El turismo, pervertido a insidiosa fuente de pobreza: dos proyectos turísticos arrebatan en Perú a 10.000 campesinos y pescadores sus bases de vida.

Liquidación de un país

13/07/2003
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¡Huellas de culturas pretéritas, ruinas de ciudades a 3.000 metros de altitud, rafting en torrentes salvajes, descanso en playas de arena intacta y agua de temperatura tropical! Con estos o muy parecidos slogans podrían pronto alardear las agencias de todo el mundo anunciando dos nuevas áreas turísticas de lujo exclusivo en el norte de Perú: Playa Hermosa en Tumbes y Kuélap en Amazonas. Tras la "privatización" de minas, puertos, aeropuertos, agua, y energía eléctrica, quedan aún, como propiedades no enajenadas del pueblo peruano, los atractivos paisajes turísticos y los monumentos de la cultura inca y sus antecesoras. Los que se benefician de esas "privatizaciones" son extranjeros interesados, a quienes se otorga además una muy amplia exención de impuestos. Como próxima "privatización" planea el Gobierno Peruano la comercialización turística de extensas regiones del país para consorcios extranjeros, con derechos excluyentes de utilización. Lo que significa la expropiación y el despojo de la base de vida de unos 10.000 campesinos y pescadores. Aunque tales expropiaciones violan la Constitución peruana, el Gobierno, a espaldas de la población afectada, lleva adelante jurídicamente las "privatizaciones". Playa Hermosa, junto a Tumbes, cerca de la frontera ecuatoriana, hasta ahora una playa de arena prácticamente intacta, sobre aguas limpias e incontaminadas del Pacífico y en un atractivo entorno tropical, ha sido declarada por ley "zona intangible" en una longitud de nueve kilómetros, y de un kilómetro mar adentro. Es decir, el Estado se reserva el poder exclusivo de disposición sobre la zona en cuestión. Y la misma suerte ha caído sobre 1.000 hectáreas de propiedad privada de los vecinos cultivadores de arroz y de bananas, a quienes se obliga a vender al Estado sus respectivas propiedades, por una parte mínima de su verdadero valor. El Gobierno tiene el plan de traspasar su derecho exclusivo de disposición, por un periodo de 50/60 años, a extranjeros interesados para que construyan instalaciones hoteleras de lujo, con campos de tenis, golf, etc., para turismo de lujo excluyente. Si los campesinos propietarios se resisten a vender sus tierras por el precio que el Gobierno ofrece, serán expropiados sin indemnización, aunque cada uno de ellos tiene su escritura de propiedad. La propiedad privada de los campesinos está protegida por el art. 132 de la Constitución. La indemnización ofrecida cubre como máximo las deudas que tuvieron que contraer los campesinos para hacer frente a los daños causados por las inundaciones de 1997 (El Niño). La "privatización" impediría a los pescadores el acceso al mar. Les haría imposible no sólo la pesca, sino la cría de la langosta. La base existencial de numerosos pueblecitos de pescadores quedaría aniquilada, las familias se encontrarían frente a la nada. "Ellos dicen que todos nos beneficiaremos del turismo. Pero, ¿cómo? Ninguno de nosotros habla inglés, nunca hemos aprendido otra cosa que a cultivar nuestras tierras", dice un campesino señalando sus verdes campos de arroz. "¿De qué van a vivir mis hijos, si nos quitan la tierra?" Las leyes que autorizan esa "privatización" están ya en vigor. No falta más que la firma de un extranjero interesado. El 20 de junio 2003 se publicaron en Lima las declaraciones del Vicepresidente de la República y también ministro de Turismo, Raúl Díez Canseco, expresando que "entre el 20 y 25 de agosto próximo se realizará la concesión internacional de Playa Hermosa". Esto significa que en ese mes, o quizá ya en julio del 2003 se ejecutaría la expropiación de las tierras de los agricultores de Playa Hermosa y que los pescadores ya no tendrán acceso al mar. Además, todas estas gentes serían expulsadas de sus propiedades. Si alguno de los afectados quiere quedarse, necesita obtener de esas empresas extranjeras una "concesión", un permiso de utilización, en el que se fija unilateralmente -es decir, desde arriba- el precio y las condiciones de la utilización. ¿Se atienen esas leyes de "privatización" a la Constitución peruana? Jurisconsultos en Lima, independientes del Gobierno, dicen: "No". Lo evidente es que los planes del Gobierno, enderezados a saciar el afán de lucro de inversionistas extranjeros, violan Derechos Humanos. Antes de la promulgación de la ley de "privatización" de Playa Hermosa, ni fueron informados los campesinos afectados, ni los representantes de sus asociaciones fueron admitidos a la deliberación. Las reclamaciones y peticiones de anulación de ley fueron desoídas. Ahora, los representantes de las asociaciones de campesinos intentan impugnar la ley por vía judicial. En primera instancia; el