Eres pueblo
15/02/2014
- Opinión
El presidente llama a los funcionarios públicos a que no caigan en antivalores como la vanidad y el egocentrismo pero como a ti te asignaron una oficina se te olvidó que eres hijo de Pablo pueblo y lo observas desde tu televisor último grito mientras por la calle Pablo pueblo regresa en silencio de su trabajo cansado, su paso no lleva prisa su sombra nunca lo alcanza.
El Jefe de Estado asegura que la vanidad y el egocentrismo son antivalores burgueses que se deben superar para poder trabajar solo al servicio del pueblo, pero como a ti te dieron un carguito y te sientes superior, lo escuchas despectivo desde el reproductor de tu carro de lujo mientras al hombrecito lo espera el barrio de siempre con el farol en la esquina con la basura allá en frente y el ruido de la cantina. Lo ves en tu televisión por cable mientras Pablo pueblo llega hasta el zaguán oscuro y vuelve a ver las paredes con las viejas papeletas que prometían futuros en lides politiqueras y en su cara se dibuja la decepción de la espera.
El Primer mandatario recuerda que todo el que se sienta revolucionario debe sentir en su alma y corazón el llamado permanente de la patria, del pueblo pues, pero como tú eres “estudiado” te crees diferente humano del Pablo pueblo que llega al patio pensativo y cabizbajo con su silencio de pobre con los gritos por abajo, del que entra al cuarto y se queda mirando a su mujer y a los niños y se pregunta hasta cuándo. Te crees diferente y te haces el indolente y te asquean Pablo pueblo, sus nenes y su mujer. No reconoces a Pablo pueblo: No es personaje de canción, es real. No te das cuenta que estás trabajando para la oposición apátrida, para el adversario, para el enemigo.
Te mudaste y olvidaste la parroquia de niño, el barrio pues. Ahora miras a la gente pobre arriba hacia abajo, pobre de ti. Mientras, Pablo pueblo votando en las elecciones pa' después comerse un clavo. Buscando suerte en caballos y comprando lotería. Gastándose un dinerito en dominó y tomándose un par de tragos. Pablo pueblo, hijo del grito y la calle, de la miseria y del hambre.
El Presidente aclara que la revolución tiene bases reales de unión, que ha denunciado y desnudado a falsos profetas, a gente que se presta para campañas de desintegración y división. Él sabe que el alimento de Pablo pueblo es la esperanza, su paso no lleva prisa, su sombra nunca lo alcanza.
No es canción.
Pablo Pueblo es un personaje de Rubén Blades y ahí va la letra pero no esto no es canción.
Publicado en correo del Orinoco el domingo 9 de febrero de 2014
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