Uso indebido de fuerza violenta estado de derecho
10/06/2003
- Opinión
Asunción, 11 de junio de 2003
Ante los hechos violentos contra manifestantes campesinos ocurridos
el pasado 3 de junio en Santa Rosa del Aguaray ordenada por la
fiscalía a cargo de una fuerza militar-policial conjunta, la
Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) expresa
cuanto sigue:
a.. Un Estado de Derecho se basa en el cumplimiento de una
legalidad que se sustenta y legitima en el estricto y riguroso
respeto de los derechos humanos de cada una de las personas sujetas
a su jurisdicción.
b.. La fiscalía autorizó una represión no ajustada al Estado de
Derecho al violar los Derechos Humanos de los manifestantes,
comprobados por nuestra organización, que incluyó:
a.. La golpiza generalizada de embarazadas, niños/as y personas de
la tercera edad, además de otros manifestantes;
b.. la quema y robo de carpas, ropas y enseres de los campesinos
acampados en las inmediaciones;
c.. la detención de 5 menores de edad;
d.. las torturas físicas y psicológicas de 27 detenidos;
e.. la muerte de 1 manifestante, heridas graves a otros 10 y leves
a unos 85.
1.. Responsabilizamos al Ministerio Público, representado por el
fiscal Lucio Aguilera, a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas
de cometer delitos en el cumplimiento de sus funciones pues no
agotaron todas las medidas de solución pacífica del conflicto,
utilizaron fuerza excesiva y uso de material antidisturbios indebido
para el fin pretendido. La prueba de ello es la muerte de uno de
los manifestantes y la gravedad en las lesiones de otros.
2.. Responsabilizamos al Gobierno del presidente Luis González
Macchi por adoptar políticas de seguridad que criminalizan las
legítimas manifestaciones y protestas de los sectores populares con
las sucesivas represiones registradas en los últimos meses en el
país a través del Ministerio del Interior, la Policía Nacional y las
Fuerzas Armadas.
Por ello exigimos:
a.. El retiro inmediato de las fuerzas militares destacadas en
Santa Rosa del Aguaray, pues no es su función constitucional y no
están preparados para los desafíos que allí se requieren; así como
la desmilitarización del Departamento de San Pedro en el cuál
periódicamente operan, como es de público conocimiento, fuerzas
militares conjuntas, nacionales y extranjeras, bajo la razón oficial
de lucha antiguerrillera o antiterrorista.
b.. El cumplimiento del acuerdo firmado por el gobierno con los
cedroneros el 24 de abril;
c.. El esclarecimiento y justicia a los responsables de la muerte,
torturas y tratos crueles y degradantes de los manifestantes
campesinos;
d.. La reposición o devolución de los bienes destruidos y robados
por las fuerzas de seguridad.
Por último, es necesario entender que estos problemas sociales han
sido generados por los malos gobiernos de las últimas décadas y que
la solución no se alcanzará dejándola en manos de los órganos
represivos sino con mecanismos de resolución pacífica de conflictos
y políticas públicas que favorezcan a toda la ciudadanía carenciada.
Para más información comunicarse con:
Pilar Royg, Servicio Paz y Justicia - SERPAJ Py. Tel: 481-333 / 481
– 340 / Cel (0971) 284290
Raquel Talavera, Centro por la Justicia y Derecho Internacional -
CEJIL Py. Tel: 208-615. Cel (0971) 208995
Eli Burró, Pastoral Social Nacional. Tel: 491-707 / 441-009
Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY). Tel: 449-
482
2. Informe Preliminar
Una delegación encabezada por Raquel Talavera del Centro por la
Justicia y el Derecho Internacional Cejil Paraguay, Pilar Royg de
Servicio Paz y Justicia Serpaj Py y Eli Burró de la Pastoral Social
Nacional, todas organizaciones integrantes de la Coordinadora por
los derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY), se dirigieron hasta
Santa Rosa del Aguaray para recabar informes, denuncias, testimonios
y pruebas de la represión policial en contra de los cedroneros el
martes último.
Este es un relevamiento preliminar preparado por el SERPAJ Py sobre
estos sucesos (*). Relatorio
Caso: Represión a los agricultores de Cedrón en Santa Rosa del
Aguaray
Antecedentes
El Cedrón Paraguay se empezó a cultivar en zonas del Departamento de
San Pedro hace aproximadamente tres años atrás. Dirigentes
colorados, en su mayoría, y liberales de San Pedro que también
trabajan como intermediarios para la comercialización de este
producto, empezaron a incentivar por aquellos tiempos el cultivo del
cedrón. En él vieron un buen negocio al detectar un pequeño mercado
en el exterior. Utilizaron sus influencias en la gobernación de la
región y en el gobierno de turno para que se aumentarán los
incentivos a tal cultivo. Con el paso del tiempo los agricultores
que se dedicaron al cultivo del cedrón fueron aumentando. Hoy se
sabe, según fuentes gubernamentales y de organizaciones campesinas,
que el número de familias campesinas dedicadas al cultivo alcanza
aproximadamente 2.300.
Los antecedentes del "conflicto de los cedroneros" nos llevan al
tiempo en que empezaron las promesas para la comercialización masiva
del producto en el exterior, lo que no resultó ser tal. Primero
porque el mercado internacional no aumentó su demanda del cedrón.
Segundo porque el Estado ineficiente no tomó las medidas apropiadas
para que el producto por lo menos se mantenga en su nivel de demanda
en el exterior. Y tercero porque, según denuncian los campesinos,
CADELPA boicoteó el cultivo al ver que afectaría la mano de obra que
se dedica al cultivo del algodón.
