Lo que está en juego en Venezuela y El Salvador

01/04/2014
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Bus de PDVSA incendiado en Zulia por grupos terroristas opositores

 

Asistimos a una bestial agresión contra nuestra querida hermana Venezuela. Los EE.UU tienen fijada la mirada en los 6 millones de barriles de petróleo diarios proyectados para el 2019. Esa es la verdadera razón de la campaña mediática en contra del gobierno de Nicolás Maduro. El sábado pasado hubieron dos nuevas víctimas: Miguel Rodríguez Torres, de 44 años, muerto por una descarga eléctrica al derribar una valla publicitaria para hacer una barricada; y Roberto Luis Annese, de 33 años, a quien le estalló un artefacto explosivo en las manos.
 
Ya es público que en los desórdenes callejeros de la oposición venezolana participan paramilitares y francotiradores a sueldo, para cobrar víctimas de las fuerzas de defensa de la revolución, del pueblo que apoya la revolución y de gente ingenua arrastrada por la derecha a posiciones de confrontación. Estas últimas porque la oposición necesita mártires para mostrarlos al mundo.
 
Pero es necesario decirlo y subrayarlo: Nadie les cree, a pesar de la enorme campaña mediática internacional para hacer eco a las mentiras de la oposición, ni siquiera la gente de derecha y los contrarrevolucionarios de Miami, paraíso de la escoria continental.
 
En Venezuela se está jugando el futuro de La Patria Grande, con una bandera de justicia y libertad que va desde el Río Bravo hasta la Patagonia y que envuelve las Antillas y el Caribe. Perder la batalla en Venezuela significa que se perderán muchas otras, y seguramente la nuestra en El Salvador. Por eso, en este momento Venezuela necesita la solidaridad de gobiernos y movimientos populares, pero no solo de palabra, sino en las calles y en las redes sociales. Que el Imperio comprenda que la patria de Chávez y Bolívar somos todos.
 
Por otro lado Venezuela debe servirnos de ejemplo para, estar claros que la derecha se siente arrinconada y que por eso es peligrosa, que las pretensiones hegemónicas del Imperio y su necesidad de recursos naturales no son broma, pensar en el caos al que han llevado a Irak, Libia, Siria y Ucrania; y también para meditar profundamente sobre el hecho de que si fueron capaces de asesinar a Monseñor Romero por decir la verdad, qué más no podrán hacer. No debe sólo conmemorarse aquel fatídico 24 de marzo de 1981; sino tomar conciencia de su significado, para despertar del marasmo al que nos han sometido durante años.
 
 El repliegue de ARENA, de sus posiciones ultrareaccionarias a una aceptación de la derrota, baja la cabeza y entre dientes, y sólo después de que EE.UU. reconoció al nuevo gobierno, debe ponernos alerta; quién nos dice que ARENA no prepara nuevas emboscadas; y « no se puede confiar en el imperialismo, pero ni tantito así­, nada », dijo el Che.
 
Para aseverar esto último basta con recordar la injerencia de la ex diputada venezolana, María Corina Machado quien aconsejó, hace apenas unos días, a la dirigencia de ARENA, de no “desistir” en los planes para desestabilizar al gobierno, que esto era más fácil que en Venezuela. En “cuatro meses” se tendrían resultados positivos, puntualizó. ¡Ah! y las amenazas de Roberta Jacobson del Departamento de Estado, con sanciones a Venezuela si no se abren espacios para la oposición.
 
 Confiamos en la experiencia y sabiduría de la dirección que conduce a nuestra columna llamada FMLN, pero somos el pueblo quienes debemos defender lo conquistado y exigir que se organice la retaguardia, que no puede ser otra cosa que profundizar los cambios que se han hecho. Todavía hay mucha bruma que no deja ver claro el camino por el que vamos, y por eso los revolucionarios junto al pueblo debemos estar alertas, marchando incorporados en la columna que avanza por los senderos de la patria, apoyándola pero vigilantes, para que en los puestos de avanzada no se cuele un traidor. Lo que se juega en Venezuela es La Patria Grande, y peligroso el sendero que transitamos.
 
El Independiente
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