proceso no ha tenido éxito; no es de esperar que lo vaya a tener en la segunda y última. "No nos oponemos al desarrollo del turismo en Perú, al contrario. Pero exigimos que el turismo sirva para una mejora de la calidad de vida de los habitantes de nuestra región , o por lo menos que el Estado nos pague un precio justo por nuestra tierras. Sólo así tendríamos siquiera una posibilidad, la única, de un nuevo comienzo -con todo lo que eso supone a mitad de la vida", dice Rositte Rosales Medina, Presidente de la asociación de cultivadores de arroz de la región. Pero quizá se dé un milagro, o un vuelco en la política internacional, que obliga al Gobierno de Lima a pensárselo mejor. Los planes del Gobierno respecto a Kuélap son prácticamente los mismos. Kuélap es uno de los complejos de ruinas preincaicas arquelógicamente más importantes del Perú. Aquí floreció la cultura de los Chachapoyas desde el siglo X hasta su conquista por los Incas en el siglo XV. Estos, tras 70 años de dominio, tuvieron que dejar esta ciudad a los conquistadores españoles. Los sucesores en buen derecho, decenas de familias en el pueblo de Kuélap, debajo del complejo arqueológico, y otros centenares de familias de pueblos vecinos a la fortaleza, prevén con temor la tercera "colonialización", esta vez por consorcios turísticos extranjeros. Hasta ahora, los habitantes del pueblecito de Kuélap habían venido cuidando de la conservación de las ruinas, por respeto a sus antepasados de la cultura chachapoya. Mediante la intervención del Gobierno, tanto las ruinas mismas, como algunos otros restos menores de los alrededores van a ser abiertas -léase "entregadas"- a los promotores del turismo de lujo y excluyente. El hecho de que también aquí haya sonado el término "zona intangible", no permite presagiar nada bueno, a pesar de las campañas de opinión pública que el Gobierno organiza. En una Resolución Suprema de diciembre 2001, firmada por el Presidente Toledo, el Vicepresidente Raúl Díez Canseco, ya antes citado, y el entonces Ministro de Economía y Finanzas Pedro Pablo Kuczynski, Playa Hermosa y Kuélap se mencionan en un mismo contexto, declarándolas "áreas de la industria turística". Parece que todo el pueblecito de Kuélap va a ser declarado "zona intangible"; pero qué significa ese término para la construcción de instalaciones hoteleras, o para la utilización de sus tierras, y cuáles son concretamente éstas, es, por sorprendente que parezca, "estrictamente confidencial". Juanita Rubio, cuya familia vive desde generaciones en Kuélap -y precisamente de la agricultura para las propias necesidades, fuera de alguna venta de papas- formula así las inquietudes de los habitantes de la aldea: "Cada vez recibimos informaciones diferentes: privatización sí, privatización no. Tendremos que abandonar nuestros campos, ¿sí o no? Nadie entiende aquí de leyes. ¿Cómo defendernos, si no sabemos ni siquiera contra qué? Exigimos que se nos diga de qué vamos a vivir en adelante". Es manifiesto que los planes son más concretos de lo que el Gobierno admite. La carretera a Kuélap, que existe desde principios de los años 90, está siendo mejorada por el Gobierno para hacer de ella una buena carretera. "Iluminaremos las ruinas por la noche para hacerlas más atractivas al turismo", dice con orgullo el señor Manuel Cabañas López, funcionario del Gobierno Regional del Departamento Amazónico peruano, comentando los planes de desarrollo turístico de la región. El abastecimiento de corriente eléctrica al pueblecito de Kuélap, ubicado a sólo 200 metros de las ruinas, no está ni siquiera planeado, ya que el Estado piensa desalojar a la población. Ya a las seis de la tarde, la aldeíta se sumerge en la obscuridad. La preparación de la comida, los deberes escolares, todo se hace con luz de velas, quizás pronto (para los pobladores que queden después del desalojo forzoso, si es que alguno queda) al resplandor de las ruinas iluminadas -imagen y símbolo de lo que realmente interesa al Neoliberalismo, que sigue presidiéndolo todo, aun en la "era Toledo", -de Alejandro Toledo, el autonombrado sucesor del legendario Inca Pachacuti. * Claudia Pape. ALASEI-Bonn Lima/Bonn (ALASEI), julio 2003 - Como complemento a este informe ofrecemos fotos en color de Kuélap y sus alrededores, así como de Playa Hermosa/Tumbes. Este material gráfico es también apropiado para una exposición fotográfica sobre el tema: "El turismo, pervertido a insidiosa fuente de pobreza -: dos proyectos turísticos arrebatan en Perú a 10.000 campesinos y pescadores sus bases de vida. Liquidación de un país". Preguntas a: Gunter Weller ALASEI - Bonn Agencia Latinoamericana de Servicios Especiales de Información Michaelstrasse 7 - D-53111 Bonn (Alemania)el 0049228 - 69 77 22 | Fax 0049228 - 721 79 59 | E-mail: EduardoEspert@aol.com http://mitglied.lycos.de/japz/alasei.htm
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