El turismo, pervertido a insidiosa fuente de pobreza
26/06/2003
- Opinión
Dos proyectos turísticos arrebatan en Perú a 10.000 campesinos y
pescadores sus bases de vida. Liquidación de un paísz
¡Huellas de culturas pretéritas, ruinas de ciudades a 3.000 metros de
altitud, rafting en torrentes salvajes, descanso en playas de arena
intacta y agua de temperatura tropical! Con estos o muy parecidos
slogans podrían pronto alardear las agencias de todo el mundo
anunciando dos nuevas áreas turísticas de lujo exclusivo en el norte
de Perú: Playa Hermosa en Tumbes y Kuélap en Amazonas.
Tras la „privatización" de minas, puertos, aeropuertos, agua, y
energía eléctrica, quedan aún, como propiedades no enajenadas del
pueblo peruano, los atractivos paisajes turísticos y los monumentos
de la cultura inca y sus antecesoras. Los que se benefician de esas
„privatizaciones" son extranjeros interesados, a quienes se otorga
además una muy amplia exención de impuestos. Como próxima
„privatización" planea el Gobierno Peruano la comercialización
turística de extensas regiones del país para consorcios extranjeros,
con derechos excluyentes de utilización. Lo que significa la
expropiación y el despojo de la base de vida de unos 10.000
campesinos y pescadores. Aunque tales expropiaciones violan la
Constitución peruana, el Gobierno, a espaldas de la población
afectada, lleva adelante jurídicamente las „privatizaciones".
Playa Hermosa, junto a Tumbes, cerca de la frontera ecuatoriana,
hasta ahora una playa de arena prácticamente intacta, sobre aguas
limpias e incontaminadas del Pacífico y en un atractivo entorno
tropical, ha sido declarada por ley „zona intangible" en una longitud
de nueve kilómetros, y de un kilómetro mar adentro. Es decir, el
Estado se reserva el poder exclusivo de disposición sobre la zona en
cuestión. Y la misma suerte ha caído sobre 1.000 hectáreas de
propiedad privada de los vecinos cultivadores de arroz y de bananas,
a quienes se obliga a vender al Estado sus respectivas propiedades,
por una parte mínima de su verdadero valor. El Gobierno tiene el plan
de traspasar su derecho exclusivo de disposición, por un periodo de
50/60 años, a extranjeros interesados para que construyan
instalaciones hoteleras de lujo, con campos de tenis, golf, etc.,
para turismo de lujo excluyente.
Si los campesinos propietarios se resisten a vender sus tierras por
el precio que el Gobierno ofrece, serán expropiados sin
indemnización, aunque cada uno de ellos tiene su escritura de
propiedad. La propiedad privada de los campesinos está protegida por
el art. 132 de la Constitución. La indemnización ofrecida cubre como
máximo las deudas que tuvieron que contraer los campesinos para hacer
frente a los daños causados por las inundaciones de 1997 (El Niño).
La „privatización" impediría a los pescadores el acceso al mar. Les
haría imposible no sólo la pesca, sino la cría de la langosta. La
base existencial de numerosos pueblecitos de pescadores quedaría
aniquilada, las familias se encontrarían frente a la nada. „Ellos
dicen que todos nos beneficiaremos del turismo. Pero, ¿cómo? Ninguno
de nosotros habla inglés, nunca hemos aprendido otra cosa que a
cultivar nuestras tierras", dice un campesino señalando sus verdes
campos de arroz. „¿De qué van a vivir mis hijos, si nos quitan la
tierra?"
Las leyes que autorizan esa „privatización" están ya en vigor. No
falta más que la firma de un extranjero interesado. El 20 de junio
2003 se publicaron en Lima las declaraciones del Vicepresidente de la
República y también ministro de Turismo, Raúl Díez Canseco,
expresando que „entre el 20 y 25 de agosto próximo se realizará la
concesión internacional de Playa Hermosa". Esto significa que en ese
mes, o quizá ya en julio del 2003 se ejecutaría la expropiación de
las tierras de los agricultores de Playa Hermosa y que los pescadores
ya no tendrán acceso al mar. Además, todas estas gentes serían
expulsadas de sus propiedades. Si alguno de los afectados quiere
quedarse, necesita obtener de esas empresas extranjeras una
„concesión", un permiso de utilización, en el que se fija
unilateralmente -es decir, desde arriba- el precio y las
condiciones de la utilización. ¿Se atienen esas leyes de
„privatización" a la Constitución peruana? Jurisconsultos en Lima,
independientes del Gobierno, dicen: „No". Lo evidente es que los
planes del Gobierno, enderezados a saciar el afán de lucro de
inversionistas extranjeros, violan Derechos Humanos.
