trasfondo del golpe de Estado perpetrado por esa minoría para entronizar en el país la dictadura y el fascismo.

Desde el 28 de junio hasta ahora que se celebran las espurias elecciones, ha campeado la persecución, los desaparecidos, los heridos y los asesinados. Adicionado a ello, la crisis económica comienza a golpear más a los sectores menos favorecidos de la hondureñidad.

Antes y después de las elecciones ilegítimas no hubo ni habrá democracia, al menos que se convoque a una Asamblea Nacional Constituyente, para que se abran las esclusas de la participación popular y se refunde el país sobre la base de la equidad y la solidaridad humanas.

Las actuales elecciones, con un marco interno represivo, no solamente profundizará la antidemocracia y la exclusión, sino que abre las posibilidades de que el conflicto pacífico que ha venido pregonando la Resistencia, se torne violento y usando otras formas y métodos de acción popular y político.

En Honduras no ha existido la democracia, lo prueban los múltiples y bárbaros ataques que sufre la población solamente por aspirar a tener una mayor y efectiva participación en la toma de decisiones fundamentales, y que tienen que ver con el desarrollo económico social y cultural del país.

Esta antidemocracia es la que defienden los Estado Unidos y sus lacayos oligárquicos en Honduras, por ello han desatado una cacería sin precedentes en contra de la población que exige no solamente revertir el golpe, sino también desconocer las elecciones absurdas e ilegítimas que quieren imponer.

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