Honduras

¿Reactivación Agropecuaria Otra Vez?

Javier Suazo

16/11/2013

Opinión

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“A nueve días del Socialismo Democrático en Honduras” Juan Barahona, designado presidencial partido Libre

Los candidatos a la presidencia de la República, en sus discursos de campaña, han vuelto la mirada al campo. Se habla de duplicar la producción agroalimentaria, cadenas productivas y de valor, apertura comercial, competitividad rural y reactivación agropecuaria.

En tema de la reactivación no es nuevo. Con la vuelta a la democracia electorera en 1982, se habló de un programa de reactivación agropecuaria otorgando indiscriminadamente títulos de propiedad a los productos (incluyendo latifundios y minifundios) y apoyando la siembra y producción del cultivos como bananos, café, azúcar, marañón, madera, cacao, que representaban más del 65% del valor de las exportaciones; en menor medida, la producción de granos básicos y hortalizas.

Con la ejecución del programa de ajuste estructural en 1990, el programa de reactivación se sustentó en el entierro de la reforma agraria, la liberalización del comercio agrícola, privatización de servicios de asistencia técnica, silos y centros de acopio y almacenamiento y reducción del crédito agrícola para productores de granos básicos.

Los efectos de estas políticas han sido dañinos para la población rural y economía general. Un primer impacto es la reducción de las áreas de siembra de productos de consumo interno, hasta llegar a representar cerca de 42% en 2012, mientras que en 1990 era de 65%. La caída del PIB agropecuario/PIB total de 21% en 1980 a 11% en 2012 es otro. La concentración de la tierra y más de 200 mil familias sin tierra también. Se agrega el ensanchamiento de la brecha de la balanza comercial atribuida al CAFTA-RD y el desempleo estructural y la pobreza extrema que afecta a más del 56% de la población rural.

Somos deficitarios en maíz en más de 12 millones de quintales, en arroz en más de 2 millones de quintales, y en menor grado en fríjol y sorgo. Este problema se verá agravado con la liberacion total de los aranceles del CAFTA-RD para aquellos bienes como los granos basicos, carne de pollo, cerdo y lacteos; los alimentos de nuestro pueblo.

La que más ha sufrido estas políticas excluyentes es la mujer campesina. Solo el 14% de las mujeres campesinas tienen títulos de propiedad a su nombre, aunque la legislación vigente permite la titulación directa, y 11% acceso al crédito agrícola en condiciones más desfavorables que las del hombre. Gana menos y trabaja más en el hogar, unidad familiar, escuela, comunidad, iglesia y fuera de la finca.

La nueva reactivación agropecuaria propuesta por el candidato Juan Orlando Hernández, le apuesta a la producción y ampliación del monocultivo de la palma africana, azúcar y la ganadería porcina y bobina. Para ello firmó un convenio con la Federación de Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAGH) para apoyar el programa de reactivación con 20,000 millones de lempiras para el periodo de gobierno (2014-2018). Habla de ampliar la siembra de palma africana en 125,000 has, o sea alcanzar un área total de 290,000 has en las zonas de Aguán y la Mosquita hondureña.

Estas actividades productivas compiten con la siembra de granos básicos y están generado un creciente problema de tenencia de la tierra y de violación sistemática de los derechos humanos, ya que áreas de siembra que históricamente se dedicaban a producir granos, han sido sustituidas por palma africana, y otras permanecen ociosas como las tierras sembradas de azúcar y aquellas dedicadas a la explotación ganadera extensiva. El problema es que estos cultivos están sujetos al vaivén de los precios en los mercados internacionales, y a lo interno, los campesinos y campesinas productores de palma captan menos dentro del canal de comercialización controlado por empresas agroindustriales y exportadoras.

La candidata del partido Libertad y Refundación (LIBRE), Xiomara Castro, le apuesta también a la reactivación del sector agropecuario, pero necesitará priorizar sus intervenciones una vez electa. Del discurso y presentaciones públicas realizadas, destacan las siguientes intervenciones:

a) Aprobación de una nueva Ley de Transformación Agraria y Soberanía Alimentaria, reconociendo derechos de propiedad plenos a la mujer campesina y comunidades étnicas.

b) Nuevo programa de desarrollo agrario e integración de la institucionalidad publica de apoyo.

c) Ejecución del programa de pequeña economía campesina familiar para fomentar la producción y consumo de alimentos.

d) Programa de mejora competitiva de rubros agrupados en cadenas de valor integrando los valores históricos y culturales, tal como viene haciéndolo el Perú, Ecuador y Chile.

e) Plan Nacional de producción de alimentos, con componentes de entrega del bono tecnológico, construcción de reservorios de agua, sistemas locales de almacenamiento, producción de semilla criolla, transferencia tecnológica y regulación de precios de importación de granos.

f) Una nueva institucionalidad financiera especializada en atención al agro nacional, que integre además los sistemas alternativos financieros como las cajas rurales y bancos comunales.

g) Garantías de protección real a la inversión privada productiva benigna con el ambiente y salud humana.

Es importante relacionar estas intervenciones con el enfoque conceptual que sirve de sustento al partido y propuesta política, como es el Socialismo Democrático; no hacerlo, las propuestas neoliberales pueden parecer las más adecuadas.

Tegucigalpa, DC, 15 de noviembre de 2013

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