Antes de la promulgación de la ley de „privatización" de Playa
Hermosa, ni fueron informados los campesinos afectados, ni los
representantes de sus asociaciones fueron admitidos a la
deliberación. Las reclamaciones y peticiones de anulación de ley
fueron desoídas. Ahora, los representantes de las asociaciones de
campesinos intentan impugnar la ley por vía judicial. En primera
instancia; el proceso no ha tenido éxito; no es de esperar que lo
vaya a tener en la segunda y última. „No nos oponemos al desarrollo
del turismo en Perú, al contrario. Pero exigimos que el turismo sirva
para una mejora de la calidad de vida de los habitantes de nuestra
región , o por lo menos que el Estado nos pague un precio justo por
nuestra tierras. Sólo así tendríamos siquiera una posibilidad, la
única, de un nuevo comienzo -con todo lo que eso supone a mitad de
la vida", dice Rositte Rosales Medina, Presidente de la asociación de
cultivadores de arroz de la región. Pero quizá se dé un milagro, o un
vuelco en la política internacional, que obliga al Gobierno de Lima a
pensárselo mejor.
Los planes del Gobierno respecto a Kuélap son prácticamente los
mismos. Kuélap es uno de los complejos de ruinas preincaicas
arquelógicamente más importantes del Perú. Aquí floreció la cultura
de los Chachapoyas desde el siglo X hasta su conquista por los Incas
en el siglo XV. Estos, tras 70 años de dominio, tuvieron que dejar
esta ciudad a los conquistadores españoles. Los sucesores en buen
derecho, decenas de familias en el pueblo de Kuélap, debajo del
complejo arqueológico, y otros centenares de familias de pueblos
vecinos a la fortaleza, prevén con temor la tercera
„colonialización", esta vez por consorcios turísticos extranjeros.
Hasta ahora, los habitantes del pueblecito de Kuélap habían venido
cuidando de la conservación de las ruinas, por respeto a sus
antepasados de la cultura chachapoya. Mediante la intervención del
Gobierno, tanto las ruinas mismas, como algunos otros restos menores
de los alrededores van a ser abiertas -léase „entregadas"- a los
promotores del turismo de lujo y excluyente.
El hecho de que también aquí haya sonado el término „zona
intangible", no permite presagiar nada bueno, a pesar de las campañas
de opinión pública que el Gobierno organiza. En una Resolución
Suprema de diciembre 2001, firmada por el Presidente Toledo, el
Vicepresidente Raúl Díez Canseco, ya antes citado, y el entonces
Ministro de Economía y Finanzas Pedro Pablo Kuczynski, Playa Hermosa
y Kuélap se mencionan en un mismo contexto, declarándolas „áreas de
la industria turística". Parece que todo el pueblecito de Kuélap va a
ser declarado „zona intangible"; pero qué significa ese término para
la construcción de instalaciones hoteleras, o para la utilización de
sus tierras, y cuáles son concretamente éstas, es, por sorprendente
que parezca, „estrictamente confidencial". Juanita Rubio, cuya
familia vive desde generaciones en Kuélap -y precisamente de la
agricultura para las propias necesidades, fuera de alguna venta de
papas- formula así las inquietudes de los habitantes de la aldea:
„Cada vez recibimos informaciones diferentes: privatización sí,
privatización no. Tendremos que abandonar nuestros campos, ¿sí o no?
Nadie entiende aquí de leyes. ¿Cómo defendernos, si no sabemos ni
siquiera contra qué? Exigimos que se nos diga de qué vamos a vivir
en adelante".
Es manifiesto que los planes son más concretos de lo que el Gobierno
admite. La carretera a Kuélap, que existe desde principios de los
años 90, está siendo mejorada por el Gobierno para hacer de ella una
buena carretera. „Iluminaremos las ruinas por la noche para hacerlas
más atractivas al turismo", dice con orgullo el señor Manuel Cabañas
López, funcionario del Gobierno Regional del Departamento Amazónico
peruano, comentando los planes de desarrollo turístico de la región.
El abastecimiento de corriente eléctrica al pueblecito de Kuélap,
ubicado a sólo 200 metros de las ruinas, no está ni siquiera
planeado, ya que el Estado piensa desalojar a la población. Ya a las
seis de la tarde, la aldeíta se sumerge en la obscuridad. La
preparación de la comida, los deberes escolares, todo se hace con luz
de velas, quizás pronto (para los pobladores que queden después del
desalojo forzoso, si es que alguno queda) al resplandor de las ruinas
iluminadas -imagen y símbolo de lo que realmente interesa al
Neoliberalismo, que sigue presidiéndolo todo, aun en la „era Toledo",
-de Alejandro Toledo, el autonombrado sucesor del legendario Inca
Pachacuti.
* Claudia Pape. Lima/Bonn (ALASEI)
https://www.alainet.org/es/active/3986
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