El impacto de Mercosur en la integración regional

29/08/2012
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Mercosur representa, sin duda, el acuerdo comercial más grande de América Latina y por su capacidad productiva e industrial, según diversos analistas, se ubica como la quinta potencia mundial. El reciente ingreso de Venezuela potencia al bloque.
 
Las cifras del Mercado Común del Sur (Mercosur) crecieron luego del ingreso de Venezuela al bloque comercial. La población pasó de 245 millones de personas a 275 millones, lo que representa más del 75 por ciento de la población suramericana. Asimismo el Producto Interno Bruto (PIB) se incrementó en 11 por ciento. De ser 2,96 billones de dólares pasó a US$ 3,28.
Mensaje político
Más allá de las alentadoras cifras de producción, la consolidación del Mercosur supone, entre otras, tres cosas. En primer lugar, tiene un mensaje político muy claro de unidad suramericana en un contexto de incertidumbre económica y financiera mundial. Esto es relevante cuando las tres grandes potencias de América del Sur suelen estar en los ojos de la crítica internacional, de manera justificada o no.
Brasil es siempre observado con desconfianza por las potencias mundiales, más aún cuando se juntó con otros países emergentes para formar los BRICS. Argentina es posicionada en gran parte de la prensa internacional como el desastre económico, peor aún luego de la expropiación de Yacimientos Petrolíferos Federales (YPF).
Sin duda, para Venezuela, uno de los países más cuestionados del mundo, obtener el respaldo político de este bloque comercial –que cuenta con dos grandes de las ligas mayores (el G20)- es el principal incentivo para sumarse al Mercosur, pese a que puede ser riesgoso y limitar el crecimiento de sus industrias.
Unión aduanera
En segundo lugar, el Mercosur es una unión aduanera, y cómo tal, sus intereses son principalmente económicos y comerciales. El mercado ampliado de Venezuela sería el principal incentivo de Argentina y Brasil para incorporar a dicho país, aún en circunstancias cuestionadas, sin la aprobación del Congreso de Paraguay y aprovechando su suspensión.
Dicho mercado sustituye, en parte, las exportaciones que fueron restringidas en sus países (protegidas por políticas de defensa comercial) desviando parte de ellas a Venezuela, y dándose una tregua para poder seguir protegiendo a sus industrias sin generar problemas con un socio comercial.
Por otro lado, existe una indiscutible fortaleza energética en el Mercosur ampliado. Ya las hidroeléctricas paraguayas se constituían en una reserva que aseguraba cierta estabilidad en el flujo de energía de los países miembros del Mercosur (especialmente de Argentina y Brasil), pero con la incorporación de Venezuela, que tiene las mayores reservas de hidrocarburos líquidos pesados y extra pesados probadas del mundo, el bloque adquiere una potencialidad de carácter mundial que puede solventar el crecimiento de sus industrias.
Nuevos socios
En tercer lugar, Ecuador y Bolivia, países asociados del bloque ya han manifestado su interés en convertirse también en socios plenos. Por ello, la entrada de Venezuela al Mercosur puede hacer de catalizador y apurar esos procesos.
En tal sentido, la integración regional, que debió ser una convergencia y confluencia de los procesos ya existentes (Comunidad Andina de Naciones CAN y Mercosur) está adoptando una nueva tónica. La preferencia de Perú y Colombia por acuerdos de libre comercio está haciendo que el Mercosur se fortalezca con los retazos de una debilitada Comunidad Andina, y muy posiblemente se consolide como el bloque comercial más importante de América del Sur.
El contexto actual se presenta propicio para un relanzamiento del Mercosur que, aunque importante, no ha tenido la relevancia prevista.
Por un lado, la entrada de Venezuela afectará la dinámica de negociación del bloque –previamente liderada por los dos grandes- pues sumar a un tercero, mediano pero con importantes recursos para negociar, podría flexibilizar al grupo y darle la dinamicidad que requiere en un contexto actual de crisis internacional.
Existe una indiscutible fortaleza energética en el Mercosur ampliado. Ya las hidroeléctricas paraguayas se constituían en una reserva que aseguraba cierta estabilidad en el flujo de energía de los países miembros del Mercosur (especialmente de Argentina y Brasil), pero con la incorporación de Venezuela, que tiene las mayores reservas de hidrocarburos líquidos pesados y extra pesados probadas del mundo, el bloque adquiere una potencialidad de carácter mundial.
De otro lado, la crisis ha resaltado las políticas proteccionistas y de defensa comercial de los principales socios, en las que superponen sus objetivos nacionales por sobre su interés integracionista.
A ciencia cierta, estas medidas han limitado la completa consolidación del Mercosur. Pero luego del impacto de pequeñas guerras comerciales, los socios han confirmado la interdependencia de sus economías y la necesidad de complementar sus industrias. De este modo, están optando por solucionar sus diferencias comerciales, por ejemplo, con el acuerdo previsto entre Brasil y Argentina para sustituir US$ 37 mil millones en importaciones del sector automotriz.
Mercosur y el resto de América del Sur
Para el Perú (y presumiblemente para los países andinos), Venezuela era un mercado importante que se vio restringido con su salida de la CAN. Recientemente, a través de diversos acuerdos bilaterales se están recuperando las exportaciones de productos no tradicionales a dicho país. Específicamente, las exportaciones de confecciones de Perú registraron en el primer semestre del año un crecimiento acumulado interanual de 12,5 por ciento, gracias a que las exportaciones a Venezuela crecieron en 180,3 por ciento.
Sin embargo, con el ingreso al Mercosur se puede generar un retroceso de las relaciones comerciales, debido al arancel externo común que deberá adoptar tarde o temprano.
Por otra parte, en la Unión de Naciones Suramericanas – Unasur, la integración avanza a paso diligente en aspectos políticos, pero con respecto a la integración comercial no existe una voluntad de los países para debatir el tema. El Mercosur repotenciado, con asociados incluidos, pareciera que se convertirá en el foro de discusión sobre los temas comerciales de casi toda la región, y la Unasur posiblemente siga sin tenerlo como prioridad en su agenda.
Dos bloques
Esto, en la práctica, llevaría a la división de la región en dos bloques regionales. Por un lado, casi toda América del Sur integrada bajo un arancel externo común; por otro lado, la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, Perú y México) con una mirada más hacia fuera que hacia sus vecinos, gracias a los TLCs. La existencia de estos dos bloques contrapuestos comercialmente, dificultará una cabal integración regional en la Unasur o, por lo menos, la hará cojear de su pata comercial.
De todos modos, está claro que ambos bloques aún están en proceso de consolidación. Para la Alianza del Pacífico, las restricciones comerciales de sus socios del Mercosur son un problema. Como en la historia del huevo y la gallina, no se sabe si es que ellos no quisieron comerciar con el Mercosur, o simplemente no pudieron y por eso se abrieron a nuevos mercados.
Por su parte, algunos países del Mercosur aún no reciben de ese bloque todo lo que esperan, y por eso Uruguay y Paraguay miran con interés a la Alianza del Pacífico y buscan ser observadores. En definitiva, no sólo la consolidación de cada uno de los bloques, sino de la unión suramericana, pasa por un entendimiento político entre ambos acuerdos comerciales.
Tal vez la Asociación Latinoamericana de Integración – Aladi, como marco general que rige el comercio en la región, podría jugar un rol al respecto, para lo cual un paso adelante es la reciente reunión convocada para discutir la convergencia de los distintos mecanismos de integración.
 
- Oriana Suárezes Analista de políticas internacionales, asesora parlamentaria y consultora asociada a Latindadd.
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