El anunciado triunfo del Frente Amplio: mucho más que un cambio de gobierno
27/10/2004
- Opinión
El anunciado triunfo del Encuentro Progresista Frente Amplio
Nueva Mayoría en las elecciones presidenciales y parlamentarias
del próximo domingo 31, no será un mero episodio de "alternancia
de los partidos en el gobierno," sino que significará el final
de una larga y triste etapa de la historia uruguaya.
En efecto, si -como todo indica- la coalición de centro
izquierda logra el gobierno este domingo, será la primera vez en
la historia de Uruguay en que los destinos del país no estarán
regidos por los terratenientes y sus representantes. Es que así
ha sucedido desde que el 23 de setiembre de 1820 (traicionado
por sus lugartenientes, notoriamente por los fundadores de los
partidos Colorado y Nacional: Fructuoso Rivera y Juan Antonio
Lavalleja) José Artigas cruzó el río Paraná para exilarse en
Paraguay. Desde entonces hasta ahora, todos y cada uno de los
gobiernos uruguayos -en menor o mayor medida- no han venido
haciendo otra cosa que administrar el Estado en beneficio de la
oligarquía ganadera y las empresas extranjeras (frigoríficos,
petroleras, bancos, etcétera).
Más allá de las discrepancias que se puedan plantear en torno al
grado de "izquierdismo" que pueda o no tener el gobierno que se
avecina, lo cierto es que será un gobierno de tono "nacional y
popular" en el que los intereses del pueblo primarán por sobre
los del capital. Ha optado sí, por convivir con él en lugar de
enfrentarlo. Cuestión de estrategia, pero también de correlación
de fuerzas. Cuestión de interpretar el sentir del pueblo, que
poco a poco va superando la alienación a la que estuvo sometido
durante casi 200 años por el bloque en el poder.
El abrumador tamaño de la tarea a desarrollar para revertir esta
realidad, es lo que determina la mesura con la que el doctor
Vázquez ha anunciado que encarará su gobierno. Los cambios
estructurales deberán hacerse "con pie de seda" y contando con
una base social lo más amplia posible, ya que los enemigos son
muy poderosos. Una de las tareas prioritarias del nuevo gobierno
debería ser la reconstrucción del sistema educativo uruguayo,
eliminando el enfoque alienante y utilitario que le han impuesto
las últimas reformas, transformándolo en un instrumento
liberador del pensamiento y generador de conciencia. Eso no
puede hacerse de un día para otro, claro, pero un pueblo
conciente y despierto es el cimiento imprescindible para poder
comenzar a construir una sociedad igualitaria.
Muchos productores y empresarios se han dado cuenta de que las
actuales políticas económicas neoliberales los están dejando de
lado. Se han percatado de que ellos ya no son necesarios para
las grandes multinacionales que gobiernan el mundo. Sí son
necesarios para quien se proponga desarrollar un proyecto
nacional y popular. Unos y otros se miran en el espejo del
Brasil de Lula da Silva, y aspiran también a convivir y a
ayudarse mutuamente, cediendo todos algo para no perderlo todo.
De eso se trata esta historia. Aquí nadie habla de Revolución o
Socialismo. Tan sólo de que -como decía Artigas- "los más
infelices sean los más privilegiados." Es bastante. Ya habrá
tiempo para otras cosas en otros momentos.
* Andrés Capelán, Montevideo/ COMCOSUR
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