El conflicto propiamente comenzó en febrero pasado con la primera
movilización de los cedroneros. Un primer contingente aproximado de
670 campesinos había solicitado al Ministerio de Agricultura
indemnizaciones para resarcirlos del daño del fracaso del proyecto
del cultivo del producto. Agricultura accedió al pedido.
Inmediatamente después un segundo contingente de 1.680
aproximadamente también solicitó las indemnizaciones. Agricultura ,
luego de la primera movilización de los labriegos, también aceptó el
pedido. Pero pasó el tiempo y no vino la efectivización de la
indemnización. El 23 y 24 de abril pasados hubo otra movilización
para presionar por el desembolso inmediato. El 24 de abril, como
fruto de las presiones, el gobierno accedió a firmar un acuerdo.
Este contempla:
a.. verificación al azar del 20% de los cultivos de cedrón
b.. pago de 2 millones de gs. por hectárea en un plazo no mayor de
8 días.
c.. inicio de arreglos de camino en la primera semana de mayo
d.. distribución gratuita de útiles escolares
e.. Inmediata apertura de una filiar de la UNA.
El monto total de las indemnizaciones ascendía a 3.500 millones de
guaraníes. Ninguno de estos puntos fue cumplido por el gobierno.
El conflicto se reavivó.
Los cedroneros volvieron a la cargada el pasado 20 de mayo con una
movilización más, ante lo cual el Poder Ejecutivo autorizó por
decreto a Hacienda la transferencia de los 3.500 millones para el
pago de las indemnizaciones. Pero Agricultura volvió a trabar el
pago sosteniendo que deben ser verificadas la extensión total de los
cultivos (finca por finca) y que sólo desembolsará la plata a
aquellos que pasen la prueba de la verificación. Así llegamos a la
última manifestación que se inició en los últimos días de mayo y que
desembocó en la movilización con corte de ruta del 3 de junio, la
que fue brutalmente reprimida.
Relevamiento de datos de la represión.
La delegación de SERPAJ Py que se trasladó el fin de semana pasado
hasta Santa Rosa del Aguaray y San Pedro recabó las siguientes
informaciones sobre la represión a los cedroneros:
a.. Los cedroneros, apoyados por asentamientos de otras
organizaciones como la Coordinadora de Productores de San Pedro
Norte (alrededor de 400 manifestantes), cierran la Ruta III cerca de
las 11:00.
b.. El fiscal Lucio Aguilera y el oficial policial Oscar López
comunican a los manifestantes de la ilegalidad de la medida de
fuerza y advierten que si no abandonan la ruta, serán desalojados.
Los cedroneros se mantienen en la ruta.
c.. Un acción conjunta de las fuerzas publicas (militares y
policías, efectivos de la comisaría y antimotines) integrado por
cerca de 400 uniformados intervino. Se movilizaron dos carros
hidrantes. Primero lanzaron gases lacrimógenos y luego dispersaron
a los manifestantes de la ruta a cachiporrazos.
d.. Las fuerzas conjuntas persiguieron a los manifestantes y
empezaron a sonar las armas de fuego. Los campesinos alcanzados por
los efectivos fueron brutalmente golpeados con golpes de puño, de
pies, cachiporras, culatas de fusil. Los 32 atrapados fueron
sometidos a durísimas golpizas. Los campesinos que se refugiaron en
el local del IBR, a 100 metros del lugar, fueron castigados con
furia por la policía. También destruyeron el campamento de los
campesinos, cercano al lugar de la manifestación.
e.. El resultado de la represión: tres campesinos heridos
gravemente con arma de fuego (uno ya falleció), 20 heridos con armas
contundentes, 32 detenidos. Las fuerzas públicas destruyeron
completamente el campamento de los campesino: hurtaron objetos y
bienes, quemaron carpas y ropas.
Durante la visita a la Penitenciaria de San Pedro se verificó el
estado de salud y se conversó con los 27 detenidos (5 menores fueron
puestos en libertad). Ernesto Benítez, José Rodríguez, Salomón
Ocampos, Ramón Morel, Rigoberto González, Aníbal Maíz y varios otros
relataron que fueron torturados física y sicológicamente en la
comisaria de Santa Rosa y en el local del IBR. Se ensañaron con los
líderes detenidos a quienes sometieron a escarnios frente a sus
compañeros. Los referentes, dijeron, recibieron abierta amenaza de
muerte de la policía.
El testimonio de Cristino Peralta, periodista corresponsal del
diario ABC Color en San Pedro (el único hombre de prensa presente en
el momento de la represión) es revelador. Peralta dijo: "Fue una
masacre. La correlación de fuerzas fue desproporcionada.
Centenares de efectivos militares y policiales garrotearon y jugaron
a matar con armas de fuego a los campesinos. Los que fueron
atrapados tras la persecución fueron sometidos a golpes terribles.
La policía y los militares se ensañaron con ellos. Yo observé a un
francotirador cuando se iba a apostar en un techo. Cuando se
percató de que lo había visto, se escondió. He visto cómo golpearon
a Ernesto Benítez entre cinco o seis. También vi cómo el fiscal
Aguilera prácticamente dirigía a los policías en la represión,
alentándolos a golpear a los campesinos. A mi me amenazaron de
muerte el día siguiente de la represión, porque no les gustaron las
fotos que quite de la represión".
(*) Informe elaborado por Arístides Ortiz del SERPAJ Py
Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY)
https://www.alainet.org/es/active/3854
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