Letelier no iba a ser el único
Los vuelos del "Condor"
24/03/2004
- Opinión
Según ha anunciado el National Security Archive de la George
Washington University (1), un nuevo libro publicado en Estados
Unidos revela que en 1976 la dictadura cívico-militar uruguaya había
planeado el asesinato del congresista estadounidense Edward Koch,
autor de la ley que suspendió la ayuda militar al país del sur. La
especie ya era conocida en los círculos de los defensores de los
Derechos Humanos, pero hasta ahora no se habían conseguido las
pruebas concretas que sí aporta este libro.
Se trata de "Los Años del Cóndor: Cómo Pinochet y sus aliados
llevaron el terrorismo a tres continentes," (The Nes Press 2004). En
él, su autor -John Dinges- aporta documentos y testimonios acerca de
las operaciones que las dictaduras del Cono Sur integrantes de la
coordinación terrorista conocida como "Plan Cóndor" (las de Chile,
Argentina, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay) realizaron o
intentaron realizar en terceros países. En lo que atañe a Uruguay,
Dinges prueba que hacia mediados de 1976 la Agencia Central de
Información (CIA) tomó noticia de una conversación mantenida entre
dos oficiales del ejército uruguayo, en la que planificaban el
asesinado de Koch, como represalia por haber impulsado el fin de la
ayuda militar estadounidense a Uruguay (la por eso llamada "Enmienda
Koch"), en razón de las terribles violaciones a los derechos humanos
que se cometían en ese país con ese dinero. (2)
De acuerdo a los documentos obtenidos por Dinges y a entrevistas que
realizó para la preparación de su libro, a fines de julio de 1976 el
jefe de la estación de la CIA en Montevideo -Frederick Latrash-
recibió información que indicaba que estos dos oficiales uruguayos
de inteligencia de alto nivel, planificaban pedir a la policía
secreta pinochetista, la DINA, que enviara agentes a los Estados
Unidos para asesinar a Koch. Sin embargo Latrash quitó trascendencia
al asunto, en virtud de que cuando evaluaron esa posibilidad, ambos
militares se hallaban en estado de ebriedad. Claro, el jefe
montevideano de la CIA no estaba al tanto de que el etílico era (es)
el estado más común de los violadores de los derechos humanos
uruguayos; y que no precisaban estar sobrios para planificar y
cometer sus peores crímenes. Latrash pensó que sólo se trataba de
"bravatas de borrachos," y sus superiores tomaron la noticia con
pinzas, ni siquiera advirtiendo al congresista Koch del peligro que
corría.
Pero esos "dos altos oficiales de la inteligencia militar" no eran
dos oficiales cualunque. Uno de ellos era el coronel José Fons,
quien fungiera como el representante uruguayo en la reunión secreta
por la que se creó el Plan Cóndor en noviembre de 1975 en Santiago
de Chile. El otro de los complotados, era nada más y nada menos que
el entonces Mayor del Ejército José Gavazzo. En un memorándum
secreto del Departamento de Estado de aquella época, Gavazo era
definido como "una figura aparentemente peligrosa," y en verdad sí
lo era. Como lo señala el mismo Dinges, "fue él quien encabezó el
equipo de oficiales de inteligencia que en 1976 trabajó en
operaciones que resultaron en el secuestro y la muerte de más de
cien uruguayos." Las principales operaciones de Gavazzo se
desarrollaron en la ciudad de Buenos Aires, donde secuestraba,
desaparecía, asesinaba y robaba sus hijos a los exiliados políticos
uruguayos. En virtud de la Ley de Impunidad uruguaya, no sólo nunca
fue castigado por sus crímenes, sino que vuelta la democracia, fue
ascendido a coronel.
Sólo luego de que el 21 de septiembre de 1976 los agentes chilenos
asesinaran al ex canciller del gobierno de Salvador Allende, Orlando
Letelier, en la mismísima ciudad de Washington; la CIA se dio cuenta
de que la cosa iba en serio. Es así que -dos meses después de
manejar la información- advirtió entonces a Koch del peligro que
corría. En una reciente entrevista, Koch recordó que en octubre de
1976, el entonces director de la CIA, George Bush padre, solamente
le dijo que "se cuidara." El de Letelier fue considerado en su
momento como el más importante acto de terrorismo internacional
nunca cometido en Estados Unidos, e hizo abrir los ojos a las
agencias estadounidenses de seguridad acerca de los verdaderos
peligros del Plan Cóndor, y de su capacidad para rastrear y asesinar
a sus oponentes dentro y fuera de América Latina.
Dinges revela en su libro que fue recién durante una reunión
efectuada el 30 de Julio de 1976 entre oficiales de la CIA y del
Departamento de Estado cuando la agencia compartió por primera vez
la información que disponía del Plan Cóndor, al que se describió
como una "organización (que) está emergiendo con un rol mucho más
activo, incluyendo específicamente el de identificar, localizar y
'golpear' a los líderes de la guerrilla," y que habían "preocupantes
desarrollos en sus actitudes operacionales." En este sentido, en su
libro Dinges concluye que los oficiales estadounidenses que actuaron
en este asunto, bien podían haber evitado el asesinato de Letelier:
"Cuando los planes terroristas de nuestros enemigos son
descubiertos, la amenaza es exagerada en gran forma y se le da la
mayor publicidad," dijo, trazando un paralelo con el debate en curso
sobre los fallos de la inteligencia en Irak; "pero cuando los planes
terroristas de nuestros aliados son descubiertos: son minimizados y
mantenidos en secreto. Eso es lo que pasó con la información del
Cóndor que hubiera evitado el asesinato de Letelier, y eso es lo que
la CIA hizo también con la información acerca del complot contra
Koch."
Advertido entonces de que su vida corría peligro pero sin saber por
qué, a mediados de Octubre de 1976, Koch escribió al Departamento de
Justicia solicitando protección del FBI, y que se le proporcionara
"cualquier información adicional relacionada a este asunto que haya
en vuestros archivos y que yo deba conocer." No le dieron nada. Y
hasta que Dinges se lo contó en una entrevista que le realizó en
2001, Koch tampoco sabía nada de la conexión entre las amenazas a su
vida y las operaciones de asesinato del Cóndor, de las que la CIA -
en cambio- ya tenía información concreta en el junio de 1976. Como
resultado de ese encuentro con Dinges, Koch pidió a la CIA y a otras
agencias explicaciones acerca de por qué él no había sido advertido
inmediatamente de la amenaza terrorista que pendía sobre su vida. La
CIA declinó desclasificar los relevantes reportes, y le envió a Koch
una carta con su explicación por la demora: "El análisis inicial de
la Agencia sobre estos comentarios (la conversación de los militares
uruguayos planeando asesinar a Koch) fue que no eran más que
bravatas inducidas por el alcohol."
Los Departamentos de Estado y de Justicia sí le entregaron varios
documentos desclasificados a Koch, pero muchos detalles fueron
previamente borrados. De todas maneras, revelan que luego del
asesinato de Letelier, el Departamento de Estado tomó medidas para
que ninguno de esos dos oficiales (o algún otro relacionado con el
Plan Cóndor) pudiera entrar a los Estados Unidos. Fue una medida
oportuna, porque pocos meses después, hacia fines de ese mismo año
de 1976, la dictadura uruguaya designó al Coronel Fons y al Mayor
Gavazzo para desempeñar sendas agregaturas militares en Washington
D.C. Esa fue la prueba final de que aquella "conversación de
borrachos" era en serio, y de que el Cóndor se aprontaba para
realizar un nuevo vuelo en la capital de los Estados Unidos. Con
gentileza pero con firmeza, el Departamento de Estado "recomendó" a
la dictadura uruguaya que retirara las nominaciones, porque "Fons y
Gavazzo pueden ser objeto de una enojosa publicidad..."
(1) El Archivo de la Seguridad Nacional es una biblioteca e
instituto de investigación no gubernamental ubicado en la
Universidad George Washington, en la capital estadounidense. El
archivo recolecta y publica documentos desclasificados obtenidos a
través del Acta de Libertad de Información y no recibe apoyo
gubernamental. Se financia con los derechos de autor de sus
publicaciones y con donaciones de fundaciones y particulares. La
nota de referencia (en inglés), y los documentos originales
respectivos en formato Adobe, se pueden encontrar en la página
www.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB112/index.htm
(2) Además de lo relacionado a la actitud de la CIA ante la amenaza
a Koch, en su libro, Dinges ha compilado más de 30 documentos de la
CIA, el Departamento de Estado y el Pentágono, analizando la
Operación Cóndor y la coordinación de asesinatos entre Chile,
Argentina y Uruguay, todos fechados en los meses previos al
asesinato de Letelier. El autor demuestra que la comunidad de la
inteligencia estadounidense, tenía información previa y detallada
sobre los actos terroristas planeados en el marco del Plan Cóndor,
pero fueron reticentes a actuar en base "la naturaleza amistosa" de
su relación con las dictaduras latinoamericanas, con las que
compartían "el superior objetivo" de "derrotar al comunismo."
https://www.alainet.org/es/active/5